Fernando Broncano R 29/11/21
Ayer por la tarde, paseo bajo un frío y viento mesetario para ver el refugio antiaéreo en la finca Pelagarcía, en Carbajosa de la Sagrada, junto a Salamanca. Allí residió y tuvo su búnker el general Faupel, jefe de la Legión Cóndor. Bajo el cielo invernal, el lugar resultaba tan siniestro como la finca. Nos recibieron varios perros lobo y un empleado enfadado, a pesar de estar en un camino visitable. No era el camino sino nuestras miradas a esos restos lo que parecía que quería impedir, seguramente por órdenes del amo.
Salamanca conserva (cada vez menos) restos en sus grandes fincas de las conspiraciones y centros de control de la aviación. Apenas quedan vestigios en Morille del centro de comunicaciones de los alemanes, y poco menos del campo de aviación de San Fernando. Una provincia entonces dominada por el Bloque Agrario y la cuernocracia.
Una hermosa obra de arte urbano cerca de la Estación afirma: "quienes no tienen memoria tienen cicatrices".
Una tierra llena de ellas.
(Tal vez Almudena Grandes hubiera incluido estas ruinas en alguno de sus próximos episodios nacionales de la ruina, ojalá)
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