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febrero 26, 2009

Absoluta normalidad: Luz de Gas

(Copiado de Luz de Gas RadioBlog juan-duque.blogspot.com/
Narración publicada el viernes 23 de enero de 2009. Curioso ¿no? PAQUITA)

Después de esperar en la cola un buen rato por fin llegaba mi turno, sólo me separaban de la cajera del Burguer King dos chavales. Uno de ellos, el rubio, apoyó su pecho en el mostrador, tenía los pantalones bastante caídos y sin ropa interior, por lo que su trasero quedaba completamente al aire. Ellos estaban haciendo su pedido con absoluta normalidad, yo intentaba aparentarla aunque me costaba trabajo. En EEUU creo que llegaron a prohibir esta moda, pero vamos sin ropa interior directamente los hubieran metido en la cárcel.

- ¿Qué desea? – Me dijo la cajera completamente ajena al espectáculo.

Me pedí una ensalada y me senté en una mesa junto al cristal de la fachada. Mientras la tomaba me vino a la cabeza aquel día que yendo en un circular al pasar por la Cartuja, entró una chica moviendo su larga melena negra sobre unos altos tacones. Llevaba vaqueros, rebeca gris y camiseta de tirantas, los pechos se asomaban con absoluta libertad y sus pezones nos miraban orgullosos. Nadie dijo nada, se sentó a mi lado, el resto del camino se dedicó a repasar unos apuntes. No dejaba de imaginármela en clase con el modelito, la bilirrubina que levantaría entre los alumnos y el profesorado.

Terminé la ensalada, al levantarme tuve que subirme los pantalones, con la dieta me estaban quedando grandes aunque la cara empezaba a pasarme factura. Vi a los dos chavales de antes por la calle Tarifa, el rubio seguía igual, no se donde se sujetaba el pantalón. Mientras me abrochaba el chaquetón pedía en mi interior:

- ¡Por favor, que no dejen nunca de sorprendernos!

2 comentarios:

  1. A la frase final de "que no dejen nunca de sorprendernos", añadiria:"que nunca permitan que les quiten su libertad".
    Un abrazo

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