Marisa Peña · 2/10/2018
Hace un año escribía estas reflexiones. Y sí, sigo igual de necia, silviorodriguezmente hablando.
Soy republicana, ciudadana del mundo, hay en mis venas gotas de sangre libertaria,creo en el género humano por encima de las patrias, y me gustan más los pueblos que los estados. Mi cuna la meció una miliciana anarquista que se jugó la vida por la República española y me enseñó a sentir una simpatía por los rebeldes, los insurrectos y los que luchan por cambiar el mundo, y un rechazo absoluto por las fuerzas brutas y el poder. Que soy incongruente, pues seguro. Que soy radical, pues a lo mejor también. Que este país en el que me nacieron es profundamente franquista y ni se entera, eso sin duda. Que las heridas putrefactas acaban supurando, absolutamente. Así que yo, necia como Silvio, no voy a cambiar a estas alturas. Me muero como viví, rodeada de otras personas necias que resisten y sueñan en medio de un territorio inhóspito en el que es difícil sobrevivir."
Marisa Peña, Nos queda la palabra.
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