Al cumplirse el quinto aniversario de la muerte, súbita muerte, de mi querido -y me quedé muy, pero que muy, corta a la hora de decírselo -hermano mayor, traslado aquí algo que escribí hace algunos meses siendo ahora cuando ve la luz públicamente.
EL CUENTO DE LA VIDA - CANTO A LA VIDA
Érase una vez un óvulo fecundado por error.
Pese a ello, y a los obstáculos que pusieron en su camino,
hizo el recorrido completo hacia su nacimiento.
Éste fue celebrado con gran alegría, y a él le siguieron otros tres,
recibidos con desigual entusiasmo.
Nuestro óvulo, ya niño, creció, escuchó, observó,
y llegado el momento, incluso, pensó.
Pensó en el porqué de la vida, su fin último.
Las preguntas iban de un esquina a otra de su cerebro
-en continuo crecimiento- sin encontrar respuesta satisfactoria.
Pues, cada respuesta obtenida era el inicio de la siguiente pregunta,
y, así, encadenadamente, siguiendo una secuencia interminable.
Nuestro niño, ya muchacho, y después hombre,
aplazó por un tiempo la cuestión.
Se enamoró varias veces, se emparejó otras tantas,
y fecundó a la hembra por él elegida
-menos inteligente que él- menos inteligente que las otras.
El nuevo embrión de persona fue deseado, esperado con amor,
y, pese a ello, en su nacimiento hubo un error.
Nuestro óvulo, después niño, muchacho, ya hombre, y además padre,
se volvió a formular las preguntas de la vida.
Volvió a recorrer los caminos transitados de su cerebro
y, nuevamente, se encontró sin respuesta.
Pese a ello, eligió DISFRUTAR de la vida, en la medida de sus posibilidades
SUFRIÓ más tormentos de los imaginables y, un mal día, y por error,
SE MURIÓ, cerrando bruscamente su ciclo biológico.
Tenía 49 años y era mi hermano. Ya no es, ya no existe.
La vida ESTÁ para ser vivida.
La puedes disfrutar en los buenos momentos,
intentando no naufragar en los malos.
La puedes observar desde la distancia, no involucrándote emocionalmente,
con lo que tendrás una larga vida que, algún día,
te hará plantearte si valió la pena de ser vivida.
Te puedes sumergir en todos y cada uno de los problemas que se te presenten,
en una rueda sin fin de la que no verás salida.
Incluso, puedes optar por elegir la NO VIDA.
Tú eliges, yo elijo. Vive el momento: CARPE DIEM.
El momento es el aquí y el ahora.
PAQUITA
No hay mejores palabras que las que has escrito para describir algo tan duro y tan real como lo uqe has descrito.
ResponderEliminarCARPE DIEM
Sandra.
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