(Entrada publicada el domingo 18 de enero de 2009 y copiada por mí del blog LA MIRADA ROJA miradaroja.blogspot.com
cuyo autor es Jovekovic y en él podemos disfrutar sus Reflexiones desde la izquierda.
Esta lleva el título que encabeza este artículo. Su autor ya lo recomendé el 27 de mayo de 2007, en la entrada llamada: Más reflexiones: Jovekovic... http://www.jovekovic.blogspot.com/ página durmiente en la actualidad. PAQUITA)
El próximo día 20, además de la toma de posesión del nuevo presidente de los Estados Unidos, que es un hecho trascendental para todo el mundo, se cumplirá el cuadragésimo aniversario del asesinato en Madrid del estudiante Enrique Ruano, por la policía política de la dictadura.
Ruano, estudiante de Derecho, fue detenido el 17 de enero de 1969 en Madrid por subinspectores de la llamada Brigada Político Social, que mandaba en Madrid un tal García Gelabert, y un grupo de agentes de la Policía Armada, los "grises". En compañía de Ruano se encontraban su novia Lola González Ruiz, estudiante de Derecho como él, Abilio Villena, de Políticas, y Pepe Baylo, que de capellán castrense había pasado a la oposición antifranquista.
Los cuatro fueron torturados, pero con especial saña Ruano y González. En el bolso de la segunda, encontraron unas llaves de un ático en la calle General Mola. González resistió todo lo que pudo la tortura, dando tiempo a huir a sus compañeros del FLP, que usaban el piso como lugar de reunión y distribución de propaganda. La policía consiguió doblegar finalmente a González y se dirigió al piso en compañía de Ruano. No hay testigos de lo que allí sucedió, pero el estudiante de 21 años fue encontrado muerto en el suelo del patio de luces del edificio. La dictadura pergeñó varias versiones sobre los hechos, contradictorias entre sí, y que nadie creyó en ningún momento. Fraga Iribarne, ministro de Información y responsable de la propaganda y de la censura, llamó personalmente a la familia de Ruano para decirles que dejaran que mover el asunto, so pena de ver en la cárcel a su hija Margot, también involucrada en la lucha contra la dictadura. No hubo investigación y los policías involucrados fueron condecorados en numerosas ocasiones, llegando a las más altas responsabilidades dentro del cuerpo.
En 1996, casi treinta años después, el Tribunal Supremo sentenció que Enrique Ruano no se suicidó, aunque absolvió a los policías por falta de unas pruebas que habían sido sustraídas, sin que nadie respondiera por ello, en un nuevo ejemplo de la impunidad que acompaña al franquismo.
PD:Los intentos de equiparar la lucha de Enrique Ruano con la oposición al Plan de Bolonia es la última de las necedades que debe soportar la memoria de gente como él
Es que Jove es mucho Jove. Pero mucho mucho.
ResponderEliminarUn beso para los dos, Paquita.