Pelayo Martín · 23/3/2020
Menos mal
que todavía queda alguien como Sophie Mainguy, alguien que sabe que esto
no es una guerra... si no lo es contra nosotros mismos.
"NO ESTAMOS EN GUERRA
ni tenemos que estarlo
Es interesante constatar hasta qué punto no sabemos enfrentar cada acontecimiento sino a través del prisma de la defensa y la dominación.
Las medidas decretadas ayer tarde por nuestro gobierno son, de acuerdo con mi sensibilidad de médico, totalmente adecuadas. Por el contrario, el efecto de anuncio que las han acompañado lo es mucho menos. No estamos en guerra ni tenemos que estarlo.
No necesitamos de una sistemática idea de lucha para ser competentes. La ambición firme de un servicio a la vida basta.
No hay enemigo.
Hay otro organismo viviente en pleno flujo migratorio y debemos detenernos para que nuestras corrientes respectivas no se choquen demasiado.
Estamos en el paso de peatones y el semáforo está en rojo para nosotros.
Sin duda habrá, a nuestra escala humana millonaria, recorridos fuera del paso de cebra y accidentes que serán dolorosos.
Siempre lo son.
Pero no hay guerra.
Las formas de vida que no sirven a nuestros intereses (¿y quién puede decirlo?) no son nuestros enemigos.
Se trata de una enésima ocasión de darnos cuenta de que el humano no es la única fuerza en este planeta y que debe a veces -¡cuántas! - hacer lugar a otros.
No tiene ningún interés vivirlo en un mundo conflictivo o competitivo.
Nuestro cuerpo y nuestra inmunidad aman la verdad y la PAZ.
No estamos en guerra ni tenemos que estarlo para ser eficaces. No estamos movilizados por las armas sino por la inteligencia de lo vivo que nos fuerza a la pausa.
De manera excepcional, hemos sido obligados a hacernos a un lado, a dejar sitio.
No es una guerra, es una enseñanza: la de la humildad, la interrelación y la solidaridad."
(Sophie Mainguy, médico especialista en urgencias - París)
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"NO ESTAMOS EN GUERRA
ni tenemos que estarlo
Es interesante constatar hasta qué punto no sabemos enfrentar cada acontecimiento sino a través del prisma de la defensa y la dominación.
Las medidas decretadas ayer tarde por nuestro gobierno son, de acuerdo con mi sensibilidad de médico, totalmente adecuadas. Por el contrario, el efecto de anuncio que las han acompañado lo es mucho menos. No estamos en guerra ni tenemos que estarlo.
No necesitamos de una sistemática idea de lucha para ser competentes. La ambición firme de un servicio a la vida basta.
No hay enemigo.
Hay otro organismo viviente en pleno flujo migratorio y debemos detenernos para que nuestras corrientes respectivas no se choquen demasiado.
Estamos en el paso de peatones y el semáforo está en rojo para nosotros.
Sin duda habrá, a nuestra escala humana millonaria, recorridos fuera del paso de cebra y accidentes que serán dolorosos.
Siempre lo son.
Pero no hay guerra.
Las formas de vida que no sirven a nuestros intereses (¿y quién puede decirlo?) no son nuestros enemigos.
Se trata de una enésima ocasión de darnos cuenta de que el humano no es la única fuerza en este planeta y que debe a veces -¡cuántas! - hacer lugar a otros.
No tiene ningún interés vivirlo en un mundo conflictivo o competitivo.
Nuestro cuerpo y nuestra inmunidad aman la verdad y la PAZ.
No estamos en guerra ni tenemos que estarlo para ser eficaces. No estamos movilizados por las armas sino por la inteligencia de lo vivo que nos fuerza a la pausa.
De manera excepcional, hemos sido obligados a hacernos a un lado, a dejar sitio.
No es una guerra, es una enseñanza: la de la humildad, la interrelación y la solidaridad."
(Sophie Mainguy, médico especialista en urgencias - París)
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