Félix Maraña Monarquía no es igual a Democracia
Me gustaría ser Juan Cabrera Padilla, para atreverme a decir que hoy, el periódico El País, que fue uno de los mejores periódicos del mundo, pero fue, nos ha la metido doblada. Ya está dicho. En un editorial que es más un sermón de homilía dominical, da por hecho que los ciudadanos somos tontos. Y en su editorial viene a decirnos que la Monarquía y la Democracia es asunto hermanado. No. La monarquía es un procedimiento ahistórico. Este periódico, que lo que quiere es contribuir a la propaganda pagada a favor de Zarzuela, viene a decir que los deméritos del emérito apenas tienen más importancia, se trata de un robo de gallinas. Y nos dice, descaradamente, y aquí viene la gran doblez que nos quieren meter, que el gran mérito del campechano es que nos trajo la Democracia, así, como si hubiera sido un regalo generoso que nos dio en 1977, porque al campechano le gusta mucho hacer regalos a sus queridas, y a nosotros nos quiere la hostia.
Me gustaría ser Juan Cabrera Padilla, para atreverme a decir que hoy, el periódico El País, que fue uno de los mejores periódicos del mundo, pero fue, nos ha la metido doblada. Ya está dicho. En un editorial que es más un sermón de homilía dominical, da por hecho que los ciudadanos somos tontos. Y en su editorial viene a decirnos que la Monarquía y la Democracia es asunto hermanado. No. La monarquía es un procedimiento ahistórico. Este periódico, que lo que quiere es contribuir a la propaganda pagada a favor de Zarzuela, viene a decir que los deméritos del emérito apenas tienen más importancia, se trata de un robo de gallinas. Y nos dice, descaradamente, y aquí viene la gran doblez que nos quieren meter, que el gran mérito del campechano es que nos trajo la Democracia, así, como si hubiera sido un regalo generoso que nos dio en 1977, porque al campechano le gusta mucho hacer regalos a sus queridas, y a nosotros nos quiere la hostia.
Vamos a ver: el campechano entregó todos los poderes que le había dado Franco, sí, pero porque él se sentía el propietario de la finca, pero nos entregó los poderes porque los arrendatarios de la finca, es decir, nosotros, no éramos libres, ni ciudadanos, sino arrendatarios. El Borbón tiene tanto amor a España, que se cree siempre que es suya. Pero el Borbón no nos dio la Democracia, no. Los Borbón no están acostumbrados a dar nada, y a España sólo le han dado disgustos.
Claro que entregó todos los poderes, pero para desentenderse del asunto. EL periódico grande que fue no dice, y lo digo yo, que entregó todos los poderes, y aquí está la trampa, exigiendo al Parlamento, jódete, que la Constitución dijera que él, el campechano, era INVIOLABLE. En resumen; que la política y los problemas nos los dejaba a nosotros y él se iba a dedicar a hacer lo que le salía de sus santos, como han hecho siempre los Borbón.
El periódico El País quería
tocarnos hoy los cojones. Pero a mí no me la meten.
+ German Cano · 22/7/20
+ German Cano · 22/7/20
También
se está diciendo algo de nuestro país en este tránsito del
campechanismo jovial y moderno del emérito a esa rígida atonía de su
hijo. No solo es que la monarquía no emocione ya, es que hay una especie
de distancia glacial que supera toda animadversión.
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