Fernando Broncano R 19/8/21
Durante varios años he trabajado con un equipo de ingenieros críticos en un modelo de evaluación de tecnologías apropiadas para el desarrollo. Me sorprendo aplicándolo a la ferretería de los talibanes y veo que funciona. Las armas de los talibanes han sido bien sencillas: bombas artesanales en las carreteras, kalashnikov AK47 y lanzacohetes RPG rusos. Sus únicos vehículos han sido viejas camionetas Toyota y motocicletas Honda en las que viajan dos muyahidines. Sus estrategias también: emboscar y huir. Con ello han conseguido que el ejército más potente del mundo y sus aliados quedasen confinados en recintos amurallados, dejándoles a ellos el movimiento fuera de las carreteras. Drones, satélites, bombas de precisión, enormes vehículos blindados consumidores de inmensas cantidades de gasolina, ..., todo se ha mostrado inútil. Y las redes sociales: los talibanes las han manejado mejor. España aprendió esta dura lección en Filipinas, Cuba y el Rif (ahora es el centenario), el Reino Unido en Suráfrica y Afganistán, Estados Unidos ha vuelto a comprobarlo después de Vietnam.
Llevo escribiendo años sobre la relatividad y contextualidad de la nociónde eficiencia tecnológica y desgraciadamente este es un caso que confirma de nuevo la idea de que la ingeniería más apropiada no es la que contiene más tecnología punta.
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