ELDIARIO.ES
Fernando Broncano R 31/1/21 Antonio Maestre
No están mal las críticas a los youtubers exiliados impositivos que han proliferado en la prensa y redes estos días, aunque tal vez merezca la pena dar un poco de contexto (como repite el tópico de las series de ahora).
1) No hay duda de que son unos adolescentes en el plano moral y ciudadano. Todo el mundo se lo recuerda y no lo haré yo ahora. Tampoco más inmaduros que una parte preocupante de juventud aspiracional que nos encontramos en todos los niveles sociales.
2) El problema más importante es cómo su decisión opera en el imaginario de millones de seguidores con los que comparten generación y tal vez deseos de consumo y de una vida acomodada (muchos de ellos porque no la tienen)-
3) Como antes Messi y otros deportistas, como antes los maletillas que llegaban a toreros, esta gente porta el mismo mensaje que la lotería y las apuestas: que un golpe de suerte te puede arreglar lo que las estructuras sociales impiden.
4) Han ascendido a esa posición porque en general son muy hábiles, cuando no genios, en el lenguaje comunicacional y compiten con las televisiones en audiencia. De hecho son el futuro de los medios de comunicación.
5) Si uno se molesta en ver sus videos semanales observará que se sostienen básicamente en un nuevo lenguaje de propaganda comercial que desborda el anuncio tradicional: el unboxing mezclado con comentarios sobre videojuegos, chistes, recolecciones de imágenes. Un inteligente patchwork que la gente de periodismo y comunicación haría bien en analizar cuanto antes.
6) El contexto de fondo son las nuevas plataformas (Youtube de Google, Twitch de Amazon) que han creado una burbuja comercial por la que las empresas gastan enormes cantidades de dinero en propaganda en estas redes y con esta financiación se desarrolla un nuevo lenguaje comunicacional performativo que capta la atención como una cobra con su presa. Estas plataformas son enormes sistemas de esclavizar a empresas grandes y pequeñas, y estos nuevos medios comerciales son uno de sus instrumentos muy eficaces.
6) Las empresas harían muy bien en repensarse su subordinación a estos medios que tal vez estén sustituyendo el mercado por oligopolios comerciales.
8) Como siempre en las grandes transformaciones culturales y sociales, los demás, incluyendo a la gente más comprometida políticamente, haríamos bien en sustituir la moralina por la creación de un frente cultural (cada uno como pueda) respondiendo con otros lenguajes, otras formas, otros contenidos. Con todo mi respeto a este periodista, al que sigo con simpatía, este tipo de artículos refuerza más que debilita el fenómeno que queremos evitar.
La historia de un privilegiado perseguido por las autoridades fiscales que busca refugio alejado de lo que más quiere en un pequeño país a dos horas en coche de Barcelona porque Hacienda le manda requerimientos y ya no puede soportar la presión
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