Viaje realizado en Agosto de 2004, narrado entonces y publicado ahora. Las fotos llevan una explicación y al relato lo precede un *asterisco. Para VER las FOTOS, sus detalles, DEBEN AGRANDARSE clicando sobre ellas. Fueron tomadas con cámara analógica y ahora escaneadas. Crónica anterior http://paqquita.blogspot.com.es/2016/10/valle-benasque-valle-forcau-valle-de.html
* El sábado, 28, madrugamos, nos pertrechamos adecuadamente y, después de desayunar, cogemos el coche dirección Barbaruens. Dejamos atrás Seira, donde continuamos por una pista hasta llegar a un punto en que se estrecha y está aparcado otro todoterreno. Junto a él nos pusimos. Objetivo: hacer el Cotiella, una cima que no llega a ser tresmil, pero que disfruta de una situación de privilegio, por la visión que se tiene desde la misma en todas direcciones
* La marcha se inicia por el
bosque, en sentido ascendente, desde ya. Casi al poco, te percatas de que se
están bordeando, por su parte superior,
las paredes de unos grandes murallones, llevándote la senda hasta un
collado por el que se accede al Circo de
Armeña. Hasta aquí habremos andados cuarenta y cinco minutos, y otros tantos
tendremos que hacer para llegar al refugio. Refugio que recordábamos lleno de
franceses la vez anterior que lo visitamos y ésta está solitario.
Solitario y con la puerta cerrada, cosa extraña, porque, pese a no ser guardado -es pequeño- los refugios suelen tenerlos abiertos para atender la necesidad de cobijo de los que por allí pasen. Son las nueve de la mañana y el día está claro y despejado.
20.- Pico Cotiella y rebaño ovejas, aquí.
* Vemos gran cantidad de ovejas, unas que pasan más arriba y van hacia la izquierda, el camino que llevamos nosotros, y otras que vienen hacia aquí. Al poco, nos enteraremos de que son dos rebaños distintos. Cuando cogemos agua en la fuente, nos encontramos con un pastor, que nos dice que, una semana antes, esto estaba lleno de espeleólogos / Espeleología, franceses, enamorados de la zona.
21.- Blas en la senda. Cotiella enfrente
* Nos informa de cual es el Cotiella. Se ve desde allí mismo y no lo perdemos de vista en todo el recorrido. A la ovejas las dejamos atrás al poco, porque se quedan a lo suyo, pastando. Pasamos por una zona horadada de gran cantidad de simas y continuamos.
22.- Zona de simas. Foto echada a la bajada
* El Cotiella lo tenemos al frente y así será durante bastante tiempo, siendo el acercamiento en zigzag. Se ve bonito, más que desde el Collado de Sahún –pico a la izquierda de todos los demás-. Una vez llegados a la glera vemos un collado a la derecha y otro a la izquierda del pico.
Parece más probable que el paso sea por la izquierda y hacia allá vamos, además hay senda, y por ella continuamos, atravesando toda la glera en diagonal. Cuando se acaba, hay que hacer trepada. Será media hora y con cierta dificultad; porque la roca está muy suelta, se te queda en la mano, no valen despistes, y yo me despisté y me enrisco.
No me gustaba el sitio por el que Blas iba y elegí el mío propio, hasta que ví que no podía seguir subiendo y tampoco bajar. Me sobra la mochila para voltearme. Pido auxilio a Blas, que ha superado el mal paso y baja para ayudarme. Le paso la mochila molesta, que él cogerá de mala manera y de mala manera irá subiendo con ella –le cuelga de un brazo- mientras yo recompongo la postura y supero también la dificultad.
Descansamos un rato del esfuerzo extra y al poco estamos en el collado, allí veremos una senda que, manteniendo la altura, prácticamente en horizontal, se dirige hacia el cogollo principal del pico. Estamos en la trasera del Cotiella. A medida que nos acercamos escuchamos caer piedras. Hay alguien arriba ¡lo hay! Blas dirá que ovejas, pero no, son cabras, blancas y negras, unas pocas. Cambiamos la dirección y nos vamos más hacia nuestra derecha y hacia arriba, el terreno está muy descompuesto y cansa más de lo habitual, llegamos hasta una especie de chimenea, donde empezamos a ver mojones. Desde que abandonamos el collado los habíamos perdido la pista y eso nos hace respirar más tranquilos. Aunque el terreno sigue muy suelto parece que estamos en el camino y a la media hora del inicio de esta última trepada llegaremos a la cima.
23.- Foto de cima. Echada por un francés. De fondo: Peña Oroel
* No estamos solos, se nos adelantó un francés, que nos explica que ha venido por Saravillo, el terreno también es malo, nos dice. Francés de Tolosa –nos da traducido el nombre de Toulouse- que conoce Pirineos muchísimo mejor que nosotros, ya que además de lo que sí identificamos, nos nombra otros muchos picos de los que conocíamos el nombre y poco más, e incluso, de algunos ni eso. Se ofrece para tirarnos una foto. De fondo: Peña Oroel y el Embalse de Mediano, junto a Ainsa.
24.- Vista: Macizo Posets-M. Perdiguero-M. Aneto
* El cielo se ha ido cubriendo de nubes a lo largo de la mañana, pese a esto, el horizonte que vemos es extenso, ahí está: el macizo de Posets, el del Perdiguero, el Macizo de la Maladeta Aneto y todos los tresmiles que le circundan, la cima de Monte Perdido está tapada por las nubes y no se quitarán.
Falla el color que se ha apagado un poco, los tres días anteriores han sido espectaculares, con un cielo limpio de un azul precioso que no volverá a repetirse. Comemos un bocadillo que nos hemos preparado, como casi siempre, de caballa en aceite porque resulta mas jugoso, y sabroso. Le ofrecemos al francés, pero prefiere sus frutos secos. Cuando terminamos, recogemos y nos despedimos. Le dejamos tumbado, cara a Francia, descalzo y sin calcetines, tranquilo.
25.- Vista desde Cotiella hacia Monte Perdido
Solitario y con la puerta cerrada, cosa extraña, porque, pese a no ser guardado -es pequeño- los refugios suelen tenerlos abiertos para atender la necesidad de cobijo de los que por allí pasen. Son las nueve de la mañana y el día está claro y despejado.
20.- Pico Cotiella y rebaño ovejas, aquí.
* Vemos gran cantidad de ovejas, unas que pasan más arriba y van hacia la izquierda, el camino que llevamos nosotros, y otras que vienen hacia aquí. Al poco, nos enteraremos de que son dos rebaños distintos. Cuando cogemos agua en la fuente, nos encontramos con un pastor, que nos dice que, una semana antes, esto estaba lleno de espeleólogos / Espeleología, franceses, enamorados de la zona.
21.- Blas en la senda. Cotiella enfrente
* Nos informa de cual es el Cotiella. Se ve desde allí mismo y no lo perdemos de vista en todo el recorrido. A la ovejas las dejamos atrás al poco, porque se quedan a lo suyo, pastando. Pasamos por una zona horadada de gran cantidad de simas y continuamos.
22.- Zona de simas. Foto echada a la bajada
* El Cotiella lo tenemos al frente y así será durante bastante tiempo, siendo el acercamiento en zigzag. Se ve bonito, más que desde el Collado de Sahún –pico a la izquierda de todos los demás-. Una vez llegados a la glera vemos un collado a la derecha y otro a la izquierda del pico.
Parece más probable que el paso sea por la izquierda y hacia allá vamos, además hay senda, y por ella continuamos, atravesando toda la glera en diagonal. Cuando se acaba, hay que hacer trepada. Será media hora y con cierta dificultad; porque la roca está muy suelta, se te queda en la mano, no valen despistes, y yo me despisté y me enrisco.
No me gustaba el sitio por el que Blas iba y elegí el mío propio, hasta que ví que no podía seguir subiendo y tampoco bajar. Me sobra la mochila para voltearme. Pido auxilio a Blas, que ha superado el mal paso y baja para ayudarme. Le paso la mochila molesta, que él cogerá de mala manera y de mala manera irá subiendo con ella –le cuelga de un brazo- mientras yo recompongo la postura y supero también la dificultad.
Descansamos un rato del esfuerzo extra y al poco estamos en el collado, allí veremos una senda que, manteniendo la altura, prácticamente en horizontal, se dirige hacia el cogollo principal del pico. Estamos en la trasera del Cotiella. A medida que nos acercamos escuchamos caer piedras. Hay alguien arriba ¡lo hay! Blas dirá que ovejas, pero no, son cabras, blancas y negras, unas pocas. Cambiamos la dirección y nos vamos más hacia nuestra derecha y hacia arriba, el terreno está muy descompuesto y cansa más de lo habitual, llegamos hasta una especie de chimenea, donde empezamos a ver mojones. Desde que abandonamos el collado los habíamos perdido la pista y eso nos hace respirar más tranquilos. Aunque el terreno sigue muy suelto parece que estamos en el camino y a la media hora del inicio de esta última trepada llegaremos a la cima.
23.- Foto de cima. Echada por un francés. De fondo: Peña Oroel
* No estamos solos, se nos adelantó un francés, que nos explica que ha venido por Saravillo, el terreno también es malo, nos dice. Francés de Tolosa –nos da traducido el nombre de Toulouse- que conoce Pirineos muchísimo mejor que nosotros, ya que además de lo que sí identificamos, nos nombra otros muchos picos de los que conocíamos el nombre y poco más, e incluso, de algunos ni eso. Se ofrece para tirarnos una foto. De fondo: Peña Oroel y el Embalse de Mediano, junto a Ainsa.
24.- Vista: Macizo Posets-M. Perdiguero-M. Aneto
* El cielo se ha ido cubriendo de nubes a lo largo de la mañana, pese a esto, el horizonte que vemos es extenso, ahí está: el macizo de Posets, el del Perdiguero, el Macizo de la Maladeta Aneto y todos los tresmiles que le circundan, la cima de Monte Perdido está tapada por las nubes y no se quitarán.
Falla el color que se ha apagado un poco, los tres días anteriores han sido espectaculares, con un cielo limpio de un azul precioso que no volverá a repetirse. Comemos un bocadillo que nos hemos preparado, como casi siempre, de caballa en aceite porque resulta mas jugoso, y sabroso. Le ofrecemos al francés, pero prefiere sus frutos secos. Cuando terminamos, recogemos y nos despedimos. Le dejamos tumbado, cara a Francia, descalzo y sin calcetines, tranquilo.
25.- Vista desde Cotiella hacia Monte Perdido
26.- Bajando por la 1ª de las 2 canales
* Según bajamos este primer tramo de
chimenea, propenso a resbalones, vemos en qué erramos a la subida. Desde el
propio collado viene una senda orillando la cresta hasta el inicio de la
trepada, y, ahora, la seguimos. Bastante mejor.
En el collado, por camino
seguro, destrepamos nuevamente, hasta llegar a la glera, que volvemos a cruzar.
Desde
aquí, se ve la zona de simas, es
amplísima y hay un número considerable, los espeleólogos deben disfrutar de lo
lindo en estos parajes.
Desde la primera hasta el refugio tendremos otra hora
de camino, yéndonos directamente a la fuente, no llevamos agua, y de ella al
refugio, que ahora sí está abierto, debe ser que el pastor tiene las llaves.
Hay lo habitual, algún bidón con agua, restos de algún paquete de pastas ó de
arroz, algo de aceite, y poco más, entre ello un jersey que sería el que
llevaba puesto por la mañana el pastor.
Comemos fruta, que aún nos queda,
dejamos la puerta entornada y para abajo.
Vamos dejando atrás el refugio de
Armeña, pequeño, pero con encanto. Ahora sí que veo el lago que dejamos a
nuestra izquierda por la mañana y del que no me enteré, situado poco antes de
iniciar la pequeña subida que hay que hacer para salir del Circo de Armeña. Pequeña, pero que de vuelta sabe a rayos, debemos llevar más de ocho horas andando, netas, y las
piernas ya se quejan; con todo llegamos arriba e iniciamos nuevamente el
descenso, desde aquí se ven claramente los paredones que, a modo de murallas, cierran el circo. Esta parte ya es muy
agradable de hacer, senda por el bosque, y de bajada.
Llegamos al coche, el
otro es del pastor, es increíble, no nos hemos confundido de camino pese a ser
nuestro primer intento de subida al Cotiella. Son las seis
y media de la tarde.
Crónica día siguiente http://paqquita.blogspot.com.es/2016/10/valle-de-lliterola-pico-de-estos-o-tuca.html
PAQUITA
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Paquita, no soy más que nadie, ni sé más que nadie. Relatas de forma amena tus crónicas y me pregunto si te has planteado alguna vez escribir un libro, una novela o un ensayo,...
ResponderEliminarSaludos,
Roberto.
Roberto, mi "arte" no da para tanto.
ResponderEliminarTengo pequeños relatos y ensayos; pero son eso, pequeños.
Un abrazo