"Los
frutos de la de la tierra deben destruirse para mantener los precios y
garantizar los beneficios de las grandes compañías. Esto es lo más
triste y lo más amargo de todo. Cargamentos de naranjas arrojados en el
suelo. Las gentes hambrientas vinieron desde muy lejos para coger la
fruta, pero no podía ser. ¿Cómo iban entonces a venderse las naranjas a
veinte centavos la docena? Y hombres con mangueras arrojan chorros de
queroseno sobre las naranjas, y se enfurecen ante semejante crimen y se enfurecen con las gentes que han venido a por la fruta. Y el queroseno rociado sobre montañas doradas.
Y el olor a podrido llena el campo.
Quemar maíz como combustible en las fábricas. Tirar patatas a los ríos y
poner vigilantes a lo largo de las orillas para evitar que la gente
hambrienta las pesque. Matar a los cerdos y enterrarlos en cal viva. Y
los forenses tienen que rellenar los certificados - murió de
desnutrición - porque la comida debe pudrirse, a la fuerza debe
pudrirse. Y en los ojos de las gentes se refleja el fracaso; y en los
ojos de los hambrientos hay una ira creciente.
En las almas de las
personas Las uvas de la ira se están llenando y se vuelven pesadas,
cogiendo peso, listas para la vendimia."
No hay comentarios:
Publicar un comentario