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julio 21, 2011

La música pobló silencios en Sotillos de Caracena

De: LOS ABEDULES aclosabedules@yahoo.es >>>>> Fué muy bonito y muy emotivo. Es importante que lo difundamos para PRÓXIMOS EVENTOS... También por si tenéis blogs o revistas que puedan publicarlo.
Saludos Herminda www.losabedules.org/articulo.php?id_art=25

NOTA DE PRENSA: La música pobló silencios en el habitual 'despueblo' Sotillos de Caracena la tarde del pasado sábado, día 11 de junio.
Cerca de trescientas personas acudieron al concierto del Dúo Entreacto, convocadas por la Asociación Cultural Los Abedules, cuyo empeño es desarrollar actividades culturales que sirvan para dar a conocer la provincia de Soria.
A partir de las 8 de tarde comenzaron a llegar los visitantes que habían caminado unos 800 metros bajo el dosel de un frondoso soto de álamos blancos. Los coches se aparcaron en una zona habilitada para ello, con objeto de que en el pueblo no hubiera ruido ni contaminación.En la entrada al despoblado les se entregaron algunos obsequios, folletos informativos y el programa del concierto.
Pasearon por las calles cubiertas de hierba y entre las casas de paredes derruidas, que se habían engalanado con fotos en blanco y negro de imágenes que recordaban la vida pasada y carteles con versos relacionados con el silencio. Se escuchaban sonidos de animales, campanas y la radio con programas, anuncios y música de los años sesenta, que sugerían la vida de sus habitantes.
Entre las piedras caídas había poemas envueltos para los visitantes, como una ofrenda de la soledad.Pudieron tomar un vino y degustar pan con queso hasta que, a las 9 y media, sonaron las campanas convocando a las eras donde se había colocado el escenario.Desde allí escucharon una grabación en la que se desgranaban los recuerdos de una persona que abandonó el pueblo a comienzos de los sesenta.
Después de unas palabras de agradecimiento de la presidenta de Los Abedules, comenzó la música, que llenó todos los rincones del paisaje mientras llegaba la noche y las casas abandonadas se fueron iluminando con sugerentes luces que nunca habían conocido, convirtiéndose el entorno en un auditorio de fantasia.
Entre los asistentes se encontraban algunas personas que habían vivido en el pueblo y también hijos de los que se fueron, que compartieron momentos de emoción con el resto del público.
Alrededor de las once de la noche se terminó la música y se apagaron las luces, pero se quedó la belleza, la armonía y la serenidad que envuelve las ruinas de Sotillos de Caracena.

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