(Publicado por mi querido -muy querido pese a las limitaciones de este medio- Axier, en su página ZONA DESAPARECIDA, el jueves 06/abril/2006, sí, hace más de 3 años, pero desconocido para mí, hasta ahora, en que fue rescatado por otra muchacha y yo lo leí. Lleva una temporada anclado en tierra y no publica... son épocas de sequía que padecemos la gran mayoría, en determinadas ocasiones. PAQUITA)
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Tengo una amiga que mantiene una curiosa teoría sobre los hombres. Dice que respecto al amor y a las mujeres hay dos tipos: Los piratas y los taberneros. El pirata ya se sabe, luce las muescas de sus conquistas, va de puerto en puerto, incapaz de permanecer en tierra, de comprometerse emocionalmente en puerto alguno , tan aventurero, tan pirata…El tabernero en cambio es hombre de un solo puerto, nada aventurero, amante de la estabilidad que da la tierra, tan normal que puede parecer mediocre.
Las chicas cuando son jóvenes prefieren al pirata,…tanto pañuelo, tanto arito, tanta espada…; así que no hay chica que no se haya enamorado de un pirata, ni tabernero que no haya sido rechazado por alguna de esas chicas. Cuando la chica se enamora del pirata, va y se lo cuenta al tabernero, que la escucha como prueba de su amor silencioso. En algunos casos, el tabernero, llega incluso a ofrecer su hombro para que la chica derrame en él, lágrimas que son a a su pesar, propiedad del pirata. Lo curioso es que suele ocurrir que una vez que la chica consigue al pirata quiere convertirlo:¡en tabernero!
Y ese es el problema, el pirata es pirata, y la mar es su vida, nunca cambiará. Dice mi amiga que muchas mujeres no se dan cuenta de esto, y que si lo hicieran serían mucho más felices pues buscarían directamente al tabernero y no sufrirían años y años a lado de piratas eternos.
A veces también puede ocurrir que con el tiempo, el tabernero se haga a la mar y se convierta en un fiero pirata. Pero este caso es menos común. Tambien se pueden encontrar algunos piratas que se estabilizan en puerto, haciéndose pasar toda su vida por simples taberneros cuando su interior es de auténtico bucanero. Están entre estos últimos, los que practican la piratería en tierra, que es una práctica arriesgada, pero que proporciona altas dosis de emoción y riesgo. Dice que con esos tambien debeis tener cuidado. Se supone que la dificultad estriba en saber en cada caso ante que tipo de hombre estás, lo cual requiere de un entrenamiento que a veces puede llegar a ser desesperante. Sobre todo porque dice mi amiga, que taberneros, lo que se dice taberneros, poquitos…
He caído aquí de rebote y porque de tanto ver el anzuelo con el cebo de "Paquita", el pez alguna vez tenía que pinchar por curiosidad.
ResponderEliminarPues me he reído un montón con este post "rescatado". Y a lo mejor no le sobra razón ni le falta... No sé. A mí me parece que a todos nos gusta navegar, y no es malo porque forma parte del aprendizaje. La cuestión está en si preferimos hacerlo por mares procelosos o aguas más tranquilas y remansadas.
Tal vez lo importante es fondear en buenos puertos (y ésto no siempre es fácil)y saber cuando echar anclas, pero también cuando levarlas de nuevo ( más difícil todavía).
Sería maravilloso encontrar El Paraíso y que un dios nunca nos expulsara de él. La otra opción es remar a contracorriente, si puedes hacerlo y el barco aguanta.
Piratas y Taberneros haylos en ambos sexos. Aunque no dejo de reconocer que , al menos hasta ahora, la Piratería era más masculina. Pero los tiempos cambian y las señoras han aprendido a llevar el timón y a remar, y también están preparadas para distintos abordajes.