* Íbamos a ser doce, fuimos cinco.
El punto de encuentro, frente al recinto de club, del que todos somos partícipes. La hora, las 7 de la mañana, de ayer sábado 22 de abril.
Pues eso, que los "aparecidos" fuimos, además de mi pareja y yo, Tirso, un amigo suyo de nombre Emilio y otro conocido del club, de edad similar a la suya, llamado Jesús. Una vez todos reunidos iniciamos la salida. LLevamos dos coches porque la idea es dejar uno de ellos en el puerto de Navacerrada, meta de la excursión, y con el otro dirigirnos al Puerto de la Morcuera, , punto de salida. Ya en la carretera contactaré, a través del móvil, con Tirso para indicarle que mejor vayamos cada coche "a su bola" y nos veremos en Navacerrada, a la altura de la Venta Arias. Ellos llegan primero ¡milagro!
Seguimos solo con el coche de Tirso. El nuestro se queda en Navacerrada esperando nuestro llegada por pies. Vamos en dirección al Puerto de Cotos, lo sobrepasamos, así como Monasterio de Santa María de El Paular, y en Rascafría nos metemos en la carretera que nos lleva a La Morcuera.
2.- Más adelante, aún no incorporados a Cuerda Larga
* Esta carretera está flanqueada de robles, hasta donde llega el arbolado. En este momento aún están despojados de hojas y no se les ven los brotes nuevos, esos preciosos brotes con los que nos regalan los robles en la primavera. La primera vez que fijé mi atención en ellos fue camino del Collado Tres Cestos en La Pedriza, inmortalizado el momento con una fotografía, el soporte de mi memoria, ademá de lo que escribo.
Llegamos a La Morcuera, en ese momento llega otro vehículo del que saldrá un muchacho, solamente, uno. Parece que espera, y es que esperaba a otro que aparecerá al poco, también sólo. Charlamos con ellos, harán nuestro recorrido, pero en sentido contrario, se despiden yéndose solo en uno de los vehículos.
3.- El escáner ha elegido el negro para esta foto. Aquí: Blas
* Comenzamos la marcha a las 9h. 10´. El camino, en principio, es bastante suave, para ir cogiendo altura poco a poco. A los 15´ pasamos junto a una doble pared de granito -la distancia entrambas será de unos dos metros, unidas por una canal de granito también-, que Blas dirá correspondió a un molino y Jesús que es para aguantar la nieve ¿?
A las 10h. 20´nos reunimos con otros cuatro -son hombres- que están almorzando. Nos cuentan que este recorrido lo hacen siempre hasta la mitad, una veces empiezan en Morcuera y otras en Navacerrada. Les dejamos atrás y ya no les volveremos a ver -les acompañaban dos perros, huskies siberianos.
4.- Pendiente nieve suave
* 10´ más tarde estamos pisando unos grandes bloques de granito y recibimos en la cara los primeros copos de nieve.
Nos está nevando fínamente, y fínamente nos azota en la cara, porque la ventisca es tal que la vemos pasar en sentido horizontal, a la nieve me refiero. Son las 11 y media y llevamos recorridos 7,7 kilómetros -información facilitada in situ por Tirso-.
Estamos subiendo por una gran mancha de nieve, empinada ¡ya lo creo! y no vemos más allá de una veintena de metros, o sea, que pese a estar en la parte más alta de la Sierra del Guadarrama no vemos ni Peñalara -situado a nuestra derecha en el sentido de la marcha- ni La Pedriza -a la izda-.
5.- Pedriza, desde Cuerda Larga. Blas. También negra.
* Menos mal que, al poco de iniciada la excursión -eran las 9h. 50´-, tuvimos un momento de sol y la vislumbramos, desde Las Torres hasta El Yelmo, y el embalse de Santillana ¡ahí es ná! Fue nuestro momento cumbre, visualmente hablando.
INTERMEZZO: Acabo de hablar con Blas -llamó él- me dice de irnos al Rastro, declino la invitación, no quiero dejar a mi hermana por ahora ¿Estás con Internet? me dirá a continuación. Sí, será mi respuesta -son las 10 horas de la mañana, del martes 2 de Mayo-
Continúo con la narración...
La mancha de nieve es más grande de lo esperado, no se acaba ¡cuanto me cuestan las subidas! será cosa de la edad ¿o quizás no? Eso sí, cuando vengan las bajadas, ahí, será mi venganza.
A las 12h. en punto llevamos recorridos 9,2 kilómetros.
Una vez superado este obstáculo nos encontramos con una de las Cabezas de Hierro, dicen que es La Pequeña, pero yo no la distingo de la siguiente, deben llevarse poco, lo comprobaré cuando tenga a mano los datos -estoy escribiendo a pelo- (es la Mayor, la Pequeña mide 7 metros menos) Son las 12 y media y estamos a 2.380 metros, con un vértice geodésico a nuestra mano. Los kilómetros recorridos hasta aquí han sido 10,4.
Algo más abajo, porque ya empezamos a perder altura, nos encontramos con nuestros dos muchachos del inicio. Van acompañados de más gente, que, nos explican, se les han unido, según lo previsto, en el Puerto de Navacerrada. En total van 8, la mitad chicas, todos jóvenes que no llegan a la treintena. Yo, les digo, así, a lo tonto, dando por hecho que será que no, que si conocen el Moncayo -por la similitud en las ventiscas- y mira por donde me contestan mis dos muchachos que sí, que lo han subido corriendo en... ¡admiraros! media hora. Patitiesa me quedo, creo recordar que, andando, tardamos no menos de dos horas. Eso sí, me aclaran, empezando desde el Santuario, no desde abajo ¡Aclarado!... pues si yo no conozco otro principio.
Me fijo más en ellos, están fibrosos, muy fibrosos, maratonianos totales. La altura, similar a la mía. Nos despedimos deseándoles buen día, a pesar del tiempo.
Continuamos nuestra bajada, sin ver ni torta, tan es así que, Tirso se aventura a dirigirme, voy en cabeza, ya lo dije: lo mío son las bajadas. Me dice que el camino sigue por la izquierda y por la izquierda que tiro. Se abre algo la niebla, vemos nuestro error, nos hemos desviado y hemos tomado otro ramal de la cuerda ¡esta Cuerda Larga tenía más de una punta en su final! engañosa ella.
Casi 90º tendremos que deshacer, pero no nos llevará más de 15´ alcanzar "el buen camino". A otros les lleva toda una vida y aún hay quien no lo consigue nunca.
6.- Barra medidor nieve, Cuerda Larga
* Vamos subiendo a la Bola del Mundo , nombre por el que se conoce al repetidor que permite que la señal de televisión llegue a todo el territorio nacional, y, gracias a sus trabajadores, pudimos ver en directo, la intrusión en pleno Congreso de los Diputados del golpista Tejero, emulando a otro golpista de hace 70 años, el autoproclamado generalísimo ¡manda cojones!
Pues eso, que ahora estamos, otra vez, subiendo, vuelvo a mi sitio, la cola, el final de la cola.
De cuando en cuando, los dos escuderos temporales que me han salido se paran a mi lado, me preguntan ¿cómo te encuentras? yo, para darles cancha, resoplo y pregunto, con voz infantilizada ¿falta mucho? sigo ¡yo no quiero subir más! Nos paramos los tres a comer unas nueces que lleva Emilio, dice que son de Vitoria, que aprovecha para comprarlas allí cuando va a casa de una amiga. Le pregunto si ha visto la catedral de Santa María La Vieja, contesta que aún no, pero que, su amiga, es guía de turismo -precisamente- y tienen pendiente la visita. Hablamos de que es un ejemplo de restauración, donde intervienen muchas disciplinas: además de arquitectos, arqueólogos, antropólogos, paleontólogos y no sé cuantos ólogos más.
Volvemos a la tarea, andamos, ya queda menos ¡eso es seguro! Se admiran de que no hayamos parado para comer ¡cualquiera! si llegamos a pararnos nos congelamos. Es la primera vez en mi vida que se me bloquea la cámara fotográfica por el frío, allí me pasó. No sé la temperatura que alcanzaríamos -se lo preguntaré a Tirso, que llevó su GPS- pero la dichosa cámara no volvió en sí hasta el día siguiente.
Por fin la bajada a Navacerrada, comienza a abrirse el cielo ¡de verdad! no solo en sentido poético. Allí me senté a intentar una foto ¡se estaba tan bien! pero la dicha duró poco porque Blas va en cabeza y ya debe estar en el aparcamiento. Arriba, y abajo. LLegamos a las 3h. 25´ de la tarde, han transcurrido 6 horas y cuarto desde el inicio y el recorrido ha sido de 18,4 kilómetros. Hemos partido de una altura inicial de 1796 metros, llegado a una cota máxima de 2.380m y la altitud del Puerto de Navacerrada es de 1.860m. La altitud que llevamos acumulada, según mis informantes, es de 1.100 metros.
Este mismo trayecto lo hicimos con nuestro hijo Álvaro hará... como mínimo 10 años y tardamos lo mismo: 6 horas. Lo recuerdo.
Ahora sí que comemos, ahora sí que podemos permitirnos tener hambre ¿el café? en principio iba a ser en El Paular, pero Tirso conoce otro sitio en Rascafrías, pueblo, que resultará una chulada, es un establo habilitado para bar restaurante, decorado con mucho gusto. Dije que pagaba yo, pago yo -el precio normal-.
De allí nos encaminamos, en coche, a recoger el otro. Por la carretera nos encontramos una estraña comitiva; son varios vehículos de modelos de los que ya no se ven por las carreteras habitualmente, no antiguos, porque deben ser de hace unos 30 años, evaluados por mí, que no soy una entendida en automovilismo.
Todos ellos llevan una pegatina en el costado con un número, y éste va en orden decreciente, a medida que los vamos dejando atrás; de tal suerte que cuando superamos al grueso, al poco, nos encontramos con otro que va de carreras, su número el 13, el anterior era el 14, lógico.
Algo más adelante descubrimos el misterio, al ver una chica al lado derecho de la carretera con papel, lápiz y, lo que suponemos, cronómetro. Aún veremos un segundo contador antes de llegar al Puerto de la Morcuera. Donde procederemos a pasar el equipaje de cada uno al coche respectivo y cada uno, ya, a su aire.
(hace escásamente una hora que hemos vuelto del hospital -van a ser las 4 de la tarde del 2 de mayo de 2006-. Hoy, como ayer, he pasado cuando llaman a los familiares de los pacientes ingresados en la unidad de cuidados intensivos, quería que me aclarara lo que dijo de "de donde no hay no se puede sacar", pero no es el mismo, éste es más técnico en el dictamen y nos dirá que Benito está en "fracaso multiorgánico" que se entiende muy bien)
Acabo de completar los datos horarios y de nivel que me faltaban, dando por terminada esta narración a las 10 horas del jueves 4 de mayo de 2006.
Otro día, otra crónica, misma cronista paqquita.blogspot.com/2009/05/la-cuerda-larga-en-bus.html
PAQUITA
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