LA OBEDIENCIA CRISTIANA. Publicado por EL POETA PIJO en jueves 14 de enero de 2010 poetapijo.blogspot.com
Hace unos días fue el funeral del padre de mi pareja.
Les había escrito a ella, su madre y sus hermanas un poema tratando de recuperar vivencias divertidas que tuvieron con él.
La madre me pidió que lo leyera en el funeral.
Antes de empezar la misa, mi pareja fue a decírselo al cura que iba a oficiarla en la parroquia de Santa Rita.
La respuesta que obtuvo fue que no se podía leer nada por instrucción del señor obispo de Madrid.
Mi pareja, influenciada por la emotividad del acto que iba a comenzar, no le replicó.
Desde aquí quiero agradecer a Monseñor Rouco su disposición a respetar los deseos de una familia, y al anónimo sacerdote su excelente predisposición a la obediencia de su superior.
El acto resultó muy entrañable con la repetición de las fórmulas habituales y una interesántísima homilía sobre una santa a la que le daba igual donde la enterrasen.
Mis felicitaciones a la santa, el obispo y el cura a los que Dios tenga en su gloria por los siglos de los siglos.
Amen.
Caminante dijo... 6 de abril de 2010 03:01
Texto de jueves 14 de enero de 2010... y último comentario -tuyo- de 25 de marzo- ¡cómo pasa el tiempo! Vamos, como que caigo de casualidad por aquí porque estuvo un tiempo -el blog- en paro.
Como bien dices, si los comportamientos de los profesionales de la Iglesia fueran otros, quizá, tendrían más visitas sus "santas" iglesias.
En los funerales, a los que he acudido, lo habitual ha sido que "el de turno de oficio" hable de cualquier cosa menos del finado, demostrando su total ignorancia respecto de él y sus circunstancias. Supongo que no están "motivados" y como cualquier otro trabajo lo desarrollan por reflejo sin aportar nada de sí. ¡Te lo copio! para ponerlo en mi blog. Tocas un tema poco usual en él. Besitos y hasta pronto... Ya me he enterado -por aquí- que estuviste en Zaragoza, mi segunda patria chica. PAQUITA
Verdaderamente quitan las ganas de seguir en esa secta en la que se ha convertido la iglesia. De todas formas, les pasa como a los jueces, que interpretan las leyes de formas opuestas. En otro lugar y con otro cura, seguro que hubieran estado encantados de permitir a la familia decir unas palabras sobre el finado.
ResponderEliminarBesos
Con este tipo de comportamientos van a acabar con la poca clientela que les queda. Allá ellos.
ResponderEliminarUn saludo