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agosto 28, 2010

Los pobres entre ricos... (+ Lansky)

Publicado por Lansky en 28/06/2010 www.lansky-al-habla.com/

Quince años después del final de la Segunda Guerra Mundial, al inicio de la revolución de las flores del movimiento hippie, cuando USA se había convertido en la primera potencia mundial, el economista John Kenneth Galbraith le señaló al presidente hindú Jawaharlal Nehru durante una visita de Estado y para gran asombro de este que en importantes regiones agrarias de Estados Unidos, como los condados (‘countys’) montañosos de Virginia occidental, del este de Kentucky y de Tennessee, en la meseta de los Ozark, ‘todavía’ el nivel (rural) de vida era inferior al del comparativamente próspero Punjab indio.
(De niño tuve un trasto para ver en relieve este tipo de imágenes: View Master se llamaba y traía estos preciosos discos de vistas pintorescas)

Uno de las manías típicas de la derecha política norteamericana, quizas un "pecado" (la ausencia de caridad) de su calvinismo original, es pretender encontrar las raíces de las bolsas de pobreza en los países genéricamente ricos en esos mismos pobres (en su pecado de serlo) y no en el propio modelo de sociedad que permite la propia riqueza más o menos general. Para investigar desde una perspectiva keynesiana estas razones Galbraith escribió a finales de los sesenta del siglo pasado un libro excelente que aquí se tradujo con el título de ‘La sociedad opulenta’, cuando en realidad se llamaba Economics in Perspective. A critical History.

Lo que Galbraith venía a decir es que en países en que todos son pobres, salvo el sátrapa de turno y sus protegidos, la pobreza ni tiene nada de notable ni requiere explicaciones excesivas. Cuando se hace notoria y nos induce a preguntarnos es cuando la vemos en medio de sociedades acomodadas, como la de su ejemplo, (Cuarto Mundo se ha llamado a veces a esas bolsas de pobreza en medio de la prosperidad general del Primero), y su explicación, reitero, hay que buscarla en causas generales, no particulares: en la naturaleza de esas sociedades de ricos, opulentas y a menudo despilfarradoras, que no sólo permiten o toleran, sino que exigen, como parte del sistema, que haya pobres. La pobreza no es un resultado inesperado, sino una pieza fundamental de todo el tinglado. Quienes olvidan esas explicaciones causales, niegan así mismo la necesidad de los servicios sociales: educación, sanidad, previsión urbana e higiene. Si no se los pueden pagar que no los tengan, puesto que es culpa suya su situación penosa.

Lo cierto es que estas sociedades, las nuestras, no sólo se olvidan de sus pobres y, en los casos de gobiernos de derechas, de su asistencia, sino que confían en un sistema mundano y opulento en continuo crecimiento, que se abraza como meta indiscutible, pero ¿lo es? El éxito económico como máximo logro y objetivo provocará, confío, una rebelión en las gentes, probablemente conjuntando reclamaciones ecológicas con las laborales y aún otras más difíciles de encuadrar. Yo creo que esa rebelión llegará, pero sobre todo deseo que llegue y puede que confunda ese deseo con la realidad futura. La anterior, entre comunistas (en realidad capitalistas de Estado) y capitalistas jamás discutió ese punto esencial.
Y en la pobreza, en aparente paradoja, hay muchas veces belleza, aunque ella no sea bella: más que en el despilfarro

Caminante dijo...¡Has cambiado de paisaje! Bieeennnn.
Estaba yo en casadebarro (... Páez, creo que se llama) he visto tu enlace y aquí que me he presentado ¡Cuánto tiempo sin "vernos"!
La traducción que hicieron del título de Galwraigt -puede que esté fatal escrito el nombre, estoy aquí, con la memoria- fue la que les salió del forro de... porque se entiende perfectamente.
Besicos y ¡te lo copio! PAQUITA


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