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octubre 26, 2019

A las víctimas y a sus familias, lo que es de ellas: verdad republicana, justicia sin equidistancias y reparación real, de Marisa Peña

Marisa Peña ·     25/10/2019
Ayer fue un día extrañamente agridulce. Mi padre y yo estuvimos un rato juntos, celebrando que por fin la momia salía de Cuelgamuros, y recordando a nuestros muertos, su dolor, sus vidas robadas, su lealtad pisoteada, su futuro hecho añicos. Una familia rota en mil pedazos, como tantas otras, tantas que duele el corazón pensar en ello. No negamos la parte positiva y esperada de que el dictador infame salga de su mausoleo y brindamos por ello, e hicimos chistes, pero nos sentimos tristes y decepcionados al comprobar el esperpento franquista y mediático en el que se convirtió lo que debió haber sido un oscuro y administrativo cambio de huesos de un lugar a otro como tantos que se realizan en los cementerios cuando ya no hay espacio. Tanta condescendencia, tanta solemnidad, tanta carcundia fascista acompañando a lo peor de nuestra historia, al protagonista de una infamia cuartelaria e ilegal qie nos robó la incipiente democracia republicana a sangre y fuego. Mi padre lloró, y las lágrimas de mi padre son para mí una cosa muy seria. Porque como hijo y nieto de represaliados, que vivió en ese Valle mientras mi abuelo lo construía y se consumía de tuberculosis, sabe que aunque la momia ya no esté, el dinosaurio del nacionalcatolicismo sigue ahí. El mayor monumento a la gloria del fascismo hispánico sigue ahí. Con su cruz inmisericorde que dejó muertos y heridos en su levantamiento, con sus símbolos, sus yugos, sus flechas, su basílica consagrada, sus monjes fascistas, sus muertos republicanos robados a hurtadillas y su tumba del ideólogo de movimiento.El Valle sigue ahí, y los franquistas en las calles, en su nuevo partido blanqueado y normalizado, en sus puestos privilegiados de la judicatura,en los cuerpos de seguridad, en el ejército, en los principales grupos empresariales y en el adn de miles de españolitos educados en la paz de los cementerios que durmió millones de conciencias oara siempre. Y no, mi padre y yo no somos unos rojos resentidos, amargados y cabreados, como dicen algunos adanes de la izquierda llamados Royo Villanova, ni queremos aguarle la fiesta al presidente ni a sus incondicionales seguidores. Lo que está bien hecho, bien hecho está. Al César lo que es del César. Pero a las víctimas y a sus familias, lo que es de ellas: verdad republicana, justicia sin equidistancias y reparación real. Y de eso, de momento, andamos muy faltos señor Royo Villanova y los que le aplauden, muy faltos.
© Marisa Peña. Entedando memoria.
Marisa Peña ·      25/10/2019      22h.
Yo sobre el Valle y sus resignificaciones sólo escucho a dos autoridades en el tema: Sánchez Albornoz, que escapó del infierno, y mi padre, que estuvo en él tres de los cinco años que pasó allí mi abuelo, siendo sólo una criaturita de cuatro años. Ambos opinan lo mismo aunque no se conocen (yo tengo la inmensa suerte de conocerlos a los dos): abandonarlo, olvidarlo, dejarlo atrás. Que la naturaleza se enseñoree de tal engendro. Lo que opinen sesudos historiadores, "periodistos" muy listos, comisionados, políticos y demás especímenes no me interesa. Somos raras avis, pocos nos entienden, pocos se ponen en nuestra piel." Olía a muerte", me dice mi padre, "a muerte y a pena. Vi llorar a muchos hombres detrás de las casetas" No diré nada más.
© Marisa Peña.

Rafa León También podríamos demolerlo para, por una vez, ayudar a la naturaleza. Aunque lo prioritario sería demoler todo el andamiaje ideológico del franquismo, hoy más presente que nunca, tras la muerte del genocida, en España. El bochornoso acto de exaltación franquista de ayer, organizado por el gobierno "socialista", así lo atestigua.

Marisa Peña     Rafa León demolerlo también me gustaría pero es verdad que sufriría daños el ecosistema, así que dejar de pagar dinero para mantenerlo, devolver los republicanos secuestrados allí a sus familias y OLVIDO no sería mala opción. Como dicen mis autoridades en el tema hay muchas otras opciones para recordar lo que pasó y homenajear a los republicanos mejores que ese engendro nacionalcatólico, megalítico y terrible.

Rafa León Creo que devolver a muchos de los republicanos allí sepultados a sus familias requeriría de esa demolición. Por otra parte, los proyectos de restauración ambiental siempre se pueden y deben ejecutar para mejorar los ecosistemas. El problema en este caso es quiénes asumirían los costes. ¿Y si se expropiasen para ello los bienes en manos de los herederos del genocida? Al fin y al cabo son producto del crimen y el saqueo.
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Paco de Jerez ·   24/10/2019
Condenó a muerte a mi tío abuelo, por demócrata y republicano.
Condenó a muerte y asesinó a mi abuelo, por demócrata y republicano.
Condenó a mi padre a 20 años de cárcel y lo mantuvo encerrado durante 10 años, por demócrata y republicano.
Esa basura humana fascista, ese despojo infecto, debería haber terminado en un vertedero. Él y quienes todavía hoy defienden su ejemplo y su ideario, enemigos ellos de la Democracia y de la República.

German Cano ·   24/10/2019
Mis abuelos, represaliados por el dictador, contemplarían hoy entre risas el circo friki en el que ha quedado la familia de “la Collares” y el enano acomplejado, pero seguro que habrían llorado. Hoy brindo por ellos.
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Mateo Santamarta Paniagua ·       25/10/2019
No veo tele y no vi el reportaje de la inhumación del dictador, pero he visto fotos en las que se ve a militares haciendo el saludo militar a los miembros del sanguinario dictador. Alguien, con más luces que yo, me puede explicar por qué se saluda militarmente a una familia que tiene tanto que explicar ante la sociedad española???
Con Germán.
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