23.- Pie de Tres Cestos y Cuerda Larga al fondo, arriba, en la distancia
* Tras la comida procede iniciar la vuelta al origen, en este caso, el aparcamiento. El tiempo que le dedicamos usualmente viene siendo de 45 minutos, en plan relajado, y media hora, con prisas. Con muchísima prisa... ni se come.
Desde el collado de Tres Cestos tenemos vista sobre la Cuerda Larga, aún queda alguna manchita de nieve. Manchita perecedera total, en breve, dado los calores que se avecinan.
Si bonitas son las formaciones de la Pedriza Interior -ya mostradas- las de la Posterior, así la llaman, no le van a la zaga -construcción linguística copiada de las lecturas-. La "caída" pétrea que desde aquí se divisa es preciosa, una cascada de piedra ignorada por gran parte de la población madrileña. Increible pero cierto, estamos a 45 km., poco más, de Madrid y a lo más que han llegado los "iniciados" es al río, a comer junto al río, con sus correspondientes sillas, mesas, nevera y demás aparejos dominicales. Esto no debería sonar a queja, puesto que soy consciente de que los lugares con la masificación se degradan hasta puntos irreversibles, en muchos casos. Así las cosas, demos por bueno el desconocimiento ajeno.
24.- Pino autóctono, al menos así lo creo, dado la envergadura del mismo
* El guía "pretende" encontrar una bajada por la izda. del collado, anda, mira y vuelve. Yo creo, así lo digo, que por la derecha, camino del Collado del Miradero, aparece una bifurcación que lleva en ese sentido. Vamos, lo vemos y por él volvemos. Ya pasamos anteriormente por aquí, sin desviarnos para subir a T.C., hacia el C.M.
Al poco reconocemos el pino, nuestro pino, una preciosidad, sano, hermoso, gallardo total. Como él hemos visto, en otras ocasiones, otros dos -quizá tres- en las cercanías. No están fácilmente visibles pese a su envergadura, hoy no los veremos.
25.- "Dolmen" del camino
* Tras estar unos minutos en su compañía nos vamos, le dejamos como estaba, tranquilo.
Los de repoblación, ya lo dije, no adquieren tamaño notorio y ni siquiera ostentan buen porte. Entre el pinar "artificial" hay algunos ejemplares de encinas añudas, no grandes, aquí son de la variedad carrasca. Además de que, quizás, el estar acosada por los pinos no les permitiera crecer. Llegamos al "cobijo" conocido y que, en caso de tormenta, bien puede servir para resguardarse
26.- Musgo inusual en estas fechas y helechos recientes
* Seguimos bajando, nos vamos acercando al arroyo de los Hoyos -esta es una de las partes positivas de confeccionar estas crónicas, al usar los planos "leo" los nombres de los sitios-, el rumor del agua se escucha más y más. Encontramos gran cantidad de rocas con musgo ¡y estamos en junio!, sorprendente este año por su gran cantidad de agua vertida en la zona centro. Los helechos están espléndidos también, el verdor da vida, me da vida. Por este lado de la pedri, en la parte baja, plantaron -también por otros- mucha arizónica. Un horror, un error. Su aspecto no es bello y el suelo que queda bajo ellas parece empobrecido
27.- Pequeña cascada del arroyo de los Hoyos. Agazapado: el "guía"
* Escuchamos, vemos entre la vegetación una hermosa cascada, a la que no me acerco por su accesibilidad incómoda: la distancia ¡que no me da por ahí, vaya! Algo más adelante el guía sí se acerca al curso del agua, me llama, quiere foto de esa cascada y tendrá foto. De camino, fotografío el reflejo del tronco de un pino en un pequeño reguero. El resultado no responde a mi expectativa, no la pongo.
28.- Charca Verde y sus toboganes, abajo
* Cuando este arroyo se une al Manzanares la senda gira 90 grados a la izquierda. Justamente ahí hay arizónicas. Continuamos camino, casi siempre hay más de una opción, en los sitios fáciles, como es aquí, ahora. Una senda más arriba, otra más abajo, incluso otra intermedia, en ocasiones. Blas tiene tendencia a irse hacia arriba, no sólo cuando va de subida, sino también cuando toca bajar. Y es lo que hace ahora, vamos subiendo, de vuelta y subiendo ¿? Buscando la mejor salida, dice.
29.- Arco Iris. A la derecha, el Cáliz
* Yo sé que para bajar, a la altura de Charca Verde, hay que tomar una canal entre grandes rocas, cruzada por una toma de agua -debe ser para el vivero cercano-. La hemos superado y seguimos en ascensión. Y sale el sol, y con él el arco iris, para hacer más fiesta.
30.- Paraje ignoto. Observar el tamaño del "bolo"
* Pasamos junto a un arroyuelo y me pienso: no se oye estruendo alguno de caída del agua, entonces... su discurrir no es abrupto, luego... Sigamos la corriente... Por aquí hay bastantes robles -melojos-
31.- Vista contraria a la anterior. Desde enfrente está tomada la fotografía de arriba
* Y gracias a la corriente salimos en un paraje absolutamente nuevo, pese a lo cercano que está del punto de salida de la mayoría de las excursiones pedriceras. El guía pasó junto a un enorme bolondrio y se tornó insignificante -de tamaño-.
32.- Reflejo guapo, este sí
* Aún pasaremos por más sitios desconocidos antes de dar con la senda que conduce al vivero. Lo dije al inicio de esta narración -la I-, pasar unos metros más arriba o más abajo en La Pedriza supone encontrar nuevos paisajes, otros rincones.
33.- Cantueso en flor. Planta abundante en esta zona y los alrededores
* La mata de cantueso = Lavandula stoechasque dejé de lado al pasar esta mañana me atrae ahora y la fotografío. Está situada tras el vivero, en el centro, ella sola. Cuando regresamos al vehículo aún tenemos luz sobrada. Iniciamos la vuelta a las 5h. 50´ y son las 9h.50´= 4 h.
Creo que, con esta extensa crónica de la excursión a Tres Cestos he dado una visión bastante amplia de lo que es el paraje de La Pedriza, el conjunto granítico más extenso de Europa y una de las formaciones más antiguas -el afilamiento en los montes, y montañas, hace prueba de su juventud-.
DATOS DE INTERÉS
Tiempo IDA: 5h. y media -exc. normal: 3 y media-
Tiempo VUELTA: 4h. -exc. normal: 2h. 40 minutos-
Desnivel: 1050m - 1750m - 1050m = 700 metros
PAQUITA
muy guapo, de verdad ¡¡¡¡
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