Enterrado por El Éxodo el 6.7.11, miércoles hipogeo.blogspot.com/
tras el infarto cerebral
mi madre
que siempre ha sido una cotorra hablando
apenas puede articular palabra
sencillos monosílabos
y el nombre impronunciable
de algún medicamento
de esos que lleva décadas tomando
es lo único que queda balbuciente
de su genial locuacidad de antaño
a la hora de comer
los líquidos escapan de su boca
manchando ropa y sábanas
y en la impotencia hostil que la acongoja
son sus cansados ojos
dos pozos anegados de tristeza
le digo que se anime que con tiempo
todo será de nuevo como antes
que lo han dicho los médicos -es cierto-
pero ella no me cree
y llorando me dice acobardada
con una claridad del todo impropia
de la hosca confusión que la amordaza
que quisiera morir
yo alzo la vista al cielo y consternado
me digo como siempre que este mundo
plagado de dolor hasta la médula
no puede ser ¡por dios! la obra de dios
que ni el más cruel diablo idearía
una tortura así de despiadada
y que esto sólo puede ser el fruto
del caos el desamparo y el vacío
origen y destino de la vida
que si existiese un dios allá en la altura
mi madre no estaría en su mudez
ansiando ahora el cauterio de la muerte
ni yo estaría escribiendo este poema
tratando de otorgar en mi ateísmo
un mínimo sentido a la existencia
Caminante dijo... 16 de julio de 2011 10:15
Buscando el sentido a la existencia, eso hacemos las más de las veces, cuando todo, mucho, se vuelve negrura.
Hay tránsitos irrenunciables, el tuyo es uno de ellos. Es tu madre.
Un beso: PAQUITA
No hay ningún sentido, simplemente se existe.Con más o menos intensidad e intención.
ResponderEliminarMuy bello y emotivo el poema.