Viaje realizado en Septiembre de 2006. Las fotos llevan una explicación y al relato lo precede un *asterisco. Lo copiado aparece "entrecomillado" Para
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escaneadas, 25/5/2015 Crónica anterior http://paqquita.blogspot.com.es/2006/09/vuelo-la-palma-ii.html
* Es jueves, 7 de septiembre, y hoy toca relax, que ayer salí "cansá de la calor".
Relax no significa quedarse inmovilizado, en este caso, sino no darse paliza andando. Nos la daremos de coche, el rumbo: al Norte.
Pasamos de largo por Santa Cruz de La Palma, capital de la isla, Puntallana, y nos dirigimos a Los Sauces, entrada a la Reserva de la Biosfera de Los Tiles (sólo encuentro Reserva de la Biosfera de La Palma), declarada así por la Unesco en 1983 y extendida la calificación a toda la isla en 2002, con otro tipo de protección.
15.- Barranco entre Puntallana y Los Sauces
* No mencioné que lo primero que vimos al bajar del avión fueron unas
extrañas plantaciones, desconocidas más bien, muy numerosas, eran las
plataneras. Planta de poca altura, no tiene mucho más de 2 metros, hojas
enormes que echa como las palmeras -directamente del tronco- y con una
vida muy limitada, da un sólo fruto, la enorme piña de plátanos canarios
de todos conocida. A medida que crece el fruto le salen varios hijos de
la base, dejan uno sólo para que coja fuerza y cuando la piña ya está
recogida, por madura, cortan a la madre y el hijo será el nuevo ejemplar
adulto que a su vez fructificará, y, así, en un ciclo ininterrumpido.
Dan mucho trabajo y exige conocimiento de ello, nos lo dijeron nuestros
compañeros temporales del sábado siguiente, así como que sigue siendo el
principal ingreso de la isla.
16.- Pueblo de Los Sauces
desde Mirador de las Barandas
* Pues bien, en Los Sauces había muchos plátanos, junto al
mar y en el monte, en este caso en terrazas, como en tantos sitios donde
el terreno es escaso y debe aprovecharse al máximo, aunque tenga cierta
inclinación.
Para llegar hemos pasado por unos hermosos barrancos
que la carretera elude siempre que puede, por medio de puentes ¿qué si
no? Estos -los barrancos- forman parte consustancial del paisaje, ya que
la Caldera -de ahí le vendrá el nombre- tanto por dentro como por fuera
tiene las paredes muy verticales, consecuencia de la erosión. La
erosión, eso me pensaba yo el día anterior viendo los pinos creciendo en
esas pendientes, que si no fuera por ellos, por sus raíces, el terreno
se iría al garete, se desplazaría, se desharía, quedándose sólo y
exclusivamente el esqueleto: las paredes de roca.
17.- Panel explicativo de la Reserva
* Vamos al final de la carretera, al Centro de Interpretación de la Reserva de "Laurisilva"
Dentro,
un guarda nos habla de lo "tarde" que es para iniciar el recorrido
"estrella", nos menciona otro más corto que empieza allí mismo, haremos
ése después de echar una ojeada al centro.
En expositores,
escarabajo y mariposa amarilla, endémicos de la reserva. Cartel
indicando que "toques", sí, que toquemos distintos trozos de tronco de
árboles de allí, para aprender a reconocerlos. No conozco ni uno, son
todos laureáceas, algunos de los componentes de la laurisilva= selva de
laureles, en algunos sitios llaman selva a lo que en otros bosque.
En común, todos tienen su mucho peso, prueba de que son árboles de
crecimiento lento y su corteza rugosa, pero sin grandes estrías. Los
nombres los ponen debajo: laurel -el más fácil-, til -sí til, que no
tilo, no tienen nada que ver, salvo que son árboles-, loro -éste no
vuela, aunque anda por la ramas- ciñátigo, y aquí paro, que no me
aprendí más.
Nos despedimos y justo detrás del edificio un cartel indica: Mirador de las Barandas (666 peldaños) tal cual, que luego no haya quejas.
18.- Laurisilva canaria
* Y, efectívamente, para salvar el desnivel han colocado
peldaños, ya sea de madera o piedra -no los conté-. Advertencia: se
suda, no hay agua por el camino, y se tarda lo que indica el guarda: 35´
la ida. La vuelta menos, 20´. Eso sí, cuando llegas hay un techado de
madera que te protege de la "asaera", es un buen mirador hacia la
reserva y hacia el pueblo de Los Sauces y... tiene fuente. Sorpresa.
Lavado cual operario de la construcción y a beber. Después ¡qué flor más
bonita! justo ahí, a su vera, única, parecida a las orquídeas, color
rosado con pintas malvas en su interior. Foto.
De bajada,
comunicaré a los exhaustos intrépidos que se aventuran a subir en plena
canícula el tesoro que les espera. Alegría que se llevan.
Abajo
otra fuente, de nuevo refresco. Recomendamos a un viejito que de
chanclas nada, si intenta subir. Las mujeres llevan esas sandalias de
goma, tan de moda este año y que ya lo estuvieron en mi juventud -aún
recuerdo la chincheta que me clavé en el pie y la vacuna de tétanos que
me "arrearon". Al poco dieron media vuelta. Y ¡oh! una mariposa amarilla
revolotea entre nosotros, tranquila, preciosa.
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PAQUITA
666 peldaños?
ResponderEliminarVaya número fatídico...¿no?
Espero que la subida a ese cielo canario no fuera un infierno...