La Pedriza, como nunca la he mostrado yo
PAQUITA
https://vimeo.com/208053015 Publicado MARZO 2017
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OTRO ASUNTO. Hoy en Perroflautas del Mundo: Grecia. En medio de medidas de austeridad, los anarquistas toman las riendas
DECLARACIÓN de INTENCIONES: Dirigida a aquellos Lectores Potenciales que, al entrar en la lectura de estas Mis Criaturas, sientan que no les gusta y ni siquiera les divierte. Abandonen de inmediato. Estas páginas están concebidas para Mi Memoria, mi Divertimento y el de Unos Pocos. Si tú no estás en este segundo grupo, yo no soy la persona adecuada para ti, deja esto y date una vuelta; seguro hallarás lo que buscas *** VER http://perrosflautadelmundo.blogspot.com.es/
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junio 24, 2017
Incendio en Portugal. La aldea que se salvó gracias a los castaños y a los olivos
Colectivo Burbuja. ·24/6/2017
Lo que los liberales y su mercado «tan eficaz» no te contarán. Así de miserables son.
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Incendio en Portugal | La aldea que se salvó gracias a los castaños y a los olivos
2017-06-23. Un triángulo verde en medio del valle negro arrasado por el fuego. La Quinta da Fonte, en Portugal, se salvó... http://www.farodevigo.es/multimedia/videos/sucesos/2017-06-23-123678-incendio-portugal-aldea-salvo-castaos-olivos.htmlEuropa entra en una nueva era de incendios forestales
- La catástrofe de Portugal es consecuencia de un nuevo tipo de fuego causado por el cambio climático que no se puede prever con los modelos de predicción actuales
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OTRO ASUNTO. Hoy en Perroflautas del Mundo: [Comunicado] Violencia policial, abuso y criminalización a jóvenes que luchan por la libertad y la justicia
Se vende animal extinto por un euro
Marruecos es el epicentro mundial de la exportación de fósiles, un sector sin regular, basado en la mano de obra barata y en el que conviven coleccionistas privados y científicos. Nuño Domínguez - Erfoud (Marruecos)
Benaqla Sadki es un hombre delgado, de manos rudas y sin apenas
dientes. Dice que tiene 45 años, pero aparenta al menos diez más. Este
marroquí de la ciudad de Erfoud, al sureste del país, trabaja en un
agujero de cinco metros que ha cavado a golpe de pico y pala. Saca los
escombros escalando por las paredes con una agilidad pasmosa. Ha tardado
un mes en abrir la fosa y aún tendrá que seguir varios metros en
horizontal antes de encontrar lo que busca. Trabaja así incluso en
verano, con temperaturas que superan los cuarenta grados. “Esto es lo
que tengo que hacer para ganarme el pan”, dice en francés.
Hace unos 450 millones de años, el desierto del Sáhara era el fondo del océano situado en torno al Polo Sur. Formaba parte del supercontinente de Gondwana. Las costas eran similares a las de la Antártida y en las aguas vivían trilobites, animales que desarrollaron ojos de cristal y exoesqueletos para protegerse de sus depredadores, orthoceras, cefalópodos parecidos a calamares con caparazón, y bivalvos similares a los actuales. Todos esos animales y muchos otros se extinguieron hace cientos de millones de años, pero sus cuerpos fosilizados siguen bajo tierra y se cuentan por millones.
Sadki es uno de los cientos de buscadores de fósiles de esta zona
desértica del Anti-Atlas marroquí. Busca crinoides, animales marinos
caracterizados por sus vistosos cálices y pedúnculos. El precio depende
del tamaño de la pieza. “Por una buena placa pueden darme 3.000 dirhams
[unos 300 euros]”, señala. En ocasiones pasa hasta cuatro meses picando
sin encontrar nada, asegura. Estos trabajadores son la mano de obra
barata que sustenta el mercado de compra y venta de fósiles en
Marruecos, uno de los principales exportadores a nivel mundial. En las
tiendas de las poblaciones de Erfoud, Alnif o Rissani, se pueden comprar
trilobites que caben en la palma de la mano por un euro (se venden por
cajas de 200) y placas con varios de estos animales por más de 1.000
euros. Hay hasta encimeras de cocina y lavabos hechos con piedra caliza
llena de animales extintos. Una vez sacadas del país, las piezas más
valiosas se venden en Internet por decenas de miles de euros.
Toda esta actividad, que da de comer a muchas familias en la región, no está regulada. Gran parte de esta riqueza fósil acaba en el extranjero, en la mayoría de casos sin pasar por el control de las autoridades.
En una de las entradas de Erfoud el sonido de las radiales es
constante. En medio de nubes de polvo asfixiante hay de trabajadores con
la cara y los ojos tapados por pañuelos y gafas que cortan placas de
fósiles para su posterior venta. Son el siguiente eslabón de la cadena,
los preparadores. Los más cualificados usan tornos similares a los de un
dentista y pulidores que escupen fina arena para separar los trilobites
de la piedra hasta dejarlos casi totalmente separados sin dañar las
espinas defensivas de algunas especies. Además de los comercios abiertos
al público, algunos comerciantes tienen almacenes privados en los que
ofrecen garras de dinosaurio por 250 euros, mandíbulas de ballena
extinta por 1.500 euros, o hachas de piedra talladas por humanos hace
decenas de miles de años por 50 euros cada una. Una vez preparados para
la venta, el precio de los fósiles en tienda es, por lo menos, el doble
que el que se paga al picador, y a veces mucho más.
Científicos de varios países peregrinan a esta zona en busca de descubrimientos de alto impacto. Es una forma de hacer paleontología que empieza en tiendas o ferias de Europa o EE UU. Los investigadores preguntan a los vendedores por el origen de un fósil de invertebrado o vertebrado interesante. El rastro les lleva a las muchas canteras del sureste de Marruecos. Si tienen suerte, los comerciantes locales les llevan hasta el sitio exacto de donde salió una especie desconocida y los picadores les dejan excavar. Solo hay una condición, que les paguen por lo que encuentren.
“Gracias al comercio de fósiles se han definido en Marruecos cerca de
un millar de especies nuevas de invertebrados paleozoicos”, explica
Juan Carlos Gutiérrez-Marco, investigador del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC). Cada año, este geólogo hace un viaje
de ida y vuelta en todoterreno desde Madrid a Marruecos para ver qué
animales nuevos se están extrayendo, comprar alguna pieza interesante y
realizar sus propias excavaciones en las zonas que aún no están
explotadas. El investigador ha descrito tres nuevas especies y tiene
otras siete en cartera.
Marruecos tiene amplios afloramientos del Cámbrico, el Ordovícico, el Silúrico y el Devónico, periodos geológicos que abarcan desde hace 540 millones de años a 350 millones de años. El hecho de que no haya capa de vegetación que atravesar convierte a esta zona de Marruecos en uno de los mejores lugares del mundo para encontrar fósiles. “Al ritmo actual de explotación, las reservas tardarían siglos en agotarse”, asegura Gutiérrez-Marcos.
Uno de los hallazgos científicos más recientes en esta zona fue el anomalocaris gigante (Aegirocassis benmoulae),
un artrópodo marino de unos dos metros de largo que era probablemente
el animal más grande del mundo hace unos 480 millones de años. Los
cadáveres de estos animales y otros de su ecosistema quedaron tan bien
preservados en el sedimento que se fosilizaron los órganos y partes
blandas, algo excepcional que solo es comparable con los famosos
Esquistos de Burgess de Canadá y otros similares en China.
Mohamed Ben Moula, de 63 años, es un antiguo pastor de camellos reconvertido a buscador de fósiles. Él halló los primeros anomalocáridos y se los vendió a Brahim Tahiri, uno de los comerciantes de fósiles más ricos de la zona. Tahiri se lo enseñó a Peter Van Roy, un investigador que ha trabajado para la Universidad de Yale (EE UU), quien, junto a otros colegas, estudió y publicó los detalles sobre esta nueva especie. Todos los fósiles descritos fueron excavados por Ben Moula. Entre 2009 y 2014, el Museo Peabody de Historia Natural de la Universidad de Yale compró al marroquí toneladas de piedras con fósiles extraídas en sus canteras, un total de 10.000 especímenes por el que desembolsaron unos 210.000 dólares, explica Van Roy. El estudio más importante sobre la nueva especie, firmado por Van Roy y Derek Briggs, veterano geólogo de Yale y exdirector del Museo Peabody, se publicó en la prestigiosa revista Nature, un podio para cualquier científico.
Van Roy destaca la labor de Ben Moula, pues sin su actividad comercial no serían posibles descubrimientos como el suyo. Además el marroquí vende más barato a los científicos. “Si miras estos precios y tienes en cuenta la cantidad de trabajo que se necesita para sacar toneladas de piedra, el precio de venta es una ganga”, reconoce Van Roy. Después de Yale, el Museo Real de Ontario (Canadá) compró este tipo de fósiles a los Ben Moula y en la actualidad la familia está en proceso de vender más material a museos europeos, dice Van Roy. El investigador reconoce las desigualdades entre los picadores que hacen el trabajo más duro y los magnates como Brahim Tahiri. Este comerciante tiene una de las mayores tiendas de fósiles de Erfoud y dinero suficiente para viajar a EE UU a vender directamente a los coleccionistas con más dinero. “En las ferias de EE UU Tahiri llega a ganar medio millón de dólares en una semana”, asegura Van Roy. Tahiri declinó ser entrevistado para este reportaje.
Hasna Chenaui, geóloga de la Universidad Hassan II de Casablanca, es
secretaria general de la Asociación para la Protección del Patrimonio
Geológico de Marruecos. Chenaui explica que la exportación sin control
de fósiles no es un caso aislado. El mes pasado una casa de subastas de
París puso a la venta el esqueleto casi completo de un plesiosaurio
marino de nueve metros por un precio inicial 350.000 euros. El fósil, de
66 millones de años, procedía de las minas de Khouribga, en el sureste
marroquí, sin que los expertos sepan cómo pudo salir del país. La
presión de la asociación de Chenaui contribuyó a que el Gobierno
marroquí interviniese para parar la venta, pero el fósil aún no ha
vuelto al país, dice Chenaui. “Marruecos, con un patrimonio geológico
tan rico, no tiene una regulación específica para protegerlo” ni la ha
tenido durante décadas, explica. Esto hace que en la actualidad “todo lo
que se extrae sea exportado y no permanezca en el país”, asegura.
Su asociación no apoya prohibir el comercio ni la exportación de fósiles, especialmente porque muchas familias dependen del sector, pero sí ha colaborado con el Gobierno para desarrollar una ley que regule los permisos de extracción y venta, dé derechos a los trabajadores, cree museos públicos que a su vez puedan generar turismo y desarrollo sostenible en la zona, promueva la formación académica de la gente de la región, y que impida la exportación de los fósiles de mayor valor, señala la geóloga. Según Chenaui, el desarrollo de esta regulación, a cargo del Ministerio de Energía, Minas, Agua y Medio Ambiente, se ha parado en los últimos meses. “Creo que les asustó el ruido mediático con el caso del plesiosaurio y además recibieron presiones de los vendedores y comerciantes”, explica Chenaui. Este periódico ha intentado recabar la versión del Gobierno marroquí sin éxito.
Hace unos 450 millones de años, el desierto del Sáhara era el fondo del océano situado en torno al Polo Sur. Formaba parte del supercontinente de Gondwana. Las costas eran similares a las de la Antártida y en las aguas vivían trilobites, animales que desarrollaron ojos de cristal y exoesqueletos para protegerse de sus depredadores, orthoceras, cefalópodos parecidos a calamares con caparazón, y bivalvos similares a los actuales. Todos esos animales y muchos otros se extinguieron hace cientos de millones de años, pero sus cuerpos fosilizados siguen bajo tierra y se cuentan por millones.
“Gracias al comercio de fósiles se han definido
en Marruecos cerca de un millar de especies nuevas de invertebrados
paleozoicos”, explica Juan Carlos Gutiérrez-Marco, investigador del
CSIC, que viaja cada año en todoterreno a la zona desde Madrid
Toda esta actividad, que da de comer a muchas familias en la región, no está regulada. Gran parte de esta riqueza fósil acaba en el extranjero, en la mayoría de casos sin pasar por el control de las autoridades.
Científicos de varios países peregrinan a esta zona en busca de descubrimientos de alto impacto. Es una forma de hacer paleontología que empieza en tiendas o ferias de Europa o EE UU. Los investigadores preguntan a los vendedores por el origen de un fósil de invertebrado o vertebrado interesante. El rastro les lleva a las muchas canteras del sureste de Marruecos. Si tienen suerte, los comerciantes locales les llevan hasta el sitio exacto de donde salió una especie desconocida y los picadores les dejan excavar. Solo hay una condición, que les paguen por lo que encuentren.
Marruecos tiene amplios afloramientos del Cámbrico, el Ordovícico, el Silúrico y el Devónico, periodos geológicos que abarcan desde hace 540 millones de años a 350 millones de años. El hecho de que no haya capa de vegetación que atravesar convierte a esta zona de Marruecos en uno de los mejores lugares del mundo para encontrar fósiles. “Al ritmo actual de explotación, las reservas tardarían siglos en agotarse”, asegura Gutiérrez-Marcos.
Los comerciantes locales dejan excavar a los científicos, si pagan
Mohamed Ben Moula, de 63 años, es un antiguo pastor de camellos reconvertido a buscador de fósiles. Él halló los primeros anomalocáridos y se los vendió a Brahim Tahiri, uno de los comerciantes de fósiles más ricos de la zona. Tahiri se lo enseñó a Peter Van Roy, un investigador que ha trabajado para la Universidad de Yale (EE UU), quien, junto a otros colegas, estudió y publicó los detalles sobre esta nueva especie. Todos los fósiles descritos fueron excavados por Ben Moula. Entre 2009 y 2014, el Museo Peabody de Historia Natural de la Universidad de Yale compró al marroquí toneladas de piedras con fósiles extraídas en sus canteras, un total de 10.000 especímenes por el que desembolsaron unos 210.000 dólares, explica Van Roy. El estudio más importante sobre la nueva especie, firmado por Van Roy y Derek Briggs, veterano geólogo de Yale y exdirector del Museo Peabody, se publicó en la prestigiosa revista Nature, un podio para cualquier científico.
Van Roy destaca la labor de Ben Moula, pues sin su actividad comercial no serían posibles descubrimientos como el suyo. Además el marroquí vende más barato a los científicos. “Si miras estos precios y tienes en cuenta la cantidad de trabajo que se necesita para sacar toneladas de piedra, el precio de venta es una ganga”, reconoce Van Roy. Después de Yale, el Museo Real de Ontario (Canadá) compró este tipo de fósiles a los Ben Moula y en la actualidad la familia está en proceso de vender más material a museos europeos, dice Van Roy. El investigador reconoce las desigualdades entre los picadores que hacen el trabajo más duro y los magnates como Brahim Tahiri. Este comerciante tiene una de las mayores tiendas de fósiles de Erfoud y dinero suficiente para viajar a EE UU a vender directamente a los coleccionistas con más dinero. “En las ferias de EE UU Tahiri llega a ganar medio millón de dólares en una semana”, asegura Van Roy. Tahiri declinó ser entrevistado para este reportaje.
Su asociación no apoya prohibir el comercio ni la exportación de fósiles, especialmente porque muchas familias dependen del sector, pero sí ha colaborado con el Gobierno para desarrollar una ley que regule los permisos de extracción y venta, dé derechos a los trabajadores, cree museos públicos que a su vez puedan generar turismo y desarrollo sostenible en la zona, promueva la formación académica de la gente de la región, y que impida la exportación de los fósiles de mayor valor, señala la geóloga. Según Chenaui, el desarrollo de esta regulación, a cargo del Ministerio de Energía, Minas, Agua y Medio Ambiente, se ha parado en los últimos meses. “Creo que les asustó el ruido mediático con el caso del plesiosaurio y además recibieron presiones de los vendedores y comerciantes”, explica Chenaui. Este periódico ha intentado recabar la versión del Gobierno marroquí sin éxito.
OTRO ASUNTO. Hoy en Perroflautas del Mundo: Montoro, ministro de Hacienda de España, afirma que la amnistía fiscal inconstitucional sirvió para... crear empleo... (y recibe una ovación)
junio 23, 2017
Para echarse a llorar. Precariedad e incertidumbre del trabajo universitario
Magnífico
artículo, pero sobre todo magnífico el documento de Juan José Castillo
y Paloma Moré que está vinculado en el artículo. Deberíamos clavar en
la puerta de nuestras facultades este documento, como hizo Lutero.
Imprescindible, necesario.
......................................Socióloga Begoña Marugán Pintos. 23 de Mayo de 2017 http://www.nuevatribuna.es/opinion/begona-marugan-pintos/echarse-llorar-precariedad-incertidumbre-trabajo-universitario/20170523173751140116.html
Mujeres y hombres con una media de cuarenta años que han terminado sus doctorados hace más de cinco años y perciben por su trabajo como docentes universitarios entre 500 y 1000 euros, trabajando más de diez horas al día incluso fines de semana son los protagonistas de la última investigación del prestigioso Grupo de Investigación
La investigación “La Universidad sin futuro. Precariedad e incertidumbre del trabajo universitario”, ha sido realizada por Juan José Castillo y Paloma Moré dentro de un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad. En el mismo se analizan las condiciones de trabajo y de vida del personal docente y de investigación de la Universidad Complutense de Madrid.
El estudio contiene 38 entrevistas a personas de distintas categorías de la carrera académica desde aquellas que están elaborando su tesis hasta las que tienen la categoría laboral de contratado doctor. En el mismo se reflejan las tensiones, temores y decepciones de un personal sometido a una carrera imposible en la que “cumplen con todas las normas impuestas –hacen la tesis, publican en revistas de prestigio, dan clases, tutorizan, gestionan, investigan, etc. - para conseguir estabilidad y sin embargo a cambio no reciben nada. Se sienten -según una entrevistada- “como un galgo al que le ponen una zanahoria, corren, corren, y pasa el tiempo y no llegan a la liebre. La liebre siempre es más rápida y entonces es una decepción muy grande”.
Treinta y ocho relatos de vida que, salvo alguna pequeña diferencia en el caso de las personas que están como contratadas doctoras, se podrían haber descrito en una sola y que además, y por desgracia describen una realidad que puede hacerse extensible a toda la universidad española.
Quizá haya que empezar por acabar con el mito de la academia como lugar excepcional y explicar que la universidad es un centro de trabajo donde además de personal funcionario también hay personal laboral, es decir, que no estamos hablando ni más ni menos que de personas trabajadoras que se rigen por el Estatuto de los Trabajadores como el resto (además de por algunas exigencias específicas como la acreditación de una agencia de evaluación como requisito previo para poder ser contratadas como ayudantes doctores o doctores). De las y los 94.453 docentes que había en el curso 2014-2015 en las universidades públicas, el 50,2% era personal contratado, mientras que el 49,8% era funcionario. Un porcentaje que tiende a aumentar cada año con una tasa de reposición que está taponando el sistema de acceso y promoción profesional y descapitalizando la universidad. De hecho, en la Universidad Complutense de Madrid el 65,6% de su personal tiene contrato de duración determinada.
También es falsa la idea de que todo profesor/a es catedrático. Sólo el 12% del Personal Docente y de Investigación de la universidad pública lo es, proporción aún menor en el caso de las mujeres. Por el contrario, lo que no se sabe es que salvo el PDI funcionario y en cierta medida el personal contratado como contratada/o doctora/o el resto tiene unas condiciones laborales indecentes. La inestabilidad laboral, la falta de carrera académica, los reducidos salarios, los extensos horarios en la preparación de asignaturas variadas y de investigación y publicación en revistas indexadas devoran la vida de los y las, cada vez menos jóvenes, docentes. Los sueldos oscilan entre los 271 euros netos de lxs asociadxs y los 900 de lxs interinxs, pero que incluso los ayudantes doctores no pasa nunca de los 1500 euros.
El PDI no permanente sigue trayectorias de investigación brillantes, publica en revistas de impacto, participa en proyectos de investigación y ¿para qué? Para seguir publicando, investigando, impartiendo clases para poder llegar no a conseguir un puesto de trabajo, sino una acreditación, para lo cual acabas “pasando un verdadero infierno”. Y cuando consiguen la acreditación - lo cual no es fácil porque se pueden encontrar que “han cambiado las reglas de juego en mitad del partido”-, se topan con la imposibilidad de estabilizarse porque se ha impuesto una “maldita tasa de reposición” que impide sacar plazas en la universidad.
La situación verdaderamente es “para echarse a llorar” porque no sólo se encuentran en una especie de jaula de hamster en la cual investigan, publican, dan clase, orientan y asesoran sino que vuelven a investigar, asesorar, impartir clase, publicar y así sucesivamente para conseguir el contrato de trabajo decente prometido que nunca llega. No pueden entender cómo es posible que se hable de calidad en la docencia y les exijan tanto cuando ven a situación laboral de precariedad que tienen.
La lectura de esta investigación transmite frustración e impotencia porque el personal docente e investigador siente que “tiene que aguantar” aunque en la universidad sólo haya precariedad porque seguir haciendo su currículo les penaliza fuera de la misma al “verles sobrecualificadas para algunos puestos” y se encuentran con las puertas cerradas de las empresas.
Además el estudio permite visualizar el continuum entre las condiciones laborales y las condiciones de vida. La precariedad laboral conduce a tener vidas precarias porque las personas investigadas tienen la sensación de que a pesar de “tener 40 años no pueden tomar ninguna decisión sobre mi vida” porque no tienen las riendas de la misma.
Esta investigación constata como la contratación de profesoras y profesores universitarios, como mano de obra barata, se ha convertido en una forma generalizada y aceptada de resolver los problemas de la gerencia universitaria en tiempos de crisis. La crisis también aquí ha servido como excusa para aplicar recortes a la financiación pública. El gasto de personal para el conjunto de las universidades se ha reducido en 333 millones de euros de 2010 a 2013. Además, ha asentado, aún más, el modelo elitista de universidad que se venía impulsando desde el Consejo Europeo de Lisboa del año 2000.
En definitiva, la magnífica investigación de Castillo y Moré es un golpe a la concienciación sobre un problema que se ignora y que transciende la realidad laboral de un número importante de investigadores y docentes, porque mediante la misma se establece una relación causal entre el empleo indecente y la imposibilidad de futuro de la universidad. La lección es clara: ¡sin calidad en la contratación no sólo no habrá universidad de calidad, sino que el propio futuro de la universidad peligra!
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OTRO ASUNTO. Hoy en Perroflautas del Mundo: José Luis Peñas: “Existen líneas rojas para no investigar la trama Gürtel”
Más de treinta organizaciones llaman a los madrileños a movilizarse este sábado 24 de junio 19h. contra la corrupción
Gestantes ¿altruistas?, de Laura Freixas
Es fácil minimizar lo que suponen un embarazo y un parto si no se escucha a las mujeres. Laura Freixas Laura Freixas es escritora.
La primera vez que participé en un debate sobre gestación subrogada, hubo una pregunta que no supe contestar. Era en la radio, y los otros invitados eran padres de hijos nacidos por ese método. Yo iba armada hasta los dientes de argumentos contra la mercantilización del cuerpo femenino, pero me quedé en blanco cuando me preguntaron: si es altruista, ¿la prohibirías también?
Parecía difícil de creer, de modo que decidí informarme. Leí reportajes, presencié debates, escuché a famosos en la tele, vi el documental Surrogacy... Al cabo de un tiempo, observé algo curioso. Y es que en todos esos espacios, quienes se expresan son mayoritariamente hombres. Occidentales, de clase media para arriba, que son padres por gestación subrogada o podrían serlo. También, aunque muchas menos, mujeres madres por el mismo sistema. Por último, profesionales. ¿No falta algo? ¿Alguien? Sí, claro: las gestantes. Esas de las cuales los “padres de intención”, o las ginecólogas o abogados ligados a una agencia, nos aseguran que “lo hacen porque quieren”, “es un acto de amor”, “les gusta estar embarazadas”... Yo preferiría escucharlas a ellas.
Imposible. No están. Apenas se las ve ni se las oye. Bien mirado, eso no solo se aplica a las gestantes subrogadas, sino a todas las madres. ¿Qué piensan, qué sienten, qué quieren? Miren alrededor: ¿cuál es la imagen-tipo? Hay dos. Una es terrible, aunque de puro habitual no nos escandaliza: la de un vientre sin cabeza. Es decir, no una persona (la cara es lo que nos humaniza), sino un recipiente. La otra es el modelo por antonomasia de la mujer en nuestra sociedad: la Virgen. La que se sometió a un proyecto ajeno (“Hágase en mí según Tu voluntad”), acogiendo en su cuerpo, sin pedir nada a cambio, a un hijo que no era suyo. La “gestación subrogada altruista” tiene ilustres precedentes.
Apenas si se oye a quienes, según los “padres de
intención”, o las ginecólogas o abogados ligados a una agencia, nos
aseguran que “lo hacen porque quieren”
Fui cayendo en la cuenta de algunas cosas interesantes. Por ejemplo, que el embarazo altruista por cuenta ajena sería un caso único de generosidad de pobres hacia ricos. Curioso. Curiosa también la prohibición de arrepentirse. Quien regala puede dejar de hacerlo; pero si la que “regala” un embarazo decide abortar o quedarse el bebé, se la castiga con una indemnización exorbitante. Y por cierto, caí también en la cuenta (me costó, pero terminó por encendérseme la luz) de que los contratos de subrogación “altruista” incluyen una “compensación por las molestias”. Vaya. ¿Y en qué consiste? En dinero. Creo que nos vamos entendiendo.
A estas alturas, ya solo me quedaba una pregunta: ¿por qué tantos “padres de intención” y también las (escasas) gestantes que se expresan, repiten como un mantra lo del “altruismo”? Permítanme un rodeo: echemos un vistazo a los anuncios de “contactos”. “Chicas viciosas”, “cachondas”, “morbosas”... ¿Acaso follan por lascivia? Si es así, ¿por qué cobran? “Rellenita pechugona, 30. Dos chicas, 50”. Y si lo hacen por dinero, ¿por qué se llaman “viciosas”? La respuesta no es difícil: el contratante no solo compra un cuerpo, sino la comedia de “vicio” necesaria para no ver el odio, asco, desprecio o simple aburrimiento de la contratada. ¿Comulgan los clientes con semejantes ruedas de molino? Hasta puede que sí. Pues todo encaja: la iconografía de las mujeres como objetos; la idea de que han venido al mundo para servir a los hombres; la poca voz que tienen. Es fácil minimizar, frivolizar, lo que supone un embarazo y parto o la vida en un prostíbulo cuando no se escucha a las mujeres; y es mejor no escucharlas para no poner en peligro la buena conciencia del cliente.
Por mi parte, si vuelven a preguntarme sobre la gestación subrogada “altruista”, diré que soy mayorcita para creer en los cuentos de hadas.
OTRO ASUNTO. Hoy en Perroflautas del Mundo: El tabú de la muerte y los políticos, de Fernando Pedrós
junio 22, 2017
A. Cómo hacer tu propio minitúnel de manera económica
Posted on 22 marzo, 2017 by huertaelcampichuelo - https://huertaelcampichuelo.wordpress.com/2017/03/22/como-hacer-tu-propio-minitunel-de-manera-economica/
Este año hemos decidido probar la
funcionalidad de los minituneles en las condiciones climatologícas de
Ribatajada ( Campichuelo, a 900m de altitud). Os voy a dar los
presupuestos para hacer un minitunel de 25 m de largo, nosotrxs hemos
puesto varixs. Vamos a probar si adelantamos dos o tres semanas la
producción de acelga, espinaca y lechugas. Para ello, hemos puesto las
plántulas tanto dentro como fuera de los minitúneles el mismo día con el
mismo riego para ver si hay diferencias significativas.
Lo primero que hemos hecho es hacer una lista de cosas necesarias para ponernos manos a la obra:
- Tubos de PVC de 20mm de diámetro para hacer las piquetas( los compramos en Pereda, Leganés a unos 2,5euros cada tubo de 5m). Para hacer 25m de minitunel necesitaremos 60 piquetas de 25cm de longitud, por lo tanto tendremos que comprar 15m de tubo.
- Alambre para hacer las arandelas en los segmentos de tubo de PVC. Con 4m tendremos suficiente. A esto no le pongo precio porque es irrelevante.
- Aros para minituneles de 2m. 0.5 euros cada uno. Necesitaremos 26.
- Manta térmica. Nosotrxos la compramos por rollos, así que los 30 m (hay que dejar sobrante para atar los finales del minitunel tal y como se ve en las fotos) salen a unos 10 euros.
- Cuerda para fortalecer al estructura y para atar la manta térmica a la misma.
Ahora nos vamos al terrenos y empezamos a
clavar cada una de estas piquetas formando el cuadro donde insertaremos
los aros para minituneles. Nosotrxs los hemos puesto cada metro, a lo
largo y a lo ancho.Introducimos todos los aros para empezar a
formar la estructura. Cuando ya estén todos pondremos otra piqueta a
ambos finales del minitunel, como a unos 50 cm del centro del último aro
para poder atar una cuerda que pasaremos uniendo todas las zonas más
altas de cada uno. De esta manera iremos creando la tensión necesaria. CONTINÚA EN EL ENLACE
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OTRO ASUNTO en Perroflautas del Mundo: El colegio milagro que revoluciona la educación en España
¿Por qué no arden los montes de Suiza y sí los del Bierzo?
Valentín Carrera | 22/05/2017. Las consecuencia de que la sociedad viva de espaldas al bosque http://www.lanuevacronica.com/por-que-no-arden-los-montes-de-suiza-y-si-los-del-bierzo
Una cita académica (para impartir dos conferencias en la Universidad de Fribourg,
sobre mi reciente viaje a la Antártida y sobre el viaje interior al
Bierzo), me ha permitido gozar de la contemplación de un país cuyo
paisaje emociona y enamora: Suiza.
Profundamente indignado por las oleadas de incendios que año tras año devastan Galicia y El Bierzo, y en especial por el reciente crimen ecológico contra la Tebaida, durante todo el viaje por Suiza no he podido apartar de mi mente la última estampa negra, cenicienta y humeante del Valle del Silencio, que había recorrido pocos días antes.
A medida que la ventanilla del tren —limpio, puntual y silencioso— me iba mostrando el paisaje del lago Lemans y la espléndida postal de los Alpes, no dejaba de torturarme con una sola pregunta, ¿por qué los bosques de Suiza no arden (y los de Galicia y El Bierzo sí)?
Una explicación simple sería porque en Suiza no gobierna el Partido Popular, pero no me gustan las explicaciones simplonas, como algunas que culpan del desastre a un imbécil con una cerilla y mucho viento. En Suiza también hay mucho viento, imbéciles e incendiarios, pero el monte no arde… porque las autoridades y toda la sociedad se lo toman en serio.
Con o sin cerilla, el bosque arde cuando está abandonado, como los montes bercianos, ignorados por una Consejería de la Junta de Castilla y León cuyo titular debería estar procesado penalmente por presunta prevaricación y negligencia, además de las responsabilidades políticas que requieren su dimisión (o, dado que aquí no dimite nadie, su cese inmediato y ejemplar por el presidente Herrera), como habría ocurrido en Suiza y en cualquier país europeo no tercermundista.
Un tercio de Suiza son bosques. En los últimos veinte años han sufrido una media anual de 90 incendios y 374 hectáreas. El incendio de la Tebaida cuadruplica todos los bosques quemados en Suiza durante un año. Algo estaremos haciendo mal como sociedad y algo estarán haciendo mal nuestros gestores autonómicos y locales.
El bosque suizo es una inmensa fuente de riqueza sostenible (cuando se lee el Plan forestal que el Ayuntamiento de Ponferrada guardó en un cajón desde 2008, se ve el potencial económico que hemos desperdiciado). El bosque crea miles de puestos de trabajo: 6.223 empleos directos, la mayoría a tiempo completo, en mano de obra forestal (nuestras famosas brigadas); y más de 80.000 empleos en la industria de la madera.
Los suizos consideran que la biodiversidad de sus bosques —más de 26.000 especies— es más importante que plantar pinos y eucaliptos, monocultivo incendiario. Desde pequeños, los escolares y las familias van una vez por semana al bosque, hacen allí sus cabañas y barbacoas, sin que pase nada. [Todos los datos en La forêt suisse en bref; y les invito a visitar la web www.lfi.ch, Inventario forestal nacional, para entender por qué los bosques suizos no arden].
Porque hay prevención diaria y permanente. Los bosques están limpios de maleza, no almacenan las toneladas de combustible que nuestros montes apilan en sus laderas. Porque la propia biodiversidad, frente al monocultivo eucalíptico o apocalíptico, frena e impide los incendios descontrolados. Tampoco es preciso ir a Suiza: estas cosas las supieron desde siempre nuestros abuelos, respetuosos con los bosques de acebos, robles, encinas, nogales y castaños. Créanme, es muy difícil quemar un bosque de acebos…
Los bosques suizos no arden porque, además de la educación ciudadana, del sentimiento de pertenencia común o colectiva (¡Ubuntu!: si todos ganan, tú ganas), hay una vigilancia permanente. Una vigilancia seria y eficaz, no el paripé nuestro, sin medios ni recursos, con promesas de cámaras y patrullas, reiteradamente incumplidas.
Los bosques suizos no arden porque nos llevan trescientos años de adelanto —la democracia más antigua del mundo— y un alcalde al que se le quemaran mil hectáreas en su municipio sería inmediatamente expulsado; y ningún juez suizo osaría archivar, sin investigar, un delito ecológico de graves consecuencias económicas y ambientales.
Contemplando el paisaje de postal entre Genève y Lausanne, entendí mejor, con envidia y con tristeza, por qué arde el bosque del Bierzo: porque llevamos décadas sin prevención ni vigilancia, sin ningún planeamiento forestal, despreciando (como nuevos ricos paletos que somos) el aprovechamiento económico sostenible de nuestros montes, apostando por repoblaciones salvajes, devastadoras; porque ha habido una absoluta dejación de funciones desde la Junta de Castilla y León en el ejercicio de sus competencias; pero también porque la sociedad berciana, a diferencia de la suiza, vive de espaldas a nuestros bosques. Por eso esta sección grita, ¡Arriba las ramas!
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Profundamente indignado por las oleadas de incendios que año tras año devastan Galicia y El Bierzo, y en especial por el reciente crimen ecológico contra la Tebaida, durante todo el viaje por Suiza no he podido apartar de mi mente la última estampa negra, cenicienta y humeante del Valle del Silencio, que había recorrido pocos días antes.
A medida que la ventanilla del tren —limpio, puntual y silencioso— me iba mostrando el paisaje del lago Lemans y la espléndida postal de los Alpes, no dejaba de torturarme con una sola pregunta, ¿por qué los bosques de Suiza no arden (y los de Galicia y El Bierzo sí)?
Una explicación simple sería porque en Suiza no gobierna el Partido Popular, pero no me gustan las explicaciones simplonas, como algunas que culpan del desastre a un imbécil con una cerilla y mucho viento. En Suiza también hay mucho viento, imbéciles e incendiarios, pero el monte no arde… porque las autoridades y toda la sociedad se lo toman en serio.
Con o sin cerilla, el bosque arde cuando está abandonado, como los montes bercianos, ignorados por una Consejería de la Junta de Castilla y León cuyo titular debería estar procesado penalmente por presunta prevaricación y negligencia, además de las responsabilidades políticas que requieren su dimisión (o, dado que aquí no dimite nadie, su cese inmediato y ejemplar por el presidente Herrera), como habría ocurrido en Suiza y en cualquier país europeo no tercermundista.
Un tercio de Suiza son bosques. En los últimos veinte años han sufrido una media anual de 90 incendios y 374 hectáreas. El incendio de la Tebaida cuadruplica todos los bosques quemados en Suiza durante un año. Algo estaremos haciendo mal como sociedad y algo estarán haciendo mal nuestros gestores autonómicos y locales.
El bosque suizo es una inmensa fuente de riqueza sostenible (cuando se lee el Plan forestal que el Ayuntamiento de Ponferrada guardó en un cajón desde 2008, se ve el potencial económico que hemos desperdiciado). El bosque crea miles de puestos de trabajo: 6.223 empleos directos, la mayoría a tiempo completo, en mano de obra forestal (nuestras famosas brigadas); y más de 80.000 empleos en la industria de la madera.
Los suizos consideran que la biodiversidad de sus bosques —más de 26.000 especies— es más importante que plantar pinos y eucaliptos, monocultivo incendiario. Desde pequeños, los escolares y las familias van una vez por semana al bosque, hacen allí sus cabañas y barbacoas, sin que pase nada. [Todos los datos en La forêt suisse en bref; y les invito a visitar la web www.lfi.ch, Inventario forestal nacional, para entender por qué los bosques suizos no arden].
Porque hay prevención diaria y permanente. Los bosques están limpios de maleza, no almacenan las toneladas de combustible que nuestros montes apilan en sus laderas. Porque la propia biodiversidad, frente al monocultivo eucalíptico o apocalíptico, frena e impide los incendios descontrolados. Tampoco es preciso ir a Suiza: estas cosas las supieron desde siempre nuestros abuelos, respetuosos con los bosques de acebos, robles, encinas, nogales y castaños. Créanme, es muy difícil quemar un bosque de acebos…
Los bosques suizos no arden porque, además de la educación ciudadana, del sentimiento de pertenencia común o colectiva (¡Ubuntu!: si todos ganan, tú ganas), hay una vigilancia permanente. Una vigilancia seria y eficaz, no el paripé nuestro, sin medios ni recursos, con promesas de cámaras y patrullas, reiteradamente incumplidas.
Los bosques suizos no arden porque nos llevan trescientos años de adelanto —la democracia más antigua del mundo— y un alcalde al que se le quemaran mil hectáreas en su municipio sería inmediatamente expulsado; y ningún juez suizo osaría archivar, sin investigar, un delito ecológico de graves consecuencias económicas y ambientales.
Contemplando el paisaje de postal entre Genève y Lausanne, entendí mejor, con envidia y con tristeza, por qué arde el bosque del Bierzo: porque llevamos décadas sin prevención ni vigilancia, sin ningún planeamiento forestal, despreciando (como nuevos ricos paletos que somos) el aprovechamiento económico sostenible de nuestros montes, apostando por repoblaciones salvajes, devastadoras; porque ha habido una absoluta dejación de funciones desde la Junta de Castilla y León en el ejercicio de sus competencias; pero también porque la sociedad berciana, a diferencia de la suiza, vive de espaldas a nuestros bosques. Por eso esta sección grita, ¡Arriba las ramas!
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OTRO ASUNTO. Hoy en Perroflautas del Mundo: Portugal. El imperio letal del eucalipto australiano
junio 21, 2017
Lista de los 10 alimentos más contaminados por plaguicidas
Aquí
dejamos la lista de los 10 alimentos más contaminados por plaguicidas. Y
para quien quiera ampliar info sobre disruptores endocrinos / Interruptor endocrino dejamos el
enlace al estudio que hizo Ecologistas en Acción: https://libresdecontaminanteshormonales.files.wordpress.com/2016/10/informe-plaguicidas-2016-1.pdf
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OTRO ASUNTO. Hoy en Perroflautas del Mundo: Las compañías que elegimos
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