Asoleyáu por Duba 30.6.10 Diario de actividades de montaña de Dubardu Gosende lesmontanesprestenasgaya.blogspot.com/
Ahí estaba yo, el último de la cordada.
Atado a mis compañeros en medio de una tormenta patagónica que nos impedía toda visibilidad. Las ráfagas de viento nos hacían perder el equilibrio y los cristales de nieve azotando nuestro rostro no nos permitían ver con nitidez las grietas del glaciar antes de saltarlas o rodearlas.
Fue un día muy largo y duro. Extenuante. Intenso y bello.
Uno de esos días que se queda grabado en nuestra memoria eterna. Esos recuerdos que permanecen imborrables a lo largo de nuestras vidas.
En ningún momento me sentí intranquilo porque estaba con mis amigos. Unido a ellos. En la montaña la comunión con los colegas es especial, se crean vínculos de enorme fuerza. Lazos resistentes como la cuerda que nos ata.
Un sentimiento de profunda hermandad se ve desde el final de la cuerda.
¡Perguapu el post... y su blog, ho:
ResponderEliminargracies por tal publicidá da-i, ne!