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febrero 18, 2024

Mar Menor. Redes vacías, ingresos bajo mínimos y un sector histórico al límite: la lenta agonía de la pesca, de Álvaro García Sánchez

 Álvaro García Sánchez

San Pedro del Pinatar (Murcia) —



Nada más subirse a su barco con un paso firme y seguro desde el muelle de la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar (Región de Murcia), Juan Tárraga se enciende un cigarrillo y amarra a un hierro de la popa la cuerda áspera de un bote repleto de cajas de plástico y aparejos. Dentro de la cabina, a unos pasos, Pedro, su compañero, arranca el motor, que se enciende con un lento carraspeo, con la parálisis del frío en la noche que aún perdura en el Mar Menor, que circunda al barco y a los pescadores en una extensión de penumbra cruzada por puntos luminosos y lejanos. “Llevamos meses, desde el invierno pasado, en que no pescamos apenas nada, pero, ¿qué haces si no? Te tienes que adaptar. Hemos tenido épocas malas, claro, aunque, como esta, ninguna”, explica Juan, expulsando el humo del cigarrillo por la nariz.

“Ahora mismo veo imposible que vuelvan los mejores años de pesca que tuvimos aquí”, cuenta, alzando la voz por encima del estrépito del motor, con la cara iluminada por la luz intermitente y rojiza de la cabina, el barco ya internándose de lleno en la oscuridad del mar como si descendiera hacia las profundidades de un pozo. La situación de los pescadores del Mar Menor es, desde hace un año, agónica. 

(...) “El estado de la laguna es dramático desde hace ya muchos años, y no lo van a solucionar. Solo ponen parches, como si el Mar Menor fuera una carretera vieja, pero no sirven para nada. Los baches seguirán estando ahí”, dice Tárraga. Acto seguido echa decididamente el ancla en un punto cercano al final de La Manga, al norte de la laguna. El motor recién apagado amplifica de pronto los sonidos de la naturaleza, los chillidos de las gaviotas que vuelan en todas direcciones, el sosiego del agua, que resuena contra la madera blanca del barco con una suavidad de caricia.

La primera luz opaca del amanecer nublado e invernal otorga al mar una inusual claridad azul y una sombría densidad. Juan Tárraga lo mira, de un lado a otro, conociéndolo como una casa que fuera suya, a sus 59 años, después de 46 saliendo cada mañana a pescar, como queriendo auscultar la vida que se extingue sin remedio bajo las aguas. Sin duda, los momentos límite y las negligencias prolongadas en los últimos años han gastado a la laguna enormemente: la ‘sopa verde’ de 2016, los episodios de anoxias masivas de 2019 y 2021, los vertidos nunca detenidos de químicos procedentes de la agricultura, la construcción violenta, desmesurada.

(...) “Llevamos aquí toda nuestra vida, y ahora nos fastidia ver lo que está pasando, porque se veía venir”, interviene Pedro. Al hablar vuelve ligeramente la cara, como fijándose de repente en algún detalle del agua, en un ruido irregular del motor del bote. “Y la Cofradía se va hundiendo poco a poco y a nadie le importa”, prosigue Tárraga. “Mi padre, el suyo, nuestros abuelos, todos hemos construido este negocio durante décadas, con mucho esfuerzo. Y en pocos años llegan unas cuantas personas toman decisiones arbitrarias y se lo cargan todo. Yo me jubilaré enseguida, pero las consecuencias las van a sufrir los que vengan detrás”, manifiesta.

“Es lo que tiene esta Región”, insiste Tárraga. “Nadie puede denunciar la situación del Mar Menor, ni investigarla de verdad, porque a la mínima te ponen problemas”. El veterano pescador, cuenta, fue durante unos años patrón mayor de la Cofradía de Pescadores e intentó, por todos los medios, exponer el problema, hacérselo saber a la administración regional. Pero nadie le escuchó. Lo intentaron silenciar y acabó harto. “Ya no podemos hacer nada más. Uno ve tantos años lo mismo y se resigna. Todo lo que dicen es mentira. Las culpas que les echan al calor, o a las lluvias. Al final dices: con lo que me queda, ¿para qué voy a seguir luchando contra esto?” (...)

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Juan Tárraga, a la derecha, y su compañero Pedro, a la izquierda, pescan en el Mar Menor en la mañana del 15 de enero de 2024 Eloy Vidal

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