Entrada de El Gaucho Santillán/Gustavo publicada el lunes 4 de enero de 2010 en BLOGUETIA. República Libre y Autónoma de Bloguetia. De la que son Contribuyentes: Doctor Camestres, Fundadores de Bloguetia, Mantis Atea, Gustavo/El Gaucho Santillán, Igrac komarac/El mosquito bailarín y Mirko/su mosquito bailarín bloguetia.blogspot.com/
LEYENDAS URBANAS: EL FANTASMA DEL MINISTERIO. La ciudad de Buenos Aires está llena de misterios. Uno de los más mencionados es la existencia de fantasmas en determinados sitios. Sin embargo, el secreto mejor guardado y por pocos conocido es la existencia de un fantasma que habita los pasillos de un Ministerio. Concretamente nos referimos al Ministerio de Economía, lugar ya de por sí suficientemente siniestro si tenemos en cuenta su nefasta influencia en la vida del argentino medio.
Se sostiene que se trataría del ectplasma desprendido en el momento de expirar por un antiguo y acreditado miembro de la alta sociedad de la Santa María de los Buenos Ayres colonial, cuyo nombre lamentablemente se ha perdido y la única evidencia documental de cuya existencia proviene de las memorias de un amigo suyo, un comerciante inglés que le compraba regularmente cargamentos de charqui desde 1804. Se dice que este próspero hombre de negocios y feroz partidario del partido monárquico nunca comulgó con los principios independistas de los prohombres de Mayo y sobrevivió a las prineras etapas de la Revolución alentado solo por la esperanza de un existoso contraataque de las fuerzas realistas. Sus frecuentes y dolorosos ataques de gota no hacían más que empeorar su malhumor crónico. La Asamblea del Año XIII lo arruinó al obligarlo a liberar a sus esclavos y la declaración de Independencia en 1816 fue demasiado para su minada salud. Se dice que murió jurando que “haría arruinarse a esos jacobinos, traidores a Su Majestad el Rey, como ellos mi ruina han causado, ya que por las armas no les podemos hacer entrar en razones”. Lamentablemente, el mal estado de los documentos que han llegado hasta nosotros hace ilegible el nombre del fallecido.
Lo cierto es que afirma el cronista haber sido testigo ocular de que poco después de la muerte del acérrimo enemigo de los patriotas su fantasma comenzó a acechar a eminentes hombres públicos, induciéndolos a tomar siempre las medidas económicas más desastrosas. Su primer gran triunfo habría sido convencer a Bernardino Rivadavia para hacerlo firmar el nefasto empréstito de la Baring Brothers, que sentó la piedra angular del endeudamiento externo de nuestra todavía joven nación.
Envalentonado por su éxito inicial, atribuible principalmente a un golpe de buena fortuna, el fantasma habría continuado induciendo medidas cada vez más catrastróficas en los gobernantes de turno. A medida que transcurrían las décadas el espectro habría ganado en experiencia provocando más descalabros en el erario público. Otro éxito resonante suyo digno de mención sería su manejo de las cuestiones de los ferrocarriles y las carnes. Al llegar a las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, la aparición de ultratumba habría aprendido lo suficiente como para acelerar el colapso financiero del país desacelerando su crecimiento primero, para reencarrilarlo firmemente después en la senda del subdesarrollo.
Los grandes éxitos del espectro en las últimas décadas, tales como el Rodrigazo, la tablita de Martínez de Hoz con la apertura indiscriminada de importaciones, la circular 1050, las sucesivas hiperinflaciones, el festival de bonos alfonsinista, las privatizaciones de ENTEL, Aerolíneas, YPF y todas las industrias estratégicas, el blindaje de Cavallo, el auge de los bonos provinciales, el megacanje, el corralito, el corralón, los recortes presupuestarios en salud y educación, la privatización y reestatización de los fondos de jubilaciones y pensiones y el aumento de la presión tributaria en la clase media indicarían sin dejan lugar a dudas que el fantasma del Ministerio de Economía está, a las puertas el Bicentenario, más activo que nunca.
Algunos expertos atribuyen este aumento de actividad a que el fantasma aprende su oficio y se vuelve cada vez más eficiente con el transcurso del tiempo. Otros, los más pesimistas, creen que el fantasma no existe y atribuyen a nuestra historia económica una explicación más sencilla. Estos incorregibles alarmistas sostienen que somos gobernados desde hace muchas décadas por una sarta de traidores e inútiles.
Es muy argentino eso de buscar culpables hasta en el mundo sobrenatural; con todos los fantasmas que hay en Argentina, no hace falta la concurrencia de uno que ni se sabe quién es. Se equivoca el autor de esta entrada al considerar traidores e inútiles a los gestores sucesivos del país del cono Sur. Son leales y útiles a sus intereses y al de quienes los adornan con sus coimas; para resumir, digamos que son unos hijos de puta, que en lugar de tener el desprecio de la población, reciben sus votos.
ResponderEliminarQuieres decir que... se parecen a los italianos, como un hijo a su padre?
ResponderEliminarUn gusto volver a verte ¡y que lees!
PAQUITA
He estado buscando en mi propio archivo algo que tiene que ver con la actuación de los -la generalidad- argentinos, visto por Un Argentino.
ResponderEliminarEl enlace es:
http://paqquita.blogspot.com/2009/03/polemico-rescate-de-federico-campanini.html#commentsrgentinos
De sumo interés los comentarios expresados por el citado caballero respecto de la actuación de las brigadas y el material de qué disponen. PAQUITA