Gerardo Tecé 17/09/2024
Hoy el líder de los populares les dice a los suyos que la prioridad ya no es salvar España, sino los precios del alquiler y esas cosas. Y, claro, el desconcierto es máximo
Alberto Núñez Feijóo. / Luis GrañenaEn CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
“El PP da por agotada la amnistía y usará otros temas”. Así, como si tal cosa y acompañada de una foto de Vinicius y Mbappé robándole el cupo vasco a la Real Sociedad, anunciaba la portada de La Razón el pasado domingo que la liquidación de España pasaba a ser un asunto secundario. Siguen sin reponerse del patatús las decenas de miles de personas que, bienintencionadas y preocupadas por el asesinato de la democracia española perpetrado por Pedro Sánchez, acudieron fieles a la media docena de manifestaciones convocadas por Feijóo y los suyos contra la ley de amnistía. Hoy el líder de los populares les dice que la prioridad ya no es salvar España, sino los precios del alquiler y esas cosas. Y claro, el desconcierto es máximo. Imaginen un agujero en el guion en el que el prota de la peli pasa de enfrentarse a un meteorito que acabará con la humanidad a rellenar declaraciones de la renta sin dar más explicaciones. Es lo que ha hecho el Christopher Nolan gallego y los críticos cinematográficos enganchados a encontrar explicaciones en las historias más enrevesadas trabajan en tres hipótesis. La primera es que el PP ha logrado salvar la democracia en algún momento de estos últimos meses y se les ha pasado comentárnoslo. La segunda es que la democracia española sigue en pleno proceso de destrucción, pero los de Feijóo han decidido pasarse al bando sanchista al dejar de lado un asunto de tamaña gravedad. La tercera es que todo era una broma. Tesis que se refuerza tras la aparición del verbo “usar” en la portada del diario de cabecera del PP. Si no te gustan las bromas vete del pueblo, que diría Gila.
Este agujero en el guion es, tal vez, lo más interesante de toda esta película Made in Génova. Un espacio oscuro al que, si uno se asoma, podrá observar con claridad el futuro inmediato. Un futuro en el que PP, Junts y PNV puedan ir por fin de la mano en defensa de las políticas de derechas. Los separatistas que quieren destruir España pasarán a ser, más temprano que tarde, partidos con sentido de Estado. La traición que supone pactar con ellos pasará a denominarse normalidad parlamentaria y los prófugos de la justicia se llamarán socios. Ni que decir tiene que la dictadura instaurada tras pactar una investidura con Junts se convertirá en un plis plas en un hecho democrático sin mayor importancia cuando el pacto lo firme el PP. Feijóo al fin se animaría a ser presidente del Gobierno. El agujero en el guion alberga a su vez subtramas tan apasionantes como la trama principal. La que más interés suscita será la de ver cómo se cuadra el círculo para que suban al mismo coche las ultraderechas de Vox y Alvise con las derechas vasca y catalana. Y es aquí donde aparece el lado humano y entrañable de esta peli, porque el director del filme no tiene ni la más remota idea. A cambio, tiene el ADN PP, consistente en ir tirando y mañana ya veremos.
En Perdidos, la primera de las series de consumo global, un J.J. Abrams falto de ideas decidió un buen día colar un oso polar y una escotilla en la trama para ir tirando. Y fue tirando. El PP no es menos creativo que Abrams. Si son capaces de acusar de cómplice del chavismo al Sánchez que da asilo a opositores venezolanos y reconoce presidentes venezolanos al tuntún, ya se buscarán el modo de hacer este viaje. Uno irá de copiloto, el otro enganchado a la baca y el que haga falta oculto en el maletero. Pero el viaje se hará y el espectador lo entenderá como entiende haberse desgañitado gritando España se rompe y que ahora le digan que el apocalipsis está pasado de moda. Como entenderá que los malos malísimos se conviertan de repente en socios por exigencias del guion. Las tertulias hablarán de otras cosas, Feijóo aprenderá catalán en la intimidad, Pablo Motos lo invitará a su programa, a pesar de arrimarse a Junts, y recordaremos los años de apocalipsis diario con una sonrisa. No hay nada como tener un público agradecido.
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