Publicado por Daalla en 14 nov. 2010 >>> Crímenes del fascismo en la Guerra Civil Española (I) fusiladosdetorrellas.blogspot.com/
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Tropas italianas desfilando por la Calle Mayor de Alcañiz, 1938. Fuente: Colección Michele Francone. Fundación Quílez Llisterri
(...) "Son las 16,10 de una soleada tarde del jueves, 3 de marzo de 1938. La ciudad de Alcañiz, en el Bajo Aragón turolense, está relativamente tranquila a pesar de que la guerra ha alterado el quehacer diario de sus habitantes y de los de la comarca. Pero los disparos y las bombas, la guerra directa, prácticamente no se ha sentido. El frente de batalla está de 30 a 50 kilómetros de la mayoría de sus pueblos.
Después de recuperar Teruel, el ejército de Franco ha iniciado una gran ofensiva que, ante la baja capacidad defensiva del Ejército Republicano, avanza imparable. Los alcañizanos aún no saben que van a estar en el centro del nuevo escenario de los combates en lo que será conocido como la Batalla de Aragón.
La ciudad está silenciosa. Sólo se escuchan las voces de los niños jugando en las plazas. Algunos hacen cola en la taquilla del cine. Los soldados republicanos les han regalado vales para ser canjeados por entradas…
De pronto, sin previo aviso, catorce aviones Savoia-Marchetti S-79 de la Aviación Legionaria Italiana, procedentes de Logroño, irrumpen en el despejado cielo. Alcañiz se encuentra en la retaguardia, por lo que la población se encuentra desprevenida. Además, todo ocurre en un tiempo récord. Las alarmas no suenan, la gente no tiene tiempo de protegerse en alguno de los 38 refugios de la ciudad.
En apenas dos minutos, la aviación fascista italiana descarga 10.000 kilos de bombas sobre una población de unas 12.000 personas, lanzándolas especialmente en los lugares más concurridos.
Las madres salen de sus casas buscando a sus hijos. Muchas perderán el juicio cuando encuentren sus cuerpos destrozados por la metralla…
Los dos hospitales de la ciudad pronto son insuficientes para atender al altísimo número de heridos. Muchos morirán en pocas horas. Otros muchos quedarán mutilados para siempre…
En el suelo de la iglesia de San Francisco reposan, informalmente alineados, los cuerpos de muchos muertos en el bombardeo. Algunas personas buscan entre los despojos a un padre, a una hermana, a un amigo… Las lágrimas y los lamentos anuncian cuándo lo encuentran…
Cientos de muertos –algunas investigaciones los cifran hoy en más de 1.000-, muchos desaparecidos, restos y cadáveres repartidos por hospitales y otros edificios públicos, enterrados en medio del caos en fosas comunes…
Aún a día de hoy nadie se explica las razones de aquella masacre. Primero por la magnitud de los medios empleados sobre una ciudad de tan pequeña extensión y después por lo inexplicable de un bombardeo sobre una población indefensa y sin ningún tipo de industria importante.
Sin embargo destaca sobre todo lo demás el hecho de que este acto bélico que hoy sería calificado, sin ninguna duda, como terrorista, haya pasado tanto tiempo desapercibido, y a pesar de los esfuerzos por recuperar una historia que no se podía perder, aún sigue casi en el anonimato lejos de lo que es Alcañiz y la provincia de Teruel.
Ni periódicos, ni partes de guerra de cada uno de los respectivos bandos cuentan la verdad de lo que sucedió. Los nacionales porque, viendo que eran culpables de un execrable crímen de guerra, pusieron en marcha una gran campaña de desinformación, diciendo que habían sido los "rojos" los que habían volado la población en su retirada. No podían permitirse de nuevo una “mancha” semejante a la de Guernica…
Los republicanos obviaron la noticia en la prensa o disminuyeron drásticamente el número de aparatos que habían intervenido en el bombardeo y, especialmente, el número de víctimas, que situaron en torno al centenar. No podían permitirse la denuncia de aquella barbarie por el efecto desmoralizador que podía ocasionar en la ya sufrida retaguardia y en los soldados, que seguirían ignorando la realidad de la situación en sus pueblos.
El manual de la propaganda de guerra aconsejó a ambos bandos censurar aquel hecho, condenando a los habitantes de Alcañiz al silencio y al olvido aunque siempre permaneció en su memoria colectiva. La mayoría callaron para que sus familias no supiesen el horror por el que habían pasado.
La dureza de este bombardeo y los motivos que pudieron hacer que se llevara a cabo, convierten a este episodio de la guerra en más terrible que el archiconocido y también lamentable bombardeo de Guernica. Éste no se pudo silenciar porque había periodistas extranjeros en ese momento. En el de Alcañiz no fue así, y además a los once días entraron en la población las fuerzas nacionales, que impusieron “su” verdad: no se puede negar lo que no existe.
Al estallar en 1936 la Guerra Civil Española, no había ni un solo avión en territorio aragonés, aunque eso no sería óbice para que, desde el día siguiente, se sufrieran los efectos de sus bombas en las ciudades aragonesas. Para cuando los combates abandonaban esta región a mediados de 1938, las toneladas de bombas y metralla lanzadas desde el aire habían causado enormes destrozos y una gran cantidad de víctimas.
Durante estos dos años de guerra en tierras aragonesas, los aviones, su capacidad destructiva y la forma de lanzar su dañina carga habían evolucionado de una forma drástica. Al igual que en Alcañiz, otras poblaciones aragonesas como Alcorisa, Aguaviva, Alacón, Calanda, Caspe, Ariño, Andorra, La Puebla de Hijar, Muniesa, Hijar, Albalate, etc… son sometidas a terribles bombardeos por parte de la aviación italiana, que acompaña y allana el camino a las divisiones franquistas en su arrollador avance. . .
En los lugares donde no interviene la aviación fascista italiana lo hace la temible Legión Cóndor alemana. Las atrocidades cometidas por ambas son incontables y constituyen un adelanto de lo que unos pocos meses después harían los alemanes por las llanuras europeas.
Poco a poco nuevos episodios sobre la Guerra Civil en el Bajo Aragón van saliendo a la luz. La investigación histórica es una tarea complicada porque la documentación de la época es escasa, tendenciosa o simplemente inexistente.
Pero es del todo necesario saber qué pasó y quiénes fueron los responsables.
El bombardeo de Alcañiz, “el bombardeo olvidado”, comienza a salir en los libros de historia. Ahora hay que conseguir que también aparezca en los libros de texto como lo que fue, uno de los grandes bombardeos de España durante la Guerra Civil.
Sólo el conocimiento de la verdad nos hace libres."
Caminante dijo... 17 de noviembre de 2010 09:06
Cuánto tiempo sin pasar por aquí!
Se nota que me he dedicado más a mi escritura que a la lectura de los demás.
Te copio el relato de la masacre de Alcañiz
Qué exterminio más cruel el llevado a cabo por el ejército sublevado, durante y después de la guerra que provocaron. Un abrazo fuerte: PAQUITA
Gracias por la divulgación, Paquita.
ResponderEliminarUn abrazo