Mateo Santamarta Paniagua · Una auténtica plaga. En zonas del Parque del Retiro de Madrid se han hecho claramente especie dominante, sólo aguantan la urracas que crecen a igual ritmo.
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Madrid, Barcelona y Málaga son las provincias con más presencia de esta especie "El problema se ha desamadrado", denuncia la organización SEO/BirdLife. Manuel Planelles
La plaga de la cotorra argentina, un ave exótica catalogada como
invasora, se ha plasmado por primera vez en cifras: En España hay cerca
de 20.000 ejemplares. Es la principal conclusión del censo que han elaborado unos 600 voluntarios de SEO/BirdLife
en 450 municipios españoles. Las provincias de Madrid y Barcelona son
las provincias más afectadas. En la primera se han detectado 2.091
nidos, lo que supone entre 5.875 y 6.643 ejemplares. En el caso de la
provincia barcelonesa, se ha localizado 2.092 nidos y entre 5.525 y
6.248 aves.
"Dentro de las aves introducidas, se trata probablemente de la especie que más ha crecido", sostiene Juan Carlos del Moral, coordinador del Área de Estudio y Seguimiento de Aves de SEO/BirdLife. Y en el proceso de expansión la mano del hombre ha sido imprescindible, de ahí que muchos especialistas prefieran hablar en este tipo de casos de especies introducidas y no invasoras, como se califican en la legislación.
La cotorra argentina (Myiopsitta monachus) llegó hasta
Europa como mascota. Y las sueltas (accidentales o voluntarias) han
hecho que colonice muchas ciudades. SEO/BirdLife ha localizado
ejemplares en libertad en "125 municipios de 25 provincias que se
encuentran en 15 comunidades autónomas". Hasta el medio natural han
llegado a través de esas sueltas "individuales", resalta del Moral.
"Estas aves no hacen migraciones, son bastante sedentarias", detalla. Es
decir, su expansión por la Península no procede de un solo núcleo de
población.
Desde 2013, la cotorra argentina está incluida entre las especies "cuya posesión, transporte, tráfico y comercio están prohibidos", ha indicado esta organización no gubernamental. Pero del Moral destaca que prácticamente no se han realizado labores para su "erradicación eficaz". "Ahora el problema se ha desmadrado", opina. "Y se tendrá que gastar el dinero de todos para eliminarla".
Los primeros ejemplares se detectaron en España en 1975, en la ciudad de Barcelona. Pero el incremento generalizado en todo el país no llegó hasta diez años después.
Del Moral afirma que, como el resto de especies exóticas, la cotorra argentina "tiene un efecto negativo sobre el resto de la flora y fauna". Afectan a los nidos de otras especies y "llegan a secar árboles", ya que consumen los brotes. "El problema ahora el volumen que se ha alcanzado; solo en Madrid hay más de 2.000 nidos y 200 puntos de cría".
El censo, el único de estas características que se ha realizado en España, lo ha elaborado SEO/BirdLife en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que ha aportado financiación para este estudio.
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"Dentro de las aves introducidas, se trata probablemente de la especie que más ha crecido", sostiene Juan Carlos del Moral, coordinador del Área de Estudio y Seguimiento de Aves de SEO/BirdLife. Y en el proceso de expansión la mano del hombre ha sido imprescindible, de ahí que muchos especialistas prefieran hablar en este tipo de casos de especies introducidas y no invasoras, como se califican en la legislación.
Desde 2013, la cotorra argentina está incluida entre las especies "cuya posesión, transporte, tráfico y comercio están prohibidos", ha indicado esta organización no gubernamental. Pero del Moral destaca que prácticamente no se han realizado labores para su "erradicación eficaz". "Ahora el problema se ha desmadrado", opina. "Y se tendrá que gastar el dinero de todos para eliminarla".
Climas templados
La cotorra argentina procede las zonas templadas y subtropicales de Sudamérica. En España, según refleja el censo de SEO/BirdLife, las principales poblaciones están en Cataluña, Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana y Murcia, donde el clima es más parecido al lugar de origen. "Es una especie muy visible porque está ligada a núcleos urbanos", indica del Moral. Además, suelen ser muy ruidosas.Los primeros ejemplares se detectaron en España en 1975, en la ciudad de Barcelona. Pero el incremento generalizado en todo el país no llegó hasta diez años después.
Del Moral afirma que, como el resto de especies exóticas, la cotorra argentina "tiene un efecto negativo sobre el resto de la flora y fauna". Afectan a los nidos de otras especies y "llegan a secar árboles", ya que consumen los brotes. "El problema ahora el volumen que se ha alcanzado; solo en Madrid hay más de 2.000 nidos y 200 puntos de cría".
El censo, el único de estas características que se ha realizado en España, lo ha elaborado SEO/BirdLife en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que ha aportado financiación para este estudio.
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