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julio 17, 2023

¿Nos duchamos demasiado?, de Darío Pescador

 7 de junio de 2023

Darío Pescador    

 



(...) Cómo funciona la piel

La piel es el mayor órgano del cuerpo y pesa entre seis y nueve kilos, el 15% del peso total del cuerpo. Sirve de escudo protector contra el calor, la luz, las lesiones y las infecciones. Como aprendimos en el colegio, la piel está formada principalmente por dos capas. Por debajo, la dermis es una capa viva hecha de fibras de colágeno elásticas, capilares y terminaciones nerviosas. 

La capa externa, llamada epidermis, que es la que vemos y tocamos, está formada por queratinocitos, células que producen queratina y que se están renovando constantemente. Las células van migrando hacia la capa más exterior, donde se endurecen, se aplastan, mueren y terminan cayéndose (y formando entre el 20 y el 50% del polvo doméstico). La capa externa de la piel se regenera cada 27 días, que es lo que tarda una célula nueva en migrar hasta el exterior y caerse, y este es un proceso que se da de forma natural. 

Además, toda nuestra piel, con la excepción de las palmas de las manos, plantas de los pies y partes de la cara, está cubierta de pelo. Junto a cada folículo hay una glándula que segrega sebo, una sustancia grasa que ayuda a mantener la piel impermeable y elástica y la protege de la radiación ultravioleta, las bacterias y hongos perjudiciales, la oxidación y el envejecimiento prematuro.

Por último, está el microbioma cutáneo, millones de bacterias, hongos y virus que viven en la piel. Igual que ocurre con la microbiota intestinal, estos microorganismos no son parásitos, sino simbiontes sin los cuales no podríamos vivir. El microbioma de la piel es un ejército que nos protege de las infecciones de bacterias, hongos y virus perjudiciales. Además, sirve para educar al sistema inmunitario y evitar que reaccione exageradamente (con alergias). La limpieza excesiva puede estar detrás de muchas enfermedades autoinmunes, según la hipótesis de la higiene.

Parece haber una obsesión con eliminar la piel muerta a toda costa, evitar que la piel tenga un aspecto grasiento y usar jabones bactericidas. Aquí es donde la ducha, y especialmente la ducha con jabón, actúa eliminando estas tres barreras de protección de nuestra piel. No parece tan buena idea hacerlo dos veces al día.

(...)     ¿Adiós al jabón?

Eliminar la protección natural de la piel está teniendo consecuencias. Según la OMS, la prevalencia de psoriasis, acné y otras enfermedades de la piel se ha multiplicado en las últimas décadas. El doctor Robert Shmerling de Harvard sugiere que no existe una frecuencia ideal para ducharse, pero los expertos sugieren que ducharse varias veces a la semana es suficiente para la mayoría de las personas a no ser que hayan sudado o se hayan ensuciado, y que una ducha corta de tres o cuatro minutos centrada en las axilas y las ingles puede ser suficiente. 

Algunos autores, como el médico James Hamblin, tienen una solución más radical: dejar de ducharse, una decisión que tomó en 2016. Su libro 'Si nuestra piel hablara', editado por Grijalbo, da cuenta de su investigación y su experiencia. Según declara el doctor Hamblin en una entrevista con NPR, cuando la gente se entera de que no se ha duchado en años, sólo quieren saber si apesta. Entonces explica que sigue lavándose las manos con jabón con frecuencia, que de vez en cuando se moja el pelo, y que se lava con agua cada vez que está visiblemente sucio. Lo más importante es que no usa jabón y, no, no apesta. No es el único.

Eliminar la protección natural de la piel tiene consecuencias. Según la OMS, la prevalencia de enfermedades de la piel se ha multiplicado en las últimas décadas

Cada vez más personas están tomando la decisión de ducharse menos y evitar el jabón, el champú y otros cosméticos. La mayoría de la gente no se lava el pelo en cada ducha. En Estados Unidos, por ejemplo, aunque hay cerca de siete duchas semanales, por término medio, sólo hay cuatro champús semanales. Parte de este movimiento se refiere únicamente al champú y se denomina No Poo (no champú), pero también se extiende al jabón y a la ducha diaria en otros casos. 

Estas son algunas de las indicaciones si se quiere abandonar la ducha diaria y el jabón:

  • Ducharse con agua a diario, lavando solo las zonas que lo necesitan. 
  • Cuando se está sucio, o bien una vez por semana, ducharse usando un jabón con pH similar al de la piel. 
  • Prescindir del desodorante y, en su lugar, después de lavarse las axilas con agua aplicar una mezcla de agua de rosas y hamamelis y cubrir con aceite de coco, que ayuda a regular las bacterias que producen el olor.
  • Eliminar la suciedad de la cara con agua, o bien con agua de rosas o hamamelis, y prescindir de jabones, limpiadores y exfoliantes.
  • Usar ropa de fibras naturales en la medida de lo posible, la ropa sintética atrapa el sudor y hace que se descomponga antes.
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