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Porque fueron, somos. Porque somos, serán
Cuando
la propia vida es un escenario de escarnio, y el objetivo de un Estado
(sin identidad propia) es diezmar la sociedad, supeditando intereses
económicos a la mafia capitalista internacional, generando desecho
humano de difícil reciclaje. Cuando de nada sirve rezar y los últimos
alientos superan al propio teatro como genero artístico, ha de brotar la
vida en lucha contra la cultura del silencio, para que el viento llegue
ensanchando caminos oxigenando a favor de la rosa de lo imposible. Es
bueno tener creencias. Es sano por preventivo permitir el brote de la
pasión, contra la sumisión del dolor como tortura, porque la tortura
conlleva el crimen escalofriante: la denuncia es inevitable. Sin ella no
somos nadie. Manden la silla de los escenarios al carajo si hiciera
falta, de los salones y casas, de las butacas del cine y templos del
confort sobre la escena: marionetas pálidas. Hora de dejar crecer sola y
libre la amapola, la contemplación aislada no fortalece la mirada, hay que tomar la calle.
Entre
el 28 de agosto y el 19 de septiembre se celebran cuatro consejos de
guerra. Año hito en lucha. Alcanzó una impresionante repercusión
internacional que definió el antes y después de la raíz antifranquista,
todo lo que pudo haber sido como potencia de futuro. Cosecha
guerrillera… cuanta dignidad envuelta en ellas (en todos.) Cuánta pasión
en su defensa. Cuanto fondo ideológico obrero-campesino e intelectual.
Ese gran río de sangre fresco todavía (septiembre del 1975), y un puño
nuevo se levanta: la tierra para el que la trabaja. Boca que vuela.
Corazón que relampaguea y una luz en lo alto, un radar seguro de larga
estela, ellas. Se deslizan entre nosotros ventana a dentro y sobre
tejado agitando azoteas iluminando siempre a los de abajo: ¡Por la
libertad de los presos políticos!, enarboló desde la cárcel Concha
Tristán, sábana en mano subida a la azotea. Para los “alzados” el
enemigo siempre fue el pueblo, las capas mas desfavorecidas.
<<El
peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no
participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la
vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del
zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El
analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho
diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política
nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos
que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas
nacionales y multinacionales.>>
Se trataba de detener al mayor número de rehenes, y de entre ellos elegir culpables. Tras
el portón más puertas, tras las rejas, ellas. Detención y tortura, la
sombra acechando clavó su aguijón; penas de muerte y cinco golpes
asesinos, armas y tortura ideadas para aniquilar a los pobres del mundo.
13 penas de muerte en total (10 miembros del FRAP y 3 de ETA), y
decenas de años de cárcel. El olvido no existe. Existe la ley de la
trampa, la mentira, el engaño, la miseria cultural e ideológica. Armas.
Armas del poder absolutista, de la corrupta burguesía adinerada y sus
lacayos.
<> (*Citas de Bertolt Brecht.)
Abro
pues la puerta a la primavera, sobre el mar sus cuerpos a la vida sobre
esta fracción escénica de la historia. Muchas han sido las mujeres
comprometidas en procesos revolucionarios en el mundo, y con él este
pedacito del planeta, lugar que comparto. Ellas, las mujeres de las que
hoy quiero hablar, comprometidas con las siglas PCE (ml) y FRAP, algunas
destacadas por su trayectoria social, política, cultural o, por haber
sufrido muchos años de represión y cárcel como le pasó a la entrañable
guerrillera Juana Doña, sus libros son todo un ejemplo de dignidad y
entereza. Otras también lo fueron de otra manera, (la mayoría)
trabajadoras o estudiantes anónimas, no conocidas o sí, por su
combatividad como Concha Tristán y María Jesús Dasca, condenadas a muerte el 18 de septiembre de 1975 por un tribunal militar.
¿Quién podría hoy negar que el FRAP tuvo su importancia?. El PCE(ml) digamos histórico (y
a consecuencia de), el FRAP, jugaron una batalla final que hubiera
podido ser determinante contra la dictadura y su franquismo sin Franco,
atado y bien atado. Batalla “final” que se saldó con 13 penas de muerte
emitidas por tribunales militares, y 5 fusilamientos (3 del FRAP, 2 de
ETA.) Es
indudable su fuerza ofensiva a nivel de todo el Estado, contra la ley
del “palo”, incluida la emigración exterior y exilio. En los últimos
años en vida del dictador, tuvo patas arriba a militares, policías,
falangistas, legionarios, somatenes, servicios secretos y franquistas
del santo juicio de Dios. Sólo la ceguera, junto con la traición
coordinada de dentro
y fuera, impidió que estallara una revolución, contra un destartalado
sistema tambaleante, moribundo, descompuesto, enfermo en su circo
cerrado del crimen, sujeto a los servicios secretos de los EEUU para un
“recambio sin cambio”, por una decadente y feudal monarquía del hijo,
igualmente “débil” y parásito a Juan de Borbon padre.
Sí,
hay que tener una voluntad de hierro, un coraje y temple de acero
revolucionario para militar en aquellas condiciones y de esa manera. Ser
joven, estudiante u obrer@, dar un paso en la militancia para pasar a
la clandestinidad y tener que abandonar parte de tu vida, incluido
estudios, trabajo y familia, aptitud en conciencia de arriba abajo. Y
fueron muchas, muchas las y los combatientes que tomaron el camino de
lucha por la libertad, comenzando por liberarse ellos mismos. Y, acabar
con un régimen de larga historia tendenciosa en el crimen y la miseria
económica y cultural, supeditado a intereses imperialistas.
La valentía de esas mujeres y hombres les dignifica ante la historia
revolucionaria universal. Esas mujeres anónimas (la mayoría de ellas),
desconocidas para los historiadores y me consta, fueron ¡cientos!, en
este pequeño rincón del mundo.
Sí,
hubo mujeres, muchas, con ese coraje, que no dudó en participar en
primera linea, en ese “Frente Popular” (FRAP) contra la dictadura.
Mientras otros vivían en el sistema adaptad@s a su estatus social,
otros, la gran mayoría, vivía resistiendo la represión , la pobreza, la
miseria, el exilio, la impresionante emigración para no morir de asco
además de hambre. ¡Aaaah la conciencia!… hoy tan olvidada su aptitud
como el puñal de tierra concebida, tan denostada, traicionada en lluvias
descoloridas… y algunas murieron en el camino, aún jóvenes, como les
pasó a Concha y Xussa, seguramente a consecuencia de las palizas, de las
torturas sufridas cuando fueron detenidas, condenadas a muerte. Otras
simplemente desaparecieron de la lucha, se fueron a sus casas a dormir,
los menos ofensivos, los más, han seguido “luchando” para mejor seguir
engañando, vendiendo figura, tergiversando la historia escrita en espera
de mejores recompensas en campos menos tortuosos.
Enriquecer
aptitudes de conciencia y palabra es innato en, un o una
revolucionaria, aclara hechos e historia, estimula vida sin castrar el
sueño testimoniando primaveras erguidas, bosquejos de esperanza. Una
puesta en común que no necesita etiquetarse en forma de paloma blanca
como pretexto: pelear la paz en las trincheras fue saludable. Fauna
libre entre lo más humilde, base protagonista de este aleteo combatiente
defendiéndose de la avaricia destructora: fauna humana. Flores y aves
aleteando en perfume de resistencia. Hay fueguitos que persisten al ojo
del huracán y se envuelven en lluvias de finura clandestina desde donde
combaten las garras de la codicia. Concha Tristán y María Jesús Dasca,
arbitrariamente juzgadas por un tribunal militar.
Mª
Jesús Dasca Penelas, pertenecía a la Unión Popular del Campo (UPC),
organización de jornaleros y jornaleras que formaban parte del Frente.
Era natural de Almenara, municipio de la provincia de Castellón a
orillas del Mediterráneo próximo a Puerto de Sagunto, donde se ubicaban
los Altos Hornos, centro fabril combativo con gran tradición de lucha:
“Me detuvieron el 25 de agosto, pasé nueve días en la Jefatura de
Policía de Madrid. Fui detenida con cuarenta personas más y durante la
detención estuve aislada, siendo torturada por ‘Billy el Niño’.” En
octubre del año 1972, la organización de Los Valles, la comarca del
entorno saguntino (vergel en naranjales), incendió un almacén propiedad
de un cacique falangista; fueron detenidos y procesados por el Tribunal
de Orden Público (TOP) nueve jóvenes jornaleros. Xussa, que así la
llamaban los más allegados, escapó a la caída y huyó a Madrid, tenía 17
años. En Madrid, Xussa continuó militando de forma clandestina;
ocultando su identidad escapó a las masivas detenciones que como
represalia a la manifestación del 1º de Mayo del 1973, desencadenaron
las fuerzas represivas contra el FRAP. Detenida a finales de agosto de
1975, Xussa fue incluida en la causa 1/75 y juzgada en consejo de guerra
sumarísimo. En el despropósito de acusaciones, conspiraciones y tramas
aberrantes por absurdas que tejió el fiscal militar, la acusan de ser
responsable del “Partido Comunista de España” (?), y de haber mantenido
una entrevista con Concha Tristán, para ver quien daba la “orden” de
atentar contra un teniente de la guardia civil. No tuvo otra acusación,
ni siquiera la de dar la “orden”: fue condenada a muerte. Juan Lozano
Villaplana, su abogado, relata la primera entrevista con Dasca Penelas:
“El
problema es que firmo la defensa y llego a ver una chavala de apenas 20
años, que la juzgan al día siguiente y para la que piden la pena de
muerte (…) Y yo se lo dije así: tenemos dos vías, una la política,
rechazamos el Tribunal, enfrentamiento absoluto… ésta es una, y por ésta
desde luego te confirman la pena de muerte (…) Esta chavala dijo, me
acuerdo como estaba, una chavala de apenas 20 años enfrentándose a que
igual te matan, y dijo que ella decidía lo mismo que hicieran sus
compañeros, y si deciden planteamiento político, adelante. Ante los
abogados, tras una noche en blanco, se presentaba una difícil y compleja
situación. Por un lado estaba la voluntad de cinco de los seis acusados
para dar a este proceso un carácter político. Por otro, estaban los
aspectos jurídicos… ” Y, los abogados, bajo guardia militar fueron
obligados abandonar el recinto del cuartel, dando por asentado que la
única “legalidad” en el juicio era el Tribunal militar y punto. El
segundo Consejo de Guerra contra el FRAP, iba a durar dos horas y media.
Una pena de muerte tras otra… y, todavía quedaban varios Consejos de
Guerra pendientes contra sus militantes.
Concepción Tristán López, de Ciudad Real, donde estudió enfermería y posteriormente a Madrid en 1974, para continuar sus estudios en medicina; donde formó
parte del grupo sanitario de militantes, que atendían a los
manifestantes heridos en los enfrentamientos del combativo 1º de mayo
del 1973, militando en el Partido hasta su detención en septiembre de
1975, acusada de pertenecer al FRAP:
“Ya
en los pasillos de la Dirección General de Seguridad, uno de los que
estaban allí esperando, se abalanzó sobre mi gritando, ‘ya esta aquí la
asesina’. Te vas a enterar de quiénes somos nosotros. No vas a salir
viva…
Ninguna
parte de mi cuerpo quedó libre de golpes. El que intentaba hacer de
“padre” era Roberto Conesa, pero no lo conseguía, claro, pues entre
palabras supuestamente amables, siempre estaban los tirones de pelo o
los puñetazos en la cara. Un recuerdo de su enorme anillo se quedó
grabado en mi cara para la posteridad, pues la fotografía mía que se
difundió en la prensa, lleva su marca.” El
tribunal militar la acusó de haber mantenido “reuniones” con Sánchez
Bravo (uno de los fusilados el 27 de septiembre), para tratar el
“atentado” a un teniente de la guardia civil. No tuvo otra acusación.
Fue condenada a muerte, tenía 21 años. Concha tuvo una niña, que se crió
junto a ella en el departamento de madres del centro penitenciario.
NOTA
Xussa
y Concha no fueron fusiladas. Aguardaron una semana interminable como
reas de muerte. El consejo de ministros del dictador lo estimó
“contraproducente” hacia la prensa internacional, estaban embarazadas.
Las conmutaron la pena de muerte por la de cadena perpetua, fueron
amnistiadas en 1977. Intentaron rehacer sus vidas… Xussa se hizo
periodista y Concha continuó siendo enfermera en Cádiz, mantuvo su
espíritu militante hasta el final de sus días. Hoy, uno de los vocales
del sangriento tribunal militar que dictó cinco arbitrarias penas de
muerte, el entonces capitán de ingenieros José Miguel de la Calle, es
Teniente General (máxima graduación a la que puede aspirar un militar), y
ha sido nombrado en 2008 por la Ministra de Guerra del PSOE: Carmen
Chacón, como Jefe del Mando Logístico del Ejército de Tierra, en el
circulo de confianza de la ministra.
Declaraciones en prensa tras la salida de la cárcel
«Prácticamente
aún estamos digiriendo los acontecimientos. En año y medio ocurrieron
los fusilamientos de nuestros compañeros, la muerte de Franco y todo lo
demás. Aparte que la vida en la cárcel te aísla, aunque dispongas de la
prensa. Una manifestación de 200.000 personas es inimaginable desde una
celda. En líneas generales, la situación ha mejorado, aunque tampoco
seamos demasiado optimistas.»
«Es
muy significativo que dos condenadas a muerte hayan sido las primeras
en ser excarceladas. Pensamos que era algo que le convenía al Gobierno,
para que cuando el Rey vaya a inaugurar la nueva legislatura los presos
más conocidos estén libres. Sería una incongruencia que Suárez, como
miembro de UCD, votara a favor de la amnistía, por ejemplo, y que él
mismo, como jefe de Gobierno, nos retuviera en la cárcel. No esperábamos
que ocurriera tan pronto. En cierta forma nos ha sorprendido un poco,
aunque lo que sí sabíamos es que no íbamos a cumplir toda la condena,
sobre todo después de la muerte de Franco y de la ‘evolución’ de la
situación política. Ha ocurrido una cosa curiosa, nuestros familiares
estaban en Alcalá desde hace un par de días, pero a nosotras nos
soltaron a las dos y media de la tarde, en un momento en que no había
nadie en la puerta de salida. Parece que a los periodistas se les había
dicho que no sería antes de las cinco, y cuando acudieron a esa hora les
dijeron que ya no estábamos y que no sabían dónde encontrarnos.
Pensamos que el director de la cárcel quiso evitar toda publicidad. Así
que nos vinimos solas andando hacia el hotel, donde sabíamos que estaban
nuestras familias.”
Mª
Jesús (Xussa), fue castigada en Yeserías a 60 días en celdas de castigo
por sumarse a una huelga de hambre. La vida en las cárceles la
califican de lo peor, y señala como una necesidad prioritaria la reforma
del sistema carcelario “aunque hay algunos momentos menos malos, como
en todo, la vida allí es desesperante. Existen infinidad de castigos y
las reclusas viven con el miedo de que se les retire la redención de
pena por el trabajo, o que se les supriman las pocas distracciones que
tienen.”
Concha
Tristán pasó 72 días en celdas de castigo por haber subido en agosto de
1976 al tejado de la prisión con una pancarta en la que se pedía
amnistía total. Recuerdan, riéndose, que veintiuno de esos días fueron
en castigo por haber utilizado una sábana de la cárcel como pancarta, no
por su contenido: “tuve que ser ingresada en el hospital nueve días
cuando fui a la celda de castigo. Tiene dos grandes ventanales, con un
cristal muy grueso, y el calor era tan sofocante que padecí principios
de deshidratación. En cualquier caso, los peores días fueron cuando
conocimos los fusilamientos (…) Sigo estando de acuerdo con las líneas
generales del partido, aunque ha habido cambios, que no conozco bien, en
la táctica, separaciones, disensiones, etcétera. No puedo contestar
concretamente hasta que no tenga más conocimientos.>>
Alguien
les ha llevado un ramo de claveles rojos. Esta misma tarde saldrán para
sus residencias habituales, María Jesús a un pueblo de Castellón y
Concha a Ciudad Real.
PD.
No
vale persignarse ante el horror, ni fácil huir sin dejar huella. A
ellas, condenadas a muerte, guerrilleras de la vida. A ellas. Compañeras
de camino, han muerto aún jóvenes, anónimamente y sin ruidos, sin
grandilocuentes reconocimientos. Dejaron sus años revolucionarios entre
nosotros y el valor con el que supieron enfrentarse, resistir a la
descomposición de un Estado fascista y su proceso continuista, su
enaltecimiento a los verdugos.