La escaladora madrileña logró encadenar el domingo esta línea histórica del sector Museo de los Horrores de Cuenca cuya primera ascensión, de Julio Fernández, data de 1993 y por la que han pasado grandes nombres de la deportiva.
El Museo de los Horrores en su día fue el mejor nombre que se podía haber elegido para este sector, dada la alta dificultad media de sus rutas, hoy compite con la Ermita, Valdecabras y con las pinceladas extremas en casi todos los sectores… y todos con las mismas características: grandes desplomes y líneas de resistencia.
Una vía histórica
Sin duda, tal como comenta Ana Belén Argudo, El calvario del sicario es una vía especial, además de histórica, como pone de manifiesto el hecho de que fue incluida entre las “vías de leyenda de la deportiva española” del número 113 de la revista ESCALAR (diciembre 2018-enero 2019). Su primera ascensión correspondió a Julio Fernández en febrero de 1993, quien la había equipado unos meses antes. Propuesto para ella el primer 8c de Cuenca y tercero nacional. Simbolizó un cambio de mentalidad respecto a las más habituales placas desplomadas que se escalaban en la época.
Dani Andrada (17 añitos entonces) se llevó la primera repetición poco después y al año siguiente también la repitió Stefan Glowacz. Posteriormente, la rotura de varias presas la situó en la frontera del 8c/+, sin dejar de acumular repeticiones a lo largo de los años: Pablo Barbero, Ramon Julián, Iker Pou, Luis Alfonso Félix… Y más recientemente Adam Ondra, quien la encadenó a vista en 2013.
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