COPIADO de la pág. de FB de ARdelasH, de 22 de mayo www.facebook.com/ARdelasH que te lleva a su web web.me.com/rodriguezdelasheras/corte/enelagua.html
¿Por qué el intento de cortar las manifestaciones 15M habría sido como un corte en el agua?
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En estos días los ciudadanos indignados se manifiestan en lugares públicos.
Son lugares con una significación histórica en la ciudad:
el poder está presente,
aunque sea reminiscente,
en algún edificio del lugar.
Es un suceso que se ha repetido muchas veces en la Historia:
la voluntad popular se hace visible ante el balcón del poder
al concentrarse los ciudadanos en un lugar.
Ahora el balcón ha quedado fosilizado en símbolo,
y la manifestación es ante la cámara de los medios de comunicación.
Así que lo simbólico (el balcón) y lo funcional (la cámara) se unen.
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Pero esto que ocurre en una plaza es sólo un lado del suceso
en la sociedad dual que ha creado el mundo digital.
Todo lo que está sucediendo tiene una versión al otro lado de la pantalla:
en la Red,
en el espacio digital.
Ahí también se reúne gente en corrillos
(habla, escucha y transmite en las redes sociales).
Los carteles grandes y pequeños que empapelan la plaza
también se escriben y exhiben sobre soporte digital,
y aparecen no colgados de un andamio,
pegados en un muro
o sostenidos en un palo,
sino en la pantalla de un portátil o de un móvil.
Pero hay una diferencia notable:
no se necesita que las personas coincidan en un lugar para que se forme un corrillo,
ni que pasen por el punto de la plaza donde está el cartel para poder leerlo.
En la Red se da la propiedad de la deslocalización,
es decir,
que no es necesaria la coincidencia espacial (ni la temporal)
para que un suceso se produzca.
La ausencia de la necesidad de lugar y sincronía
produce una impresionante capacidad de comunicación y de auto-organización.
Y los efectos los hemos empezado a sentir en este último tiempo.
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Las actuaciones de los poderes
podrán disolver los corrillos de las plazas públicas
y descolgar los carteles,
pero sus acciones serán como cortes en el agua
porque en esta sociedad dual (por digital)
resultará intento fallido
disolver miles de corrillos que no ocupan un lugar
y arrancar miles de carteles que se pueden leer desde cualquier lugar.
Este es el efecto transgresor de la deslocalización
para el orden establecido.
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Esta dualidad en nuestra sociedad actual
supone una constante resonancia entre ambos lados del espejo.
Sería ingenuo pensar que lo que ha tenido lugar estos días es suficiente.
El futuro está en mantener sin cesiones ni concesiones
esta resonancia entre lo que tenga lugar en la plaza pública
y las ideas, propuestas y modelos
que emerjan en los incontables corrillos deslocalizados,
y por eso tan numerosos y diversos.
Disponemos en la Red de unas condiciones extraordinarias
para la generación de ideas nuevas.
Saldrán y se transmitirán ahí
y no en los espacios tradicionales
(el libro, la academia...)
que se empeñen en no tener resonancia en el otro lado del espejo.
De esta manera se dará lugar a los profundos cambios que la dignidad reclama
ante quienes nos quitan el futuro,
es decir,
nos encierran en el presente,
queriendo convencernos de que hemos llegado a la estación terminal.
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