15 de abril de 2024
Basta de mantras neoliberales. La vivienda no está para que unos pocos se hagan ricos con la pobreza o la precariedad del resto. No es un bien de consumo para hacer negocio, es un bien de primera necesidad, un derecho constitucional, y es obligación de los poderes públicos hacerlo efectivo. Aunque eso quiera decir intervenir el mercado
No se puede aguantar más. Tenemos otra burbuja del ladrillo, la vivienda es inaccesible para muchos, su precio ha subido más del doble que los sueldos, los fondos y los grandes tenedores se están haciendo con el centro de las ciudades, los pisos turísticos están echando a los vecinos de los barrios, un cuarto de los jóvenes no puede emanciparse hasta después de los treinta, seis de cada diez casas se compran al contado mientras los inquilinos destinan el setenta por ciento de su salario al alquiler y a pesar de todo esto, la ministra del ramo dice que el Gobierno quiere que los promotores y propietarios privados entren en la oferta de vivienda pública porque “hay negocio”. Ya lo dijo Ábalos: “Es un bien de consumo”. Y Rato: “Es el mercado, amigo”.
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