De la página de Júcaro : http://14deabril.wordpress.com . Artículo publicado el 24/4/2007
Suscribo una por una todas sus palabras, pese a que yo no sabría componerlas como él lo ha hecho.
Panfletillo de un no nacionalista
No me gustan las banderas, detesto las fronteras visibles e invisibles, y de poder, suprimiría todos los muros que separan pueblos y personas. Sé que no soy ecuánime, tampoco lo pretendo, pero percibo al nacionalista como una especie de pánfilo que se escuda, en demasiadas ocasiones, en una supuesta amenaza exterior, en una real o hipotética invasión cultural o en ese siempre socorrido centralismo culpable de todos sus infortunios. Nada más absurdo que un nacionalista español culpando a otros nacionalistas de romper su España; nada más patético que ese otro nacionalista achacando todos sus males al sempiterno centralismo.
El respeto a lenguas, tradiciones o distintas formas culturales, no debe construirse enfrentando territorios, formas de vidas y personas. El noble sentimiento de pertenencia a una comunidad, a una cultura; la defensa de lenguas autóctonas y de aquellas tradiciones dignas de perpetuarse, la protección de las peculiaridades vernáculas; todo ese concepto de nacionalidad e identidad, son nociones y realidades complejas, múltiples y evolutivas. Desde esa perspectiva, defiendo el derecho de aspirar al mayor grado de autogestión en los territorios que constituyen eso que llamamos Estado. Pero cada gesto de victimismo y toda invocación a las esencias me repugnan y alertan.
Resulta paradójico que cuanto más fuerte es la corriente que tiende a la universalización de derechos, más se pertrecha ese nacionalista absurdamente autárquico que no ve más allá de su propio ombligo aplicándose, egoísta e insolidario, aquello de ándeme yo caliente y ríase la gente. Pero además, el nacionalista rampante suele usar su patriotismo, su amor a la tierra y esas cosas como paliativo. El nacionalismo tiende a recrear una arcadia feliz; falsea la historia si le resulta necesario para presentar el pasado como algo glorioso, necesario de perpetuar y repetir lo más fidedignamente posible en aras de una autenticidad ilusoria. Recreado el escenario, todo error o infortunio que sacuda ese estado idílico, siempre procede de fuera y por supuesto se entiende como agresión intolerable.
Soy andaluz pero, siendo de esta tierra, no me creo ese cuento de aquel Al-Andalus maravilloso y feliz que dicen existió hasta que llegó aquel grupo, que cuentan surgió de las montañas asturianas, para descuajaringar un extraordinario paraíso que dicen existió. No me lo creo aunque sea cierto que los invasores del norte arrasaron con una cultura extraordinaria.
No soy objetivo con los nacionalistas populistas, la verdad es que tampoco me importa. No hace mucho un líder, por llamar así a la persona que jerárquicamente representa al Partido Andalucista, no tuvo otra ocurrencia que, en relación con el pago de la deuda histórica –otra estupidez política de matices nacionalistas que se pretende cuantificar- contestó que no creía posible que “alguien que se llame Jordi” llegara a pagar dicha deuda. Aludía el susodicho a la condición de catalán del Ministro de Administraciones Públicas. El político andaluz simplificó el asunto al nombre del ministro porque, el muy nacionalista señor Álvarez entiende que Jordi es un nombre catalán, aunque el ministro sea valenciano. Lo curioso del caso es que en su diarrea verbal omitió el apellido del ministro bitacorero.
Este panfletillo, que ni tan siquiera llega a categoría de panfleto, está escrito contra este tipo de nacionalismo. Contra quienes agitan los sentimientos azuzando el enfrentamiento ridículo y primario entre territorios y ciudadanía para supuestamente defender nobles sentimientos, también contra quienes se escudan en el agravio comparativo o se aferran al victimismo como arma de identidad.
Paquita, gracias por estar siempre ahí... Ojalá algún día podamos tomarnos un café y charlar un buen rato. De momento te dejo aquí un fuerte abrazo y te deseo lo mejor para este mes de Mayo.
ResponderEliminar...Gracias paquita, gracias...
ResponderEliminarPaquita, tanta gentileza me abruma.
ResponderEliminarBesos.