* Al parador llegamos a las 12 y media de la noche, quizás una hora después, ya no sé si peninsular ó insular.
Es domingo, 10 de septiembre, los mencionados nos recomendaron el Cubo de la Galga, similar a Los Tiles, pero más accesible, a él que iremos, situado algo más abajo que el anterior.
Pasado Puntallana, en el mismo pueblo de La Galga hay una desviación que lo indica.
El coche lo dejamos junto a la entrada a una finca privada, inicio de la senda, con un panel explicativo de la zona. Son las 11 y media a.m.
52.- Helechos gigantes. Exc. al Cubo de la Galga
* ¿Qué tiene de singular el Cubo de la Galga? Sin dudarlo, los helechos, son gigantes. He leído en algún sitio que los llaman fósiles vivientes. Te los encuentras al poco de internarte en la "selva" formada por las distintas variedades de laureáceas que la conforman. Hace calor, va a ser por lo del microclima especial que permite, precisamente, que hayan subsistido hasta nuestros días.
Al inicio de la senda nos cruzamos con una pareja -hombre y mujer- que se encontraban descansando, no los volveremos a ver hasta el día siguiente, en que nos contaron que desistieron del empeño. Después, nadie, salvo algún pájaro, tipo mirlo o paloma, y para de contar.
53.- Helechos. Lianas. Aquí: planta similar al poto
54.- Árboles y lianas. Blas. Vuelta
* De los árboles penden lianas. Son hiedras, sus hojas deformadas y adaptadas al medio, trepan por los troncos, continuan por las ramas para acabar descolgándose en el aire, que no vacío.
Verdaderamente, a este medio lo llaman selva y tiene ese aspecto. En el suelo veo algo inusual, inesperado para mí, es "amor de hombre", por los suelos, como planta rastrera ¿le vendrá de ahí el nombre? (Prohibidos los mosqueos) Hay cantidades enormes cubriéndolo, al día siguiente volveré a verla, en menor cantidad.
¿Por qué mi asombro? Es una planta doméstica, de fácil cultivo y mantenimiento y que no esperaba ver en estado salvaje -silvestre-.
55.- Vista desde el Mirador de la Somada
* A la hora, o poco menos, salimos de la espesura y aparece indicación a un mirador, el de La Somada, cerca, desde donde vemos toda la zona circundante, pueblo incluido, y el mar a su vera. Son las 12h. 45´.
Llevamos poco tiempo cuando aparecen dos hombres, en pareja, son de Pamplona, de conversación inteligente, y además amables. Les hago ver que la mayoría de las personas con las que hemos coincidido son vasco navarras ¿serán los más viajados? ¿los que más les gusta la montaña? ¿los que tiene más medios? Qué curiosa que soy, a veces hasta molesto, pero sólo pocas veces -creo-.
56.- Vista cno. de la Galga a Puerto Espíndola
* Nos cuestionamos si volver al vehículo por el mismo recorrido o por otro que vemos allí mismo, indica "Mirador San Bartolo" y "La Galga" Presumimos que nos desviaría demasiado y elegimos repetir camino. Nos vamos primero.
57.- Charco Azul. Blas
* Sí, acabamos saliendo a la carretera general, a la altura de un túnel, túnel que cruzamos andando, y no tiene arcén, ¡qué gracia! y los coches -algunos- que pasan echando leches ¡que tendrán prisa! y que faltan 15´para las 3 de la tarde y que digo ya, que te vayas por el coche y yo me quedo aquí con ambas mochilas, esperando. Y así se hará, pero no a la velocidad de la luz, que nos habíamos desviado "un huevo". Así que, me busqué una sombra, aunque algo retirada de la carretera, pero a la vista, y... a esperar. Y se dieron las 3, y las 4 y... casi las 5, y oigo un llamado -me pilló con los ojos cerrados, relajándome-. Al coche, y a comer... el bocadillo ¡que no son horas!.
58.- Charco Azul, en San Andrés
* Como estamos cerca de San Andrés, bajamos a Charco Azul, estupendas piscinas construidas al borde del mar, que se nutren de su agua y perfectamente integradas en el paisaje ¡ahí es ná! En serio, es un trabajo estupendo el que aquí han hecho y como tal lo digo.
59.- Charco Azul. Cangrejos. Anocheciendo
60.- Charco Azul.
* Los usuarios son palmeros, pocos turistas. Observo ¡ya estoy con mis observaciones! que las palmeras, la mayoría de ellas, son guapas ... y gordas ¡no se ofenda nadie! pero es cierto, ya no son sólo las mujeres maduras, incluso las adolescentes van muy sobradas de kilos y de lorzas. Los chicos no, las cosas como son. Harán más ejercicio.
61.- Vista desde Charco Azul a Puerto Espíndola
* Es curioso, pero, en este medio, con que sólo anduvieran para los desplazamientos ya tendrían bastante pero, a lo que se ve, deben tirar del coche para todo. Elucubraciones que me hago ¡cómo si me importara algo! Pues va a ser que sí, que no comprendo ese abandono de cuerpos -tampoco el de las mentes-.
Como a mí lo de meterme en el agua no me tira mucho, enseguida me voy de paseo, entre las rocas, a fisgar, y veo las oquedades formadas por la fuerza del agua, a modo de ventanas o de puentes, preciosas, con sus azules, sus dorados, sus vaivenes, y no hay nadie, sólo yo, y los cangrejos.
Crónica siguiente http://paqquita.blogspot.com.es/2006/10/l-vuelo-la-palma-vii.html
PAQUITA
Leyendo tu post me doy cuenta de que tú, yo, él, nosotros, vosotras y ellas tenemos que cogérnosla con papel de fumar en los tiempos que corren. Primero te encuentras con una pareja, y señalas hombre y mujer. Esto hace un tiempo ni había que plantearlo. Segundo, escribes “aparecen dos hombres, en pareja”, ¿qué significa? Tercero, dices que el amor de hombre (planta) anda por los suelos y subrayas, que no se mosquee nadie. Pues el que se pique que coma ajos.
ResponderEliminarPor último, vienen muy a pelo la distinción sociológica entre el look de palmeros y palmeras, si bien el mal de los kilos en exceso parece que se extiende por doquier.
Por cierto, es curioso que el gentilicio de La Palma sirva también para denominar a los que hacen las palmas en el flamenco y al árbol datilero, sagrado en algunas culturas.
¿Llegaste a algún acuerdo con los cangrejos?
Epv
sin duda el abandono de la mente es algo que yo tampoco entiendo. por cierto, la cabaña del turmo si es la de Estós en Benasque!
ResponderEliminarbesos!
Continuo pensando que tengo que regresar a La Palma, la isla bonita, como la llaman después de leerte y recordar los helechos gigantes y toda su exuberante vegetación. Qué verde es todo y además rodeado de azul! Envidia sana! Eso es lo que das!
ResponderEliminarBesazos,
Pues ya me gustaría a mí arrancarme entre helechos, aunque por ser chilena con un paisaje muy particular, puedo sólo imaginarme lo que narras.
ResponderEliminarQue agradable salir de la selva para entrar en la verdadera selva: el origen, la tierra misma indómita y viva.
Besos
A Epv: La pareja de hombres era homosexual, y no quise explicitarlo.
ResponderEliminarPamela: no puedo comentar en tu blog, me pide confirmar unas letras, una y otra vez, indefinidamente. ¡Quiérete!
Besos para los cuatro. PAQUITA