14/11/20
¿Cómo será el mundo que vendrá? La derrota de Trump y el anuncio de la cercanía de vacunas ha traído esperanza pero también preguntas: ¿volverá la forma de capitalismo neoliberal y deslocalizador?, ¿aumentará la tensión militar al compás de las guerras comercial, por minerales estratégicos y por el control tecnológico de los big data en el mundo? ¿será la economía verde un término para ocultar un lavado de cara de las grandes empresas de la energía y big tech?, ¿se gestionará de forma humana el flujo de la emigración a una Europa envejecida? La guerra de Armenia y Azerbaiyán, que parece haber perdido Armenia frente al poder combinado del neotomanismo turco y el apoyo israelí (y la complacencia Rusa); ¿va a ser la regla: una nueva oleada de guerras entre países pobres que se combatirán con drones y misiles? (esta ha sido la nueva modalidad, que anuncia un próspero negocio de venta de armas de tecnología media). ¿Será la extensión del 5G el proceso definitivo de pérdida de trabajos y diseminación fractal de nuevas plataformas de distribución sostenidas por falsos autónomos y trabajo precario? El anuncio ayer de una nueva universidad privada en Madrid, de la editorial Planeta, y el anuncio de Google de que emitirá sus propios títulos, ¿anuncia el declive final de la universidad pública humboldtiana y el ascenso de la industria de títulos? El peso que ha tenido en la campaña de Estados Unidos la inversión en redes (Biden ha superado con mucho a Trump en gasto y uso en redes), ¿indica una transformación de fondo de la esfera pública, el final de la prensa de investigación y el ascenso de una turbulencia de mensajes sin conversación?
La generación Z tiene por delante un futuro muy abierto. Aunque no me importa demasiado acabar ya mi tiempo, me gustaría vivir un poco, lo suficiente al menos para vislumbrar cómo se responde a estas preguntas.
America’s allies should share the burden with Joe Biden
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Trump evitó la tercera guerra mundial
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