El domingo 14 de abril, en una charleta ante un público cautivo como son las de Nuevas Generaciones del Partido Popular, Esperanza Aguirre expresó varias barbaridades y disparates sobre la Segunda República y la Guerra Civil. Sus comentarios, que reflejan ignorancia y sectarismo, tenían como objetivo instrumentalizar el pasado para arremeter contra el Partido Socialista. Recurrió a mitos clásicos de los propagandistas franquistas y de los mal llamados revisionistas, junto con otros de su propia cosecha. Mentiras, tergiversaciones y manipulaciones de brocha gorda; el rigor histórico es lo de menos. Precisamente en un artículo mío en este mismo periódico el domingo 14 señalaba los muchos mitos y bulos que siguen circulando sobre la Segunda República. Y las declaraciones de doña Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, condesa consorte de Bornos, lo confirma. Esta política jubilada debería leer más y hablar menos. Recordemos que fue ministra de Educación y Cultura entre 1996 y 1999. Media vida llevo trabajando sobre este periodo de la historia de España para que venga esta señora a pretender sentar cátedra, soltando tonterías e ignorando todas las aportaciones recientes de la historiografía nacional y extranjera. El problema es que al final las mentiras se convierten en verdad de tanto repetirlas, como bien sabía Goebbels (...)