Sexo digno y saludable en el Psiquiátrico

"Hasta ahora expresaban su deseo sexual de una manera muy primaria", explican las responsables http://www.diariodemallorca.es/mallorca/2017/05/29/sexo-digno-saludable-psiquiatrico/1219024.html 

i. olaizola   29.05.2017 |

La psiquiatra Rosa García y la supervisora de enfermería Elvira Sánchez posan en las escaleras de acceso al pabellón Alfàbia. Manu mielniezuk

Un taller promovido desde la unidad de larga estancia Alfàbia del hospital Psiquiátrico, dispositivo asistencial que acoge a pacientes con trastornos mentales graves, busca que los enfermos puedan mantener relaciones sexuales en unas condiciones de intimidad y seguridad de las que hasta ahora carecían

"En la unidad de larga estancia Alfàbia tenemos a 24 pacientes con trastornos mentales graves que han fracasado en su paso por otros dispositivos asistenciales para su reinserción. Son nuestros enfermos más graves y aproximadamente un tercio de ellos sufre episodios de esquizofrenia", pone en contexto la doctora Rosa García, psiquiatra responsable de esta unidad.
"La estancia media en esta unidad es de 11,1 años y tenemos pacientes con edades comprendidas entre los 17 y los 59 años, aunque el promedio es de 46 años", continúa la especialista, que admite que la unidad Alfàbia ha devenido en un recurso asistencial "residencial" ya que muchos de las personas que atiende "no han salido nunca de aquí ni creo que lo hagan", aclara.
"No son reinsertables en la sociedad, no pueden vivir solos en su piso, tener un trabajo... Además, tampoco pueden volver a sus hogares porque proceden de familias con mucha carga psiquiátrica", resume este desolador panorama Rosa García con la complicidad de Elvira Sánchez, enfermera supervisora de esta unidad.
Sin embargo, estas profesionales aseguran que, pese a que son realistas con las escasas posibilidades de éxito que tienen de recuperar a estas personas, todavía no han tirado la toalla. "No van a poder rehabilitarse y vivir en sociedad, pero les acompañaremos en su vida haciéndola lo más digna posible", se marcan como meta.
Así, los responsables de esta unidad pusieron en marcha desde el mes de febrero del año pasado un taller para "dignificar" las relaciones sexuales que, hasta ese momento, mantenían los pacientes de una manera un tanto anárquica y "primaria".
"A pesar de la medicación que toman, que les provoca disfunciones sexuales como anorgasmia (ausencia o deficiencia del orgasmo durante el acto sexual), impotencia y priapismo (erección continua y dolorosa del pene sin que medie apetito sexual), siguen experimentando deseo sexual, aunque de una manera muy primaria, tienen conductas sexuales desadaptadas", explican.

Regañarles, más fácil

Así, era habitual sorprender a estos pacientes realizando el acto sexual debajo de unas escaleras, en los jardines e incluso masturbándose en público. "Pese a que resultaba más fácil regañarles, pensamos que debíamos hacer algo por normalizar su vida en este aspecto tan importante como es la sexualidad en este medio residencial (la unidad Alfàbia del Psiquiátrico) tan poco normal", explican.
En primer lugar, era necesario dotarles de un espacio privado e íntimo del que hasta ese momento carecían. Hay que tener en cuenta que a primera hora de la mañana estos pacientes salen de sus habitaciones y éstas se cierran con llave para impedir que se pasen las horas tumbados en la cama. Así que decidieron brindarles la posibilidad de tener sexo digno, íntimo y seguro en una de sus habitaciones. "Siempre que quieran mantener un encuentro sexual, pueden dirigirse al personal de enfermería, que les abrirá la habitación de uno de ellos, la que ellos decidan, y les facilitarán un preservativo y toallas para asearse después de la relación", apunta la psiquiatra.
"El debut fue muy desesperante para todo el equipo que nos habíamos implicado en el desarrollo de este taller", explica Elvira Sánchez, que revela que la mujer que lo estrenó, pese a que afirmaba lo contrario, nunca había tenido relaciones sexuales completas, con penetración.
La consiguiente rotura del himen unida a un accidente de su pareja masculina con el frenillo desencadenó una escena dantesca. "Fue muy aparatoso. Hubo gritos, sangre y todo acabó en el servicio de urgencias de Son Espases", rememora la enfermera supervisora ahora restándole dramatismo.
"Dimos por sentadas cosas que no debíamos. Y esta experiencia nos aconsejó a comenzar el taller impartiéndoles una educación sexual básica. El problema es que hemos tenido que improvisar bastante porque no existe bibliografía sobre educación sexual para personas con trastornos mentales graves", revela la psiquiatra Rosa García antes de añadir que, a nivel individual, han tenido que enseñar a algunos usuarios de este taller la manera correcta de ponerse un preservativo.
También recuerdan estas dos profesionales la asamblea que celebraron, y que contó con la asistencia de sus 24 pacientes, para informarles de la posibilidad de tener sexo íntimo, digno y seguro sin salir del Psiquiátrico.

Única en todo el país

"Nos hicieron un montón de preguntas. Nos pidieron si podían traer a profesionales. Y les dijimos que no. Si podían hacerlo con el personal auxiliar, y también se lo descartamos. Como también lo hicimos cuando se interesaron por hacerlo con personas de fuera y les recordamos que tampoco pueden hacerlo con pacientes de otras unidades de este hospital", recuerda la enfermera Sánchez que de esta manera puntualiza los límites fijados para esta novedosa iniciativa, única de este tipo en todo el país desarrollada en un recurso asistencial público dedicado a la atención de personas con trastornos mentales graves.
Ahora, echando la vista atrás con más de un año de perspectiva desde la puesta en marcha de esta iniciativa, estas dos profesionales revelan que este taller afectivo-sexual ya lo disfrutan un total de ocho de sus pacientes, cuatro hombres y cuatro mujeres que en su mayoría no forman parejas estables y que, de momento, solo mantienen relaciones de tipo heterosexual.
Esta iniciativa, una de las 80 premiadas en la III Jornada de Salud celebrada la semana pasada y que se completará con una segunda fase más centrada en el plano afectivo que en el sexual, ya está cosechando sus frutos. "Los pacientes tienen entre ellos más gestos afectuosos que antes y los agravamientos psíquicos y los conflictos han bajado", se congratulan para concluir estas implicadas profesionales de la salud mental.
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