http://paqquita.blogspot.com.es/2005/09/bergua.html
1.- Es domingo, mañana tengo idea de volver a Madrid ¡algún día tiene que ser!... y tengo una cita que me interesa, y mucho, para el miércoles 1 de septiembre -la inscripción en los cursos de la uni.- Hoy haré el barranco a partir de los puentes, hasta donde llegue, hasta donde pueda.
2.- Ya había visto el cartel que estaba al final del camino. Algún voluntarioso informaba: Esta zona es nudista. Si eres textil ¡Respeta! Curioso, la calificación se la da un interesado ¡supongo! El río, este río, no es espectacular, y ofrece pocos sitios adecuados para el baño... salvo que te pongas en cuclillas.
3.- Mirando mirando, el río, acabo viendo barbos, chiquititos y que huyen veloces en cuanto me muevo (Ver foto 2 agrandada). Y mirando mirando veo una sorprendente cascada, pequeña cascada, el agua al confluir en el cuello por el que vierte forma una trenza. Sí, yo la vi entonces y ahora en la foto (ésta, la 3), aunque peor. ¡Donde esté el directo!
4.- Al pasar por La Insola vi ropa tendida, hay alguien; además tienen trabajado el huerto. Veo unos preciosos girasoles, inusualmente espléndidos ¿Por qué lo digo? Pase por la carretera que pase veo extensiones enormes de ese cultivo... echado a perder, descuidado, esmirriado.
5.- La subida por el río comienza a hacerse complicada. Ya lo dije, no nado nada, lo que supone que, llegada a zonas en que el río se estrecha y me cubre, debo sortearlo por las orillas, la que encuentre más adecuada.
6.- Y se sigue estrechando, voy por el borde. No es la primera vez que lo hago y sé que después hay más. Decido cortar aquí, calculé tres horas de excursión y ya llevo dos. Aquí, por aquí, es la parte más bonita del recorrido, la más íntima... pero me cubre. Calculo unos cuatro metros, o 3, dicho sin convicción. Tengo el ojo de buen cubero echado a perder.
7.- Y me doy la vuelta, no sin mirar otra vez atrás, a lo que dejo, a lo que vuelvo. He quedado con Elena y Teresa en ir a comer, así que aligero.
8.- No he encontrado a nadie en todo el trayecto, lo usual, por aquí no suele venir nadie. Los que se acercan al barranco, en su gran mayoría, es para tomar el sol, cosa que aquí sería imposible, se quedan en los puentes y si son algo andarines bajan a las gorgas que hay más adelante.
9.- Hay detalles, pequeños detalles, infinitamente bellos, como las formas del agua, las distintas formas que adquiere según tenga que superar un resalte u otro, el camino que se abre, tarde lo que tarde; su camino, el camino del agua.
10.- Y llego a otra pequeña cascada, minúscula casi, aquí todas son pequeñas, salvo un par a las que no llegué hoy (ver exc. a Escartín) y la del Fondanal. Su caída semeja una lazada, una lazada de agua.
** Por Jose Mª Satué, sabré que este barranco es el de Otal. Pasa a llamarse Forcos cuando se une al de la Pera, a partir de los puentes.
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PAQUITA
Preciosas fotos que han captado el turquesa del río tan bien. Me avergüenza no recordar mucho todo eso,ni siquiera cuándo estuve ahí.
ResponderEliminarCreo que los girasoles los cultivan para acceder a algún tipo de subvención, no los cosechan.
Me has dado envidia pura.
Chao
Paquita esta crónica es especial, de un intimismo pictórico.Te fluye la palabra como el agua que has fotografiado; preciosas imágenes por cierto, ¡ay esa península, la echo de menos !
ResponderEliminarAbrazos
Merce