Sólo queda la pálida voz
esa voz
que se desmorona en tristezas,
en el tic-tac de relojes moribundos
mecidos en cunas de niñez y arena.
Esa voz interna que nunca duerme,
que anida en leprosos bolsillos
fecundos de soledad,
y en esas ciegas noches
donde la luz perece,
se oye el bramido azul de su misterio.
Sus cantos de sirena
no hacen tumba en las peñas,
inútil es atarse a mástiles de cera
ni el mismo Ulises pudo
conjurarla en el cielo.
Y es así como esa voz nos sobrecoge
el día de nuestra boda con la tierra.
"... Y ES ASÍ COMO ESA VOZ NOS SOBRECOGE
EL DÍA DE NUESTRA CITA CON LA TIERRA.Estos fueron los 2 últimos versos escritos por Cristina, muy poco antes de conocer de su enfermedad letal.
¿No son sobrecogedores?
SIEMPRE ESTARÁS CON NOSOTROS, AMIGAD.E.P, (desde esta pasada noche -18 Octubre-, hacia las 2 de la madrugada)"
Palabras de Ángeles Fernangómez
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