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enero 03, 2009

Concentración (8.4) en la Plaza de Santa Cruz a favor del pueblo palestino

Hemos sido más de lo esperado por unos cuantos -quizá pecamos ya de pesimistas-.
Antes de la hora fijada -las 12 de la mañana de hoy sábado 3 de enero de 2009- ya había un grupo nutrido de personas, alrededor de 200, muchas de ellas con aspecto de palestinos -por los rasgos, el color de su tez y...por el célebre pañuelo "palestino".
Por detrás, se acerca un señor diciendo que había otros cuantos reunidos en Sol, y que ya les ha avisado. Al poco cuatro señoras, con las sayas propias distintivas de ellos, comienzan a gritar hacia el Ministerio de Asuntos Exteriores. No me entero de nada, le comento a uno de ellos, que está a mi lado, que sería bueno que hubiera un traductor simultáneo. Él hace las veces -para los que estamos cerca suyo-.
A lo largo del encuentro va llegando más gente, y al final seremos, según estimación nada científica de uno de nosotros, unos 3.000. La plaza se llenó, no así las calles aledañas -las manifestaciones contra la invasión sangrienta de Irak fueron más, mucho más, numerosas-.

PAQUITA

El triste rodar de Aerofagio Bemoles... (+ J G Centeno )

(Este autor y su blog ya fue recomendado en esta página el 30 de abril de 2007. Entre otras cosas decía (...) acerbol.blogspot.com
cuyo autor es J G Centeno , que se define como: Individuo normal, algo escéptico ante el futuro, pero no añorante del pasado).

Nota Previa -del autor, J. G Centeno-:

"Este pequeño serial no tiene ninguna pretensión literaria, consciente el autor, osea yo, de sus muchas limitaciones. Está escrita durante el largo proceso que ha supuesto la celebración de la IX Asamblea de Iu, desde su inicio en las asambleas locales hasta su culminación en Rivas-Vaciamadrid, y su objetivo esencial, y único, era el de evadirse , distrayéndose un poco al escribir un pequeño texto si importancia alguna. El publicarlo en el blog responde a la necesidad de calmar las ansias narcisistas del autor, extraordinariamente sensible al halago, justificado o no, lo cual le lleva, al autor, osea a mí, a solicitar que a los que no les guste se abstengan de hacer comentarios, comentarios que en caso de no gustarme borraré, con total impunidad, una vez detectados. No considero la sinceridad una virtud, pero, y para mantener las formas, elevaré a la categoría de sincero y notable cualquier comentario que halague, tanto mi forma de escribir, como el argumento de este pequeño relato. Disfrutadlo y si no es así no me lo digais."

Copiado del blog Acero Bolchevique
http://acerbol.blogspot.com
Artículo publicado por J. G Centeno a las 11:19 del domingo 28 de diciembre de 2008

El triste rodar de Aerofagio Bemoles (V)

Mientras de forma absolutamente indisimulada buscaba prometida, abordó una tarea nada sencilla, y para la que no iba a encontrar colaboración alguna: desmenuzar cuidadosamente las actividades paternas. Consiguió agruparlas en tres categorias: legales, ilegales y dudosas. Las legales se puso como objetivo el modernizarlas y adecuarlas a los tiempos, eran las actividades que tenían como eje vertebrador el servicio municipal de recogida de basuras y que el amplió a otros como el de la captación, depuración y distribución de agua, entrando de lleno en el mundo de las obras públicas, también entró en el del transporte haciéndose con la concesión por parte de la Diputación Provincial del servicio de transporte intermunicipal para pronto dar el salto llegando a poseer una de las más importantes empresas de transporte por carretera. Las dudosas, vertebradas en torno a los iniciales negocios de chatarrería y chamarilería, las convirtió en respetables negocios de antigüedades. Sus pías costumbres llegaron pronto al correspondiente arzobispo, que le mandó llamar comprobando de inmediato el carácter radicalmente distinto que tenía el hijo en relación con el padre y que las relaciones con él tenían que ser esencialmente distintas de las que tuvo con su progenitor, lo que no impidió que colaboraran juntos en la importante tarea de modernizar la imaginería de los templos, de los que pronto desparecieron imagenes y retablos no clasificados ni catalogados en parte alguna, siendo sustituidos por aparentes y más modernas imágenes que fueron muy del gusto de los fieles. Naturalmente las imágenes originales, probablemente de escaso valor, ¿o no?, fueron debidamente conducidas a los canales del arte, y los beneficios fueron, exeptuando el lógico lucro empresarial de Tancio, directamente a Su Ilustrísima que, suponemos, les dió el cometido adecuado dada la gran cantidad de necesidades de la sociedad de a época. Al igual que su padre cultivó con meticulosidad una importante red de contactos empresariales y comerciales, aunque a diferencia de aquel, para este cometido utilizó instituciones serias y piadosas: El casino, la cámara de comercio, la asociación de la palabra culta y las buenas costumbres, la asociación de amigos de la ópera y, como no, la querídisima Adoración Nocturna en la que reanudó la práctica totalidad de las amistades de Bundo .Las actividades ilegales las desmanteló sin encomendarse a nadie, por más que condenó a la intemperie y a la indigencia a quienes durante mucho tiempo habían sido el refugio emocional de su padre. El buen gobierno, con autoridad y sentido común, que, de forma un poco autoritaria, ejercía el general Primo de Rivera en nombre de Alfonso XIII, el rey, nuestro señor, favorecía la actividad empresarial, incluso cuando finalizando el próspero periodo de gobierno unipersonal, que algunos desalmados dieron en llamar dictadura, los efectos de la crisis de la economía americana salpicaron España, los negocios de Bemoles continuaron boyantes, teniendo en cuenta que era la administración pública el principal de sus clientes.
La búsqueda de una esposa que asegurara la continuidad del apellido no le llevó demasiado tiempo. Despreciaba completamente el sexo femenino, al que hacía culpable de todos los males de la humanidad, el ejemplo de su propia madre le sacaba de quicio, y solo la necesidad de perpetuarse le llamaba por un camino al que en absoluto estaba llamado. Su absoluta castidad, no perturbada siquiera por las llamadas del súcubo transmutado en Onán, producían actuaciones de la madre Naturaleza destinadas a vaciar y renovar fluídos internos que tenían el efecto colateral indeseado de producir, en las sábanas unos curiosos dibujos con forma de mapas, si bien no solían representar a país conocido alguno. Esas noches que los expertos califican de polución nocturna , iban acompañadas de sueños en los que era maniatado, azotado y humillado. Estos hechos le causaron gran turbación, pero no más que le hubieran causado unos trabajos manuales, que prácticamente desaparecieron, es decir hubo menos turbación, cuando entabló conocimiento con un joven sacerdote aragonés que supo encauzar espiritualmente esos pensamientos que alguien, con evidente mala fé, hubiera podido calificar como escabrosos. Fue este presbítero quien le ayudó a encontrar esposa, mujer que debía tener las cualidades de no ser demasiado atractiva en el aspecto físico, y mejor fea de manual, con salud precaria que asegurara que el Señor la llamara su seno no mucho después de haber cumplido con su función de madre, de inteligencia escasa y limitada y con un fuerte sentimiento religioso que hubiera prácticamente eliminado el apetito de la concupiscencia. Entre las jóvenes de la buena sociedad de la época había abundancia de oferta, y así contrajo matrimonio Estrepitancio Bemoles el 14 de abril de 1931, con una joven tan fea que desde niña le habían prohibido mirarse al espejo, tan flaca y escuchimizada que cuando se ponía de lado daba la sensación de haber deasparecido, a duras penas la habían enseñado a firmar, más que nada para que no pusiera una cruz en el acta de matrimonio, y que dedicaba incontables horas del día a misas, novenarios, triduos, rosarios y , en general todo el despliegue litúrgico de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Esta mujer falleció, cumpliendo con su obligación, el 10 de agosto de 1932,horas después de haber dado a luz a Vituperio Bemoles.

Nota de PAQUITA: para ver los anteriores, nº I a IV, entrar en el blog del autor.

enero 02, 2009

El rostro de un palestino.doc (8.3)

(Correo remitido por mi hija a unos amigos y a mí. PAQUITA)

Nunca mando correos comunales pero esta vez...esta vez sí....Sara me ha mandado el relato q os adjunto en el mail y ya sabemos lo que pasa en Palestina, ya sabemos q dejamos q les maten injustamente, ya sabemos q fue nuestra culpa, sabemos q las naciones unidas no hace nada relevante, q es un ente q nos hace quizá tener la conciencia más tranquila mientras en esencia no hacen nada, no hacemos nada para mejorar este mundo,este puto mundo q hemos construido, mejor dicho q estamos destruyecto y sí, digo hemos porque somos todos lo afortunados d los paises economicamente desarrollados, porque en muchos aspectos pienso q somos tontos, y sí creo q podríamos hacer algo pero q no queremos así q vasta ya de hipocresía. Yo por mi parte creo q seguiré con mi ideología infantil, según mucha gente mayor y jóvenes cansados q tb hay muchos, y por poco q sea vayamos a la concentración de este sábado aunq solo sea para llorar de nuevo a las víctimas, porq d alguna manera son nuestras víctimas, somos nosotros los q dejamos q los maten día a día, nosotros somos los responsables.
sábado 3 de enero a las 12 hay una concentración delante del ministerio de asuntos exteriores, en la Plaza de Santa Cruz (Madrid), en protesta por la masacre palestina

El rostro de un palestino
Autores: Pilar Izquierdo Teruel y Julio Ortega Fraile

Observo en un Diario la fotografía con el rostro de un Palestino de Gaza; parece un hombre joven aunque no me atrevo a asegurarlo pues en su mirada, de una profundidad insondable, se adivina la lúgubre puerta de entrada de tanto horror que guarda almacenado en la memoria, que no es posible creer que lo haya contemplado en una sola vida. Su gesto, de un hieratismo perturbador, parece ocultar y enmudecer sus pensamientos, sus pasiones, acáso su dolor infinito pero éste, no puedo más que intuirlo, porque no se dibuja en su semblante ni una sola mueca que deje traslucir cuál es su estado de ánimo. Al verle, podría interpretarse que está entre ausente y pensativo, como yo misma en determinados instantes; por ejemplo, cuando trato de encontrar un regalo adecuado para mis hijos el día de su cumpleaños o incluso en situaciones más graves, como esas ocasiones en las que me devano los sesos buscando el modo de pagar la insoportable hipoteca. Pero además de su expresión, o mejor dicho, de esa ausencia de sentimientos en la misma que me resultaba familiar, aprecio detalles en la instantánea con los que ya me cuesta identificarme: está agachado, rodeado de gran cantidad de restos muchos de ellos inidentificables entre los que destaca una abundancia de escombros esparcidos a su alrededor y de los cuales, en determinadas zonas, se elevan densas columnas de humo negro. En sus manos veo que sostiene a un niño.
Cuando detengo mi mirada en el crío comprendo que este Palestino no está pensando en un obsequio para su hijo ni en la manera de hacer frente al pago de la letra de su casa. Este joven que acumula en su interior el padecimiento de mil existencias malditas ya no posee un hogar, ni hijo, tampoco tiene mujer ni hermano. De todo eso tan solo le queda en sus brazos un guiñapo ensangrentado, los restos descarnados de una criatura con la ropa hecha jirones y lacerada por docenas de espantosas heridas; lo que hasta hace poco era su pequeño y que ahora, transformado en un cuerpo inerte, menudo y desvencijado, adopta una postura casi grotesca mientras lo aferra entre sus dedos. No me resulta posible ver el único ojo que permanece intacto en la carita del chico – el lugar del otro lo ocupa una oquedad oscura y sanguinolenta – pues el párpado está cerrado, pero seguro que al igual que la de su padre, la mirada del infortunado rapaz, antes de ser velada para siempre, ya había perdido ese peculiar brillo infantil cargado de inocencia y fantasía para convertirse en avejentada y temerosa, la mirada de un niño sin edad porque, ¿cómo calcularla en un chiquillo que ha contemplado y soportado tanta desolación, tanta atrocidad?.
Entonces sé que este hombre está pensando en la muerte y me aterroriza y conmueve a partes iguales la aparente tranquilidad en sus facciones. Ha perdido para siempre todo lo que más amaba. Un bombardeo llevado a cabo con el armamento vendido por la Nación más “libre y justa” del Planeta, esa que se autoproclama paradigma de los derechos humanos, y auspiciado por la pasividad cómplice de los Estados del “Primer Mundo”, le ha arrebatado absolutamente todo y su apariencia, que a juzgar por la imagen no podría calificarse casi ni de preocupada, es similar a la mía cuando estoy pensando en qué puedo poner para comer. Estados Unidos, cuya responsabilidad en esta carnicería interminable y dantesca es fundamental, ha pedido a Israel que “evite” víctimas civiles en sus ataques. Pero puede que a este Palestino ya no le importen las “regañinas” de la Patria del Tío Sam hacia los asesinos de su familia, esos leves tirones de orejas por no apuntar un poco mejor con sus armas; ni tampoco las tibias condenas de muchos Países que a pesar de todo, seguirán manteniendo cordiales relaciones sobre todo comerciales con el Gobierno Israelí; puede que tampoco le afecte la actitud de aquellos que apoyan esta matanza amparándose en el terrorismo de Hamas – no deja de resultar hediondo teniendo en cuenta la definición de este término como: “creación de un clima de terror e inseguridad” que los que en las últimas horas son los causantes de cientos de muertes, de una masacre cuidadosamente planeada para literalmente, reventar a mujeres, hombres, niños y ancianos, tengan la abyecta osadía de justificar este crimen como una “lucha contra el terrorismo” -. Tal vez para este Palestino nada de lo anterior signifique algo ya y que los restos mutilados de su hijo y el recuerdo de su esposa y su hermano sepultados bajo las ruinas de su casa, sean las únicas visiones que le acompañen de ahora en adelante. ¿Quién podrá entonces criticar a este joven sin edad en el instante en que recupere la consciencia de la realidad, en el momento en el que dé rienda suelta al sufrimiento silente que sin duda atenaza sus entrañas?.
No existe una sola especie en el Planeta que sea capaz de actuar con la saña, la crueldad, el sadismo y la ferocidad de que hace gala el ser humano hacia cualquier forma de vida, incluida la de sus semejantes. Este Palestino lo sabe, lleva toda su vida siendo testigo de ese comportamiento por parte de sus congéneres y por eso, en una última mirada a la fotografía, vuelvo a identificarme con él y pienso que yo, en su lugar, sólo depositaría el cadáver despedazado de mi niño sobre la tierra por un motivo, el último motivo.

Del Azul... al Negro...(+ Luisa Arellano)

(Publicado por Luisa Arellano en 2.12.09 en su blog El blus de las encinas PAQUITA) elblusdelasencinas.blogspot.com/

Aquella tarde me acerqué a la sombra de la enorme higuera que mi abuela cuidaba como si fuese la niña de sus ojos. Nunca lo entendí bien pero cada día a las horas de entrada y salida de los muchachos en la escuela, armada con una escoba y dando voces, no dejaba que ninguno se desviase de su camino ni un ápice en dirección a su higuera. Tampoco le hacía mucha gracia que yo vagabundeara bajo el follaje, creo que quería la higuera para disfrutarla ella sola, pero yo aprovechaba la hora de la siesta para escaparme. Acostada en la hierba dejaba que me arrullase el susurro de la brisa matizado por los rayitos de sol que se colaban entre las hojas, aspiraba su denso aroma y así creaba una burbuja donde me refugiaba de mi compungida y solitaria adolescencia.

Y con los ojos cerrados creaba versos a mi Príncipe Azul pero los borraba abriéndolos mucho, porque cuando pensaba en el Príncipe Azul me entraban muchas ganas de vomitar. No sabía por qué y me estrujaba la cabeza, hasta que me dolía, pensando que mis amigas siempre estaban felices cuando hablaban de su Príncipe Azul y ni vomitaban ni nada, es más, les salían chapetas en los mofletes. Yo seguía estrujando y estrujando mi cabeza y tampoco entendía por qué mi madre decía que tenía que aprender a fregar, a barrer, a planchar, a lavar o cocinar para el día de mañana ¿pues no iba a llegar mi Príncipe Azul, qué sentido tenía aprender todo aquello si cuando él llegase yo sería una Princesa?

Tendida bajo la higuera hacía versos a las hormigas que subían por su tronco. Esas si que me gustaban. Eran habitantes de un mundo mágico en el que había una reina. ¡Qué suerte! las hormigas no tenían que esperar Príncipes Azules para ser Princesas, que es algo de mucha menos categoría que el ser reina. Casi todas eran obreras, pero no les importaba y cargaban con sus trozos de hojas y sus palitos, y para nada esperaban que llegase un príncipe a juzgar por la velocidad a la que marchaban en la interminable fila. La reina estaba dentro poniendo las cosas en orden y vigilando que a su reino no le faltase de nada. Pero tampoco esperaba al Príncipe Azul, con todas las cosas que tenía que hacer no podía perder el tiempo. Las hormigas son muy trabajadoras y miran mucho tener todo preparado para el invierno, porque si se despistan con cualquier tontería luego no tienen que comer y eso es algo muy serio.

Una tarde, cuando más a gusto me encontraba, sentí un extraño e insistente cosquilleo en una pierna, levanté la cabeza para ver qué era y me incorporé como si me hubiesen puesto un resorte. Un ciempiés enorme, más enorme todavía, caminaba ondulándose por mi espinilla. Empecé a saltar sacudiéndome con las manos por todas partes, con los ojos desorbitados y muda de la impresión. Creo que sólo emitía ruidos raros, no recuerdo bien, cuando sentí que una mano azul me agarraba por la cintura y una voz azul me pedía que me tranquilizara, Él me apretó contra su pecho azul y sus labios azules me besaban suavemente en la frente mientras yo sentía un cosquilleo azul muy diferente al del ciempiés.

-Nunca me había dado cuenta de que eres azul, Juanillo.
-Eso es que no me habías mirado bien, Princesa.

Nuestros labios se unieron suavemente y la higuera era azul, y la hierba era azul y la brisa era azul… azul… azul… cuando un escobazo y la voz de sargenta de mi abuela…

-¿Quién le ha hecho esto a mi higuera, por qué es azul? ¡os mato, yo os mato -gritaba y golpeaba al unísono con su escoba que, por cierto, no era azul.

Y Juanillo saltó la pared como pudo y corrió, corrió… corrió… y por aquellos escobazos de mi abuela me quedé sin Príncipe Azul.

Luego encontré príncipes de todos los colores, pero iban de paso, y me tropecé con uno marengo al que tuve que dar yo los escobazos, porque mi abuela, la de la higuera en propiedad, para entonces ya había muerto y a la pobre higuera la habían cortado para construir un dúplex..

Luisa Arellano (Dedicado a todos los que sienten un cariño especial por las higueras y a los que nunca dejaron de soñar)

Triste espíritu... (+ Rafa León)

Este blog ya fue recomendado aquí en 21 de marzo de 2007. Decía: Más sobre Telemadrid en la página de Larrey. eltrasterodelaimaginacion.blogspot.com/
Artículo publicado el 13 de septiembre de 2008. Autor: Rafa León, de la sección: Más allá del Éxodo

"No quiero, triste espíritu, volver
Por los lugares que cruzó mi llanto" (…) Luis Cernuda

De nuevo habré de andar aquel sendero
De rosas que, amarillas, son espina,
Sentir bajo mis huellas la rutina
Que trágica me duele cual bolero;
Volver a contener el aguacero
Salino que acumula mi retina,
Y ser vasto naufragio en la neblina
Sin brújula, velamen, ni lucero.
Y qué yo no daría por no estar
Prendido a este regreso a la amargura,
Vagando loco y triste por la mar
De mi alma sometida a la hendidura
Que a duras penas puede ya aguantar
Tornar hasta la luz y verla oscura.

enero 01, 2009

Paremos los ataques (8.2)... (A I)

Los actuales bombardeos de las fuerzas israelíes de los Territorios Palestinos Ocupados y el lanzamiento de cohetes hacia Israel por parte de grupos armados palestinos ha provocado una escalada de violencia en la que ya se contabilizan cientos de victimas. El mayor número habido en cuatro decadas de ocupación.

El número de palestinos muertos a manos de las fuerzas israelíes este año asciende a unos 700, al menos una tercera parte de los cuales han sido civiles desarmados, incluidos 70 niños. En el mismo periodo, los grupos armados palestinos han matado a 25 israelíes, 16 de ellos civiles, incluidos 4 niños. Amnistía Internacional condena todas estas muertes y considera que los abusos de una parte, por graves que sean, no pueden justificar los de la otra.

Este uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel es ilegal y entraña el peligro de extender la violencia a toda la región. La escalada se produce en un momento en que la población civil libra ya una lucha diaria por la supervivencia debido al bloqueo israelí, que impide que entren en Gaza incluso alimentos y medicinas.

Hamás y los demás grupos armados palestinos también son responsables de la escalada de violencia. Sus contínuos ataques indiscriminados contra ciudades y pueblos del sur de Israel no pueden justificarse jamás.

Amnistía Internacional pide a Israel que garantice el acceso a los trabajadores humanitarios y de derechos humanos y a periodistas inmediatamente, ya que muchos tienen vetada la entrada en Gaza por el ejército israelí desde principios de noviembre.

Pide a las autoridades israelíes que pongan fin a los ataques desproporcionados e ilegítimos sobre la franja de Gaza. ¡Actúa!

La vida es bella

(letra de Noa y Miguel Bosé)

Yo, al verte sonreir soy
la niña que ayer fui.
Si yo velo por tus sueños
el miedo no vendrá
y así sabrás lo bello que es vivir.

Caen mil lágrimas al mar
tú no me verás llorar,
y es que sólo tu alegría amansa mi dolor
y así yo sé lo bello que es vivir.

Sí, mi corazón siempre estará donde esté tu corazón,
si tú no dejas de luchar.
Y nunca pierdes la ilusión, nunca olvides que al final
habrá un lugar para el amor.
Tú no dejes de jugar, nunca pares de soñar,
que una noche la tristeza se irá sin avisar
y al fin sabrás lo bello que es vivir.

diciembre 31, 2008

Villancico romanceado del portalillo en crisis

Llegaron los pajes,
mulas y camellos,
los músicos chunda
tachunda en estéreo.

Y haciendo ese ruido
propio de un estreno
fingiendo tarimas
tres mil carpinteros.

Siempre, que a estos casos
pintan calvo ejemplo
comisiones varias,
gente del gobierno:

Bien representando
corte o parlamento
montados en coches
llegaron a cientos,

De medallas y orlas
generales llenos,
artistas los muchos,
poetas los menos.

Mozas y pastores,
ediles, serenos,
cantantes, mi abuela,
y un señor de Priego.

Y casi cerrando
tal desfile austero
llegaron los reyes
casi para adviento.

La estrella, golosa
sobre el firmamento,
sacaba mil flashes
por tan magno encuentro.

Unos daban palmas,
otros daban miedo,
unos, medio a gritos,
discursos y besos.

Y entre el regocijo
de la plebe inmersos
otros se aliviaban
del vientre los vientos.

Con tanta prosapia
de la curia en pleno
no faltaron faldas
que elevar su vuelo.

Con tanto palabro
saludo y progreso
la banda tocaba
su larailolero.

Desde una ventana
que daba al tercero
de la pensión Gómez
muy próxima al centro

San José miraba
con asombro inmenso
aquel triquitraque
de estulticia en pleno.

La Virgen lavaba
como dice el cuento,
solo que ante el grifo
del lavabo austero.

El Niño en la cuna
jugaba discreto
con un buey de goma,
la mula de yeso.

Y en conserjería
un arcángel de esos
con trompeta al cinto
pensaba en lo bueno

de haber colocado
en el portal, dentro,
aquellas figuras
de cartón y fieltro.

Desde su ventana
San José, perplejo,
como siempre, en crisis
ya no daba crédito.

Urceloy / diciembre de 2008

diciembre 30, 2008

Chani: impensamientos

Copiado del blog "peregrina" . Artículo publicado el viernes, 24 de agosto de 2007 impensamientos.blogspot.com

Es un villorrio cercano a la Puna de la planicie andina, el suelo atemporal está cubierto de hierba gris y seca, salpicado de rocas, pitas y cactus; el aire es denso, casi material. Las tierras silenciosas son visitadas cada tanto por hombres que vienen de lejos y hablan otras lenguas, pero no hacen nada, sólo cavan y guardan puñados de tierra en cajas de metal.
Es el lugar de Chani y su gente, un breve grupo indígena. El sol acaricia a la niña y destiñe algunos de sus mechones negros, que caen desgreñados como sierpes pesadas sobre el cuerpecito harapiento. Los ojos se le pierden en lejanías de vicuñas y llamas dignas, o en el dibujo que trazan el cielo en el vuelo de los cóndores. Pertenece a una familia grande, todos oscuros y opacos como ella misma. Es la protegida de Antenor, quien la considera un duende, él es el mayor de los hermanos, pero su mente quedó estancada en un vacío sin tiempo, sólo dio muestras de alguna inteligencia cuando nació Chani, entonces por primera vez sonrió, aunque en su alumbramiento hubiera muerto la madre.
Ella es feliz y anda libre en ese lugar inocente, ondulado entre púrpuras y celestes, persiguiendo lagartijas esquivas mientras Antenor le sonríe desde el brocal desdentado de su boca.
Las notas suaves de una quena endulzan el aire, mientras el curaca, jefe de la comunidad, sigue a los changos con su mirada dura de montaña. Sigue a Chani porque su vientre ha crecido demasiado y adopta la forma de una sandía que expulsa su ombligo hacia afuera. También la vieja Gume, lo nota y hace ofrendas a la Mama Killa (1) para su curación, aunque intuye algo, la curandera de un solo ojo, se recuerda a sí misma que la niña no tiene aún nueve años, pero debe intervenir, tal vez en ella haya una advertencia de Inti o Viracocha (2), que no puede ser ignorada.
Mientras la pequeña hace mimos a su raída muñeca de trapo bajo un rayo de sol, Gumercinda alterna su semimirada entre el Cielo y la Tierra para comunicarse con el más allá, hay olores de hierbas que se queman desvariando en el aire, hay silencios y temores. Minutos después, hablan por la boca vieja los inefables dioses de Los Andes: “Chani tiene una serpiente amarilla dentro de la barriga —masculló—. Hay que liberarla” .
En medio de liturgias y aspavientos, somete a la niña a varios de los rituales incas, danzas, preces, oraciones, nada funciona, los dioses están desatentos ese día y Chani, en tanto, ajena a todo, suelta su pensamiento entre los últimos haces de luz.
No queda nada “divino” por hacer, la anciana cansada, con desaliento, mira a Tiburcio, el padre: “hay que dejar que el tiempo pase y la verdad se revele sola”. Él teme que el destino final de la espera puede llevar a la muerte de su niña. Sin decir nada busca algunas cosas que arroja en un saco y carga a la hija suavemente. Camina durante dos jornadas en busca de los otros hombres, los que viven en el pueblo y también dicen curar. El sol guardián los acompaña cada vez que andan. El padre le va cantando canciones viejas y narra su voz callosa historias de los ancestros entremezcladas con el polvo árido del camino. Al tenerla entre sus brazos se sobresalta porque la barriga grande da golpecitos en el pecho y el bolo de coca se le pega al paladar abierto.
Llegan exhaustos al pueblo asustado, que asoma en silencio detrás de unas lomadas ocres. Pregunta el padre en su lengua escueta dónde están los sanadores, la gente mira en secreto a la pequeña deforme y le señalan la posta sanitaria, una casita de adobe. Allí, hombres descoloridos aventuran pronósticos como fibromas o tumores. La mirada de Tiburcio explica que no entiende nada, mientras la nena sentada sobre una camilla ata y desata unos cordoncitos. El doctor que la revisa desvía la vista sin saber qué decir, se acerca y mira sus tetitas desarrolladas y al apretar apenas los pezones, un líquido áureo, le da el primer indicio de maternidad. Repite exámenes, una, dos, muchas veces y llega a una conclusión parecida a una bofetada a mano abierta. “¡No es un tumor, es una vida lo que la niña lleva en su vientre!”, dice al padre. Tiburcio contiene el aire y lo suelta con una sonrisa, su hija no se está muriendo… La niña madre y el hijo por nacer son mimados durante meses. Artistas de televisión, periodistas ávidos y políticos que buscan votos la visitan y colman de regalos. Por un tiempo todo se convierte en circo. Diarios de Buenos Aires tejerán y destejerán absurdas conjeturas acusando al padre, al hermano idiota, a los extraterrestres…
Un día cualquiera, le dan caramelos a Chani para que se porte bien y la llevan al quirófano, donde la duermen para la cesárea. Los médicos abren despacio la piel, los músculos e introducen las manos buscando el feto, toman algo, “es una pierna” dice el obstetra y tironea… pero es larga…larguísima, del cuerpo de Chani sale una serpiente que relampaguea, un reptil amarillo y luminoso que se arrastra hasta pecho de la niña dormida… no se equivocaba la Gume.
Nunca supieron los pobladores de la meseta que la difunta Chani había parido al hijo de Inti, quien venía a advertir, quizás inútilmente, a través del cuerpo núbil, una amenaza: el arrebato de las tierras, la extinción de la comunidad. Nadie supo la verdad, nadie se enteró de que destrozaron la cabeza amarilla a golpes, horrorizados en aquella sala de parto. Muerta fue la advertencia porque se reveló ante los hombres equivocados, quienes se lavaron las manos sangrientas y callaron.

Notas1 -Mama Killa, la luna es la protectora de las mujeres,
2-Inti era considerado el dios del Sol y el ancestro de los Incas. El dios Viracocha era considerado el dios de la vida, del Sol y de la Luna. Todos los demás dioses estaban subordinados a él

diciembre 29, 2008

Concentración Madrid ataques Gaza (8.1): labroma

Blog con causa, activismo, comunicación, tecnología y lesbianismo: la broma. Autoría: Olga Para más información sobre el tema www.labroma.org/ Concentración en Madrid por los ataques en Gaza

Paz Ahora informa sobre movilizaciones pazahora.org/
PAQUITA

Zapatos... (+ epv/Pierre Miró )

(Recomendado el 5 de julio de 2006. Decía: Leyendo más tranquilamente el contenido de este blog vuelvo a recomendar, con más fuerza si cabe, su lectura. Es más, si dispones de poco tiempo, no lo pierdas conmigo y pásate de inmediato a ver El pobrecito veedor. Su página es www.elpobrecitoveedor.net/blog/
Copiado del blog El pobrecito veedor. Publicado en él el Miércoles, 17 Diciembre 2008, por su autor Pierre Miró en su apartado de Poesía

Zapatos

Cuando ya se ha dicho todo
y hemos disfrutado un rato,
sólo nos resta el versar
y calzarnos los zapatos.

Tuvo que ser Muntazer,
un periodista bien harto,
el que pusiera los puntos
sobre las íes del caso.

Nunca una figura fuera
metafórico pleonasmo,
como el lanzar esquivado
de una bota o dos zapatos.

Que tiene guasa la cosa
no es cuestión de ningún trato,
el símbolo está servido:
un imperio descalzado.

El coturno, chanclo o zueco,
borceguí al fin y al cabo,
voló a los gritos de perro,
qué culpa tuviera el cánido.

Un iraquí plantó un huerto,
el huerto tiene boniatos,
los boniatos tienen dueño,
el dueño tiró un zapato.

diciembre 28, 2008

SECUENCIA D'UN EMIGRANTE: Eladio San Juan)

Copiado a Eladio San Juan Brasero poeta campo arañuelo. Poema publicado el sábado 19 de enero de 2008

SECUENCIA D'UN EMIGRANTE

Diálogo en castúo entre una madre y su hijo entre los años 40 a 60 de la extremadura rural.

***- Madri, prepáreme los avíos,/ la maleta y tos los andacapadres.-/ ¿La de madera, hijo?-/ Sí, la de madera madri./ Esa de mi padri,/ la que trujo cuando jue a la guerra,/ la que tan malus recuerdus le trae;/ y no s'olvie d'echarmi un remúo/ si acaso l'hubiera.../ Que no falti ni el pan ni el tocinu,/ ni el choriciu si entoavía la quea./ Qu'en el tren de madera/ con el traqueteo, con el estrumpíu/ y el pasal de la encina en jilera/ le jentra a uno jambri/ ¡Un jambri de veras!/ Si no comis, mareu,/ y si comis morrera.../ Almenus, comío te duermis/ y se t'apaga una miaja la pena;/ qu'es mu grandi el doló de marchalsi,/ qu'es mu jonda y mu jerti la pena/ de quealsi en el pueblu loh padris,/ la novia, el amigu y la tierra. / -Dime, madri, ¿qué jago yo solu en Madrí/ si me duelin de nervius las venas?/ -¡Pos, no te vaigas,/ no te vaigas, chiquino!/ ¡quedáite'n la aldea!.../ -Pero, si me queo, ¿qué jacemus, madri?/ ¿Qué jacemus con tan poca siembra?/ -Pos, dirte a bellotas a la montenera,/ o a rebusco, o a leña, o a taramas,/ o a picón, a lo que sea.../ -¡No!, yo me voy, madri./ Me marchu de veras./ ¡S'acabó la miseria.../ !S'acabaron las tarmas y las cargas de leña,/ y tamién el picón./ Me marchu, anque me duela!/ -¡Hijo, ten cuidiau/ y güelv'en cuanti pueas!/ Y... A roá que ti mandin, mi mozu,/ tú, rueas.../ Que pobri y fabeto no puedih/ contestal sin saberis de letra./ Y aprendi..., / Aprendi de priesa.../ ¡No robes ni mates, ni jagas fachenda,/ y güelve lo antis que pueas,/ que t'esperan tu padri y tu madri,/ tu novia, tus amigus y la tierra!***

Eladio San Juan.