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junio 30, 2021

Nos roban, nos estafan, nos asesinan cada día... siempre de uno en uno... pero a la hora de cubrir sus crímenes nos llaman pueblo, de Pelayo Martín

 Pelayo Martín   23/6/21

Lo he de decir, por si reviento... los catalanes no tienen derecho a decidir nada... ni tan siquiera tienen derecho a pensar en decidir nada... porque no son nación, no son país, no son nada... son personas de una en una, individuos que sólo comparten entre sí lo que un mito dice que comparten. Fuera de ese delirio, Cataluña es poco más que la construcción interesada de un trampantojo histórico, un señuelo destinado a bloquear en el momento apropiado todo proceso de auténtica reforma social.


Lo digo otra vez y las paredes siguen en su sitio... Cataluña no existe, Madrid no existe... como no existe la mayor... como no existe España. Existen las personas de una en una; los pueblos, las naciones, son tan inconsistentes como sus fronteras, son cenizas sueltas por barrer, invenciones de los que, incapaces de controlar individuos, prefieren controlar masas...
¿Pueblos, dicen? Yo digo grandes máquinas cuajadas de palancas que manejadas por las manos adecuadas, se convierten en bestias sanguinarias sin conciencia. Nos roban, nos estafan, nos asesinan cada día... siempre de uno en uno... pero a la hora de cubrir sus crímenes, nos llaman pueblo. ¿Una prueba... cien tal vez? ¿Quieres saber de que está hecho eso que cohesiona al "pueblo catalán"? De la misma basura ideológica, del mismo desprecio, de la misma arrogancia, de la misma cobardía, de la misma manipulación y las mismas mentiras que reúnen al resto de los rebaños de este trágico esperpento nacional.
Puestos a consultar y si no tenemos miedo a las respuestas, preguntemos a nuestros compatriotas, hagamos un referéndum sobre la pena de muerte... sobre la expulsión de los inmigrantes... sobre el derecho a portar armas... y preguntemos antes que nada sobre si el pueblo libre y responsable estaría dispuesto a renunciar a su derecho al voto por una paga de 500 eurillos al mes... mil por su libertad de expresión... 2000 por un chip implantado... o mejor no preguntemos nada, porque os volveríais como yo, os asquearía toda esta farsa y a buen seguro dejaríais de caer simpáticos a los amigos.
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