Frente de la Casa de Campo de Madrid, 03/02/2004. Autora: Cristina Expósito. Titular: La asociación AGEFREMA estudia los restos de la Guerra Civil en el frente de Madrid.
Página suya www.gefrema.org.
Pasear por la Casa de Campo puede suponer sortear trincheras, avistar fortines, almacenes de tropa o detectar impactos de bala en los árboles. Una aventura sólo evidente para los ojos entrenados de los historiadores, que han estudiado el frente nacional durante la Guerra Civil en la Casa de Campo. Antonio Morcillo fue un niño que jugó entre los restos de ese conflicto. Hoy este profesor de historia es el presidente de la joven asociación Grupo de Estudios Frente de Madrid, GEFREMA, que agrupa a 114 enamorados de este periodo histórico.
El 20 de abril de 1931, la II República Española cedió la Casa de Campo al pueblo de Madrid, tras casi cuatro siglos en manos de la monarquía. Recibió la clasificación de Jardín Histórico y se abrieron puertas en la tapia que rodeaba el parque para dejar paso a los madrileños. Sin embargo, en noviembre de 1936, las columnas "nacionales", a las órdenes del General Varela llegaron hasta la Casa de Campo donde se estableció un frente, que nadie previó sería tan prolongado en el tiempo.
La Guerra Civil Española dejó numerosos vestigios a lo largo de la geografía madrileña y en el pulmón verde de Madrid se han conservado gracias a su aislamiento de la feroz edificación de las décadas siguientes al conflicto. Sin embargo, desde la asociación GEFREMA, que se fundó a principios de 2003, se critica la desidia de las administraciones públicas que han abandonado a su suerte los restos de la guerra que dividió España. "Aunque sólo fuera porque no se vuelva a repetir se deberían conservar los restos de la historia", asegura Antonio Morcillo. El problema es que no son lo suficientemente antiguos para ser restos arqueológicos, ni existe la sensibilidad suficiente para convertirlos en bienes de interés cultural. "En los últimos años las administraciones son menos reticentes y tienen buenas palabras, pero no se hace nada por la conservación de los restos de la Guerra Civil", afirma el presidente de GEFREMA.
Antonio Morcillo recuerda que de niño era fácil encontrar casquillos de bala en la Casa de Campo. Han pasado 66 años desde el fin de la Guerra Civil y sin embargo, el parque sigue siendo un mapa vivo sobre el que estudiar los movimientos y avatares de los soldados que pasaron allí tres años. "Fue una guerra pobre, que duró más de lo previsto", asegura Morcillo, y eso se ve en los materiales que se usaban en los fortines y en el tipo de "chabolas", hoyos excavados en el suelo y cubiertos de ramas, en el que habitaban los soldados, por ejemplo.
Sobre el Vértice Paquillo, un montículo en los lindes de la Casa de Campo junto al barrio de Batán, se conservan dos fortines nacionales, desde donde las ametralladoras apuntaban hacia Madrid. "Los fortines siempre aparecen en parejas, para formar fuego cruzado y evitar la llegada del enemigo. Nadie iba a la guerra a morir y el frente estaba lleno de triquiñuelas", evoca el presidente de GEFREMA. Alrededor de estas construcciones de hormigón y piedra machacada se averiguan sobre el incierto terreno decenas de metros de trinchera. "No son formas caprichosas de la naturaleza, fueron excavadas para evitar el fuego enemigo", dice el historiador. Cerca de los fortines, varios ancianos juegan a la petanca y se sientan sobre los restos de una fuente construida por la II República y donde se aprecian impactos de bala.
En la Casa de Campo existen un total de 21 fortines, todos ellos muy parecidos. Cuadrados en su parte trasera y hexagonales en la delantera. Además se adivinan pozos de tirador, almacenes de tropa en la retaguardia, y kilómetros de trincheras. Todas las huellas que se pueden encontrar en el parque madrileño están recogidas en la guía "El Frente de la Casa de Campo", que recorre palmo a palmo esta línea de fuego madrileña. La asociación GEFREMA, además de editar una revista y las guías, organiza mensualmente recorridos por los restos madrileños de la Guerra Civil. Toda la información sobre las actividades de la asociación se puede obtener en su página (está arriba).
Me alegra que dieras con mi blog y asi yo poder llegar al tuyo, que visto por encima y leyendo varias entradas, son de lo más interesantes, considerandome en esta entrada una enamorada más de este triste periodo histórico de la Guerra Civil, un periodo que no se debe de Olvidar nunca e intentar dignificar tantas memorias olvidadas. Un abrazo
ResponderEliminar¡Salud, Memoria y Libertad!
Muy buenas amiga Paquita, cuanto de bueno hay en tu blog, me he dado una vuelta por todos los rostros. Muchas gracias por tu infatigable labor en la búsqueda de tan buenos espacios para que no olvidemos lo que no hay que olvidar.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.