Era grande y bien pertrechado. Su propietario -buen estudioso del tema- conocía las cartas naúticas a la perfección; buscaba la orientación perfecta y una vez hallada desplegaba todo su velamen, consiguiendo que las fuerzas de la naturaleza trabajaran, todas, a su favor.
A lo largo de su singladura había conseguido las habilidades suficientes como para hacer disfrutar con sus buenas maneras a aquellas que tuvieron la suerte de caer en sus redes, o que tuvieron la gran suerte de que él se abandonara a sus requerimientos.
Conocía el espacio como pocos, curioso por naturaleza indagaba en los nuevos territorios con sumo tacto pero con audacia, dedicando todo su tiempo y tesón a la consecución del objetivo común, la cópula perfecta; descubriendo así zonas inexploradas y desconocidas hasta para sus propietarias, las felices copartícipes de su encomiable tarea.
Era un gran ejemplar embutido en un cuerpo corriente, camuflado dentro de un cuerpo de los que solemos llamar normal, ni alto ni bajo, ni gordo ni flaco; ni siquiera podía decirse de él que fuera atractivo, era... de lo más corriente.
Pero... resultaba el partenaire ideal, aquel con el que todas las mujeres sueñan, con el que les gustaría revolcarse, aunque solo fuera una vez en su vida, para saber realmente que lo que habían oído y leído era cierto y más...
Para saber... para conocer... porque... ¡tenemos tanto por conocer y tan poco tiempo por delante!
PAQUITA
Paquita, me gustaría cuando hablaras de mi que me pidieras permiso primero...jejeje
ResponderEliminarMe ha encantado. He dudado en pensar si hablabas de él entero o una parte (jejejeje 2)
Je, je, se me ha adelantado larrey en lo de elevar la autoestima.
ResponderEliminarBueno, hoy estoy leyendo cosas alucinantes, impresionantes... como ésta. Finura irónica que divierte y convence. Muy bueno.
Abrazos
¿y qué cosas dicen de él?...quizás en el GIGOLO de Larrey.. ¡quién sabe!
ResponderEliminar"descubriendo así zonas inexploradas y desconocidas hasta para sus propietarias"... las rodillas...pregúntale a Rafa.
ResponderEliminar"tenemos tanto por conocer y tan poco tiempo por delante". Pues eso, aprovechémoslo, aprovechémonos. Que aproveche.
ResponderEliminarEpv
Hay que ver que poco se de la vida todavía...
ResponderEliminarBesos.
Je, je, sí dudu. Lo cierto es que yo en lo primero que reparo en una mujer es en sus ojos y, después en las manos. No por ello voy a negar que también me fijo en otras partes de la anatomía femenína, Pero, oye, realmente conozco a una mujer -coincido con ella de vez en cuando en una cafetería- con la que no he hablado en la vida y que, a parte de ser muy atractiva, tiene, con diferencia, las rodillas más bonitas que he visto en mi vida. Siempre que puedo, de manera discreta, le miro las rodillas. De ahí surgió la idea inicial de ese poema.
ResponderEliminarAbrazos.
Nada que añadir.
ResponderEliminarSi tú lo dices...
Besos
Rafa, dice la mujer de las rodillas, que éstas no son más que la dulce rampa para el más delicioso de los tesoros. Que le gusta el café con leche, una nubecita, las napolitanas (una a la semana) la charla sencilla y que sí, que aceptaría que un día la invitaras a café.
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