(Publicado por Joselu en viernes 8 de enero de 2010 en su blog PROFESOR EN LA SECUNDARIA cuyo lema es "Reflexiones vitales de un profesor. Miscelánea personal". Datos personales: Joselu, hombre, Cáncer, Sector: Educación, Ubicación: Cornellà de Llobregat (Barcelona) Otros blogs: Palabra poética y CUADERNOS DE ÁFRICA.
Entre, vi y me rendí. PAQUITA) olahjl2.blogspot.com/
Uno de los debates más apasionantes que recuerdo con mis alumnos, cuando yo era profesor de literatura, fue sobre la cuestión de si es posible que el arte, el pensamiento y las literaturas contemporáneas pudieran alcanzar la grandeza y la dimensión de otras épocas pasadas. No me cabe duda de que vivimos en un tiempo en el que el acceso a la cultura es universal y es más fácil que en cualquier otro anterior. Nunca se han editado más libros, nunca ha habido más bibliotecas, más medios tecnológicos para aproximarse al conocimiento, nunca ha habido más medios de investigación en todos los órdenes científicos. Probablemente en la actualidad y en las últimas décadas ha habido más talento vivo que en otra edad de la historia. Nunca el ser humano ha tenido a su alcance la suma de conocimientos a los que hoy puede acceder con solo un clic de su dedo.
Sin embargo, fueron otros tiempos en edades antiguas, los que produjeron las más potentes creaciones literarias cuya capacidad de sugerencia nos sigue asombrando. Eran tiempos en que el hombre tenía terrores nocturnos por la oscuridad que dominaba el mundo, en que se escribía por la noche a la luz de una vela, en que no había remedios médicos y la vida era extremadamente frágil a merced de poderes totalitarios o dictatoriales. Y el ser humano alumbró epopeyas como la del Gilgamesh, La Iliada y la Odisea, el Ramayana, el mundo fabuloso del Panchatandra, el Mahabharata y dentro de éste el Bhagavad Gita, la esencia de la literatura védica y sobre el que Henry David Thoreau dijo que toda la literatura y civilización actuales eran triviales a su lado, el taoísmo chino, el budismo y el sentido de la impermanencia, se descubrió el sentido de la tragedia en la Grecia clásica y aparecieron dramaturgos como Eurípides, Sófocles y Esquilo, la comedia, el mundo de los mitos que nos sigue alumbrando e impregnando nuestro arte y nuestra concepción del mundo, el descubrimiento y desarrollo de la filosofía desde los presocráticos a los grandes filósofos como Platón y Aristóteles, la literatura hebrea, la literatura latina cuya importancia es fundamental, las narraciones persas, el tesoro de la literatura medieval y el desarrollo de las lenguas romances a lo largo de siglos de peligro e incerteza, los cantares de gesta, las baladas, las epopeyas como los Nibelungos y La chanson de Roland, la literatura japonesa, los mitos escandinavos, Dante, Petrarca y Bocaccio, el Renacimiento y el intento de ordenación del mundo en torno a valores clásicos a los que se volvió como una potente luz que nos siguiera alumbrando, Garcilaso, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Rabelais, Shakespeare, Molière, Cervantes, Quevedo, y así hasta llegar hasta Dostoievski, Tolstoi o Chejov, Flaubert, Stendhal, Balzac…
El siglo XX ha sido prodigioso, pero uno tiene la impresión de que nuestra época contemporánea ha sido formidable en todo lo referente a la ciencia, la tecnología, la medicina, la liberación de la mujer, el control de la natalidad, la aeronáutica, la carrera espacial, pero el ser humano ha perdido su capacidad mítica y cosmogónica y lo presiento incapaz de emular en su imaginación las creaciones más poderosas de otras épocas. Samuel Beckett vino a desarrollar una literatura en que el ser humano era juguete del absurdo y cuyo destino carecía de sentido. Nuestro mundo se ha ensanchado pero a la vez también se ha reducido. Nunca ha sido más pequeño. Un hombre de otra época tenía la sensación de vivir en un mundo misterioso e inmenso y lo imaginaba en largas noches de oscuridad y tinieblas. Hoy las luces iluminan todo, pero los seres humanos han olvidado su íntima relación con la naturaleza y viven encerrados en centros comerciales que son los sustitutivos de los antiguos templos y permanecen pegados a una pantalla de televisión que sólo arroja banalidad y distracción que anula la capacidad de imaginar; los seres humanos han creado sistemas políticos admirables basados en la igualdad y la democracia pero son instrumentos de despersonalización en que no tienen ninguna capacidad de influencia puesto que son medios de grandes poderes económicos que son los que dirigen el planeta que camina sin ninguna dirección camino del desastre; no hay líderes ni héroes sino políticos que se basan en el juego sucio, el cambalache, y la visión alicorta de lo inmediato. Nunca el ser humano ha sido tanto el protagonista de una comedia bufa sin grandeza, sin destino heroico, tan demediado, tan incompleto y tan frívolamente satisfecho por poder adquirir objetos de consumo que van llenando su vida y sus días pero que dejan su alma vacía y su ser, en realidad, estremecedoramente desolado y perdido.
No, no creo que nuestras creaciones artísticas puedan emular la potencia imaginativa y el torrente de universalidad de otras épocas. Se vive en un patio de vecindad en que todo es pequeño, reducido, vulgar, y cada vez interesa menos lo que está a nuestro alrededor, tan sumergidos vivimos en nuestras circunstancias. Se ha perdido, no sé si irremediablemente, nuestra capacidad de soñar y el pensamiento mítico y cosmogónico.
Lo que se anhela son objetos, cuantos más mejor, que deslumbren y nos mantengan sedados frente a la tremenda soledad y desnudez del desierto, frente a la incertidumbre irremediable que nos acecha. Esta es la epopeya contemporánea. Y se cree que la historia se reduce al instante en que estamos viviendo que se quema inexorablemente camino de la nada.
Caminante dijo... 9 de enero 2010 11:35 AM
Estaba yo curioseando por los enlaces de Ernesto -Testigo- y vi tu definición "profesor de secundaria" cebo atrayente para mí, así que entro, veo, leo y si no tienes objeción copio y pego tu texto -éste- en mi blog para republica-rlo en un tiempo cercano -como habitualmente hago-.
Si no te parece bien me lo dices y ¡sin problema! no lo pondría.
Un abrazo, buen día y gracias por tu exposición: PAQUITA
El arte jamas abandona el alma humana, el es quien nos diferencia de otras especies animales. La cultura es la que nos hace humanos, abandonarla o manipularla solo nos conduce a la caverna, por muy tecnologica que sea.
ResponderEliminarUn Abrazo