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abril 28, 2010

Quiero mi BBC... (+ A. Rómar)

(Publicado/escrito por A. Rómar en 28 de enero de 2010 en el blog Nadie nos toca los huevos del que son Contribuyentes: A. Rómar y Jesús Urceloy . PAQUITA) nadienostocaloshuevos.blogspot.com/

Recupero la vocación original del blog (sólo por hoy), que no es otra que desahogarme cuando mi bolsa escrotal es manoseada por ciertos asuntos de la cosa pública.

Nos hemos desayunado el año con el evangélico anuncio de la desaparición de la publicidad (ese gran enemigo, lo digo en serio) en TVE (no en RNE, que digo yo que también es parte del Ente). Mis ojos turbados aún no dan crédito, como un banco cualquiera antes de repartir beneficios accionariales, ya que por unos segundos pareciese que hasta se podría dar un periodismo no ligado a intereses económicos privados. Véase. Amén de la reducción de cortes en las películas (puesto que la autopromoción continúa, lo normal) que antes sólo gozaban los televidentes de pago de las plataformas digitales. Otra cosa son esas moscas cojoneras que aparecen cada treinta segundos en las esquinas de la pantalla para decir que se estrena tal serie o que tal otro programa se emite otro día. No me quiero desviar, pero qué fea costumbre cuando uno quiere atender a lo que está viendo.

Según mi currículo hace unos años hice unas prácticas en el informativo territorial de Madrid, emitido entonces media hora antes del telediario, aunque el abuso de los psicoactivos haya nebulizado aquel lúbrico recuerdo. Sí que recuerdo a la gente buena que allí me encontré (a diferencia de la autosuficiencia despectiva que hallé en otros medios) y el goce de poder usar un montón de aparatitos de edición, que uno se creía que era periodista de verdad, aunque nos limitaran a sórdidas encuestas y noticias muy menores. Ese informativo, durante el verano, lo sacamos adelante entre cinco becarios, cuatro periodistas de plantilla, dos de producción, una documentalista muy guapa y junto a los montadores de la Casa (que lo tenían bastante subidito, como si su curro lo hicieran en las horas libres que les dejaban Fincher y Haneke entre película y película). Era un curro casi artesanal y, aparte de los equipos técnicos, sobradamente amortizados, les salía prácticamente gratis.

Ya entonces por los pasillos se denunciaba que, habiendo personal de sobra, se contratara a productoras externas para hacer un trabajo que por cualificación, medios y tiempo podía hacerse tranquilamente en casa. ¿Qué necesidad hay de pagar a nadie para hacer algo que la propia plantilla a sueldo sabe y puede llevar a cabo?
Me consta que hay profesionales excelentes, profesionales premiados, profesionales con años de experiencia en TVE. Lo que quizá no haya siempre son buenas ideas. Y seguramente habrá, como en todas partes, profesionales desmotivados y apalancados.

Esta tendencia externalizadora ha seguido creciendo desde entonces, con regulaciones de empleo para mayores de cincuenta y dos, condonaciones de deuda, consejos de sabios y cambios de gestores por medio. Lo del ERE que nos privó del imprescindible Antonio Gasset, de la extraordinaria corresponsal Rosa María Calaf o del entrañable Paco Montesdeoca, además de otros curtidísimos técnicos sin cara como Carlos Atienza y muchos que desconozco tampoco me va a caber aquí. Pero hay que joderse.

Tanto ha crecido esta tendencia que, finalmente, va a desembocar en una huelga de los trabajadores, hartos ya de que los dejen mano sobre mano mientras las empresas privadas hacen su trabajo. Qué rápido se ha tirado el consejo de administración a darles la razón, temerosos quizá de que empiecen a producirse pantallazos en negro como los que vimos en Telemadrid en protesta por el infame sesgo ideológico que el PP de Madrid imprime en su corral.
Con cuánta envidia veo los documentales propios de la BBC, vendidos a todas las televisiones del mundo, no creo que baratos, técnicamente intachables e interesantes siempre.

"Cuéntame", "La Señora", "Águila roja", las retransmisiones deportivas, la lotería nacional... todo esto, a través de la empresa interpuesta Imagina, lo produce Mediapro (accionista de La Sexta) mientras las 25 unidades móviles adquiridas con dinero público cogen polvo en el aparcamiento de Prado del Rey y su personal toma café, mira el móvil, se aburre. Estos datos me los da un empleado de la Corporación RTVE, que no es funcionario y puede ser despedido, a pesar de que aprobó su oposición. ¿Justificación? Es más barato contratarlo externamente. Gran mentira. La contabilidad sobre la que se asienta esta afirmación es una manipulación similar a la que usa la Comunidad de Madrid para asegurar que las listas de espera para operaciones son menores de treinta días: Dividen el sueldo que cobran entre las horas de trabajo efectivo asignadas, no entre el total de horas de su jornada laboral completa. Al parecer, el sueldo base de un técnico superior de imagen es de 1.224 euros al mes, aunque según la empresa la hora de este profesional le esté costando a 76 euros. Si así fuera, con el sencillo cálculo de las 35 horas semanales, los cámaras, fotógrafos, gruístas, etc. cobrarían más de diez mil euros al mes. ¡Qué más quisieran! Dudo que convocaran una huelga dado el caso.

¿Tiene algo que ver todo esto con que la productora del marido de la ministra Carme Chacón, Miguel Barroso, ex-Secretario de Estado de Comunicación, sea una de las beneficiarias de esta externalización?

¿Por qué la empresa Overón, participada por Mediapro, realiza el programa España Directo cuando se han adquirido varios vehículos equipados para la transmisión en directo vía satélite y se ha formado a los trabajadores en su uso, además de haber negociado con ellos condiciones especiales de trabajo que, por otra parte, infringen su convenio original?

¿Por qué para el último discurso navideño de SMJCIdE se alquiló una unidad móvil de alta definición mientras la que posee la empresa pública se quedó aparcada?

¿Por qué Javier Pons, exdirector de El Terrat, productora de Buenafuente también accionista de La Sexta, dejó la dirección de TVE con 200.000 euros de indemnización?

¿Por qué se dejan vacías las cabinas de edición y sus técnicos son reubicados en otras labores?

¿Por qué el gobierno tramitó la supresión de la publicidad por la vía de urgencia mediante un decreto ley que obliga a las cadenas privadas a sostener la televisión pública mediante una tasa que ahora se niegan a pagar y que la UE considera ilegal?

¿Por qué las productoras dueñas de esas mismas cadenas privadas siguen engordando su cuenta de beneficios a expensas de Televisión Española?
(EN LA MISMA LÍNEA, texto de 15/4. Paquita)


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