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julio 19, 2020

19 de julio de 1936, un pueblo en armas

Gonzalo Tejerina Lobo · todoporhacer.org   
En el año 2016, se cumplieron 80 años del golpe de Estado que dio origen a la guerra civil española y que desencadenó en algunos territorios de la península una auténtica revolución social que cuestionó todas las bases del orden establecido, pasando a gestionar la economía y el resto de la vida al margen de las instituciones del Estado. Para conmemorar ese aniversario, el año pasado publicamos un artículo sobre estas experiencias colectivizadoras , este año trataremos cómo la organización obrera previa al alzamiento militar hizo fracasar el golpe y posibilitó esas experiencias autogestionarias que aún siguen siendo un ejemplo para todos/as los/as que anhelamos un mundo nuevo sin gobernantes ni gobernados/as. Para ello, publicamos estos extractos del libro de Hans Magnis Enzensberger, El corto verano de la anarquía, que a través de la vida y muerte de Buenaventura Durruti, y con testimonios de los/as protagonistas de los hechos, nos cuenta la historia del primer tercio del siglo XX del anarquismo en nuestro país. 

En casa hablaba poco de sus actividades. Había muchas cosas que todos, menos yo, sabían. Por ejemplo, el entrenamiento militar antes de julio de 1936, la instrucción para el manejo de las armas. Le aseguro que ellos preveían desde hacía tiempo el golpe de Estado de Franco, y se preparaban para ello. Tenían un campo de tiro en las afueras. Sólo yo no sabía nada. Para mí era un gran misterio, pero los vecinos estaban al corriente. La mujer es siempre la última en enterarse. Siempre el mismo silencio, el mismo misterio. ¡Sí, también puede parecer romántico si uno lo prefiere! Émilienne Morin
 
La primera cuestión que se planteó en las conversaciones entre los anarquistas y el gobierno de Companys fue el armamento. Se entabló una lucha tenaz. Cada vez que los anarquistas reclamaban (y en realidad no exigían lo que realmente necesitaban, o sea 20.000, sino sólo 10.000 fusiles), el gobierno les respondía que no tenía armas en existencia. Los políticos temían al fascismo, pero al pueblo en armas lo temían más aún.  Diego Abad de Santillán 

Tres días antes del 19 de julio, el 14 o el 15, asaltamos un barco cargado de armas en el puerto de Barcelona. El gobierno de Cataluña, la Generalitat, quería las armas para sí; pero Durruti y los otros las llevaron al sindicato del transporte. Al día siguiente se presentó allí la Guardia de Asalto. Allanamiento de domicilio. Pero Durruti ya estaba en la calle. “¡Una camioneta, rápido!” Se consiguió entonces una camioneta para el reparto de leche y allí se despacharon las armas. El gobierno encontró cuatro o seis escopetas viejas. El resto lo teníamos nosotros, la CNT. Eugenio Valdenebro
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   Perroflautas del Mundo:  La España de caspa y sotana, de David Bollero



Funerales de Estado por las víctimas y+

 

 

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