marzo 09, 2024

CTXT. MANIFIESTO 8 MARZO 2024. Patriarcado, genocidios, privilegios #SeAcabó, de Comisión 8M de Madrid

 Comisión 8M de Madrid 7/03/2024

El feminismo es plural y diverso, defiende la justicia social y la igualdad radical. El feminismo se nutre de las luchas de todas las mujeres

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Calle Alcalá (Madrid) durante la manifestación del 8 de marzo de 2020. 

ÁLEX   BLASCO

Ctxt.es     Patriarcado, genocidios, privilegios #SeAcabó | ctxt.es

La mañana del 1 de febrero, en Barcelona, una mujer de 78 años, una de tantas, fue desahuciada de la casa en la que llevaba viviendo más de medio siglo. Después de suplicar que la dejaran quedarse, la mujer se arregló y se colocó debajo del abrigo un pañuelo blanco y negro que de lejos parecía un pañuelo palestino. Dio dos vueltas a la llave y dejó un beso en la imagen que adornaba la puerta, que decía: Dios bendiga cada rincón de esta casa. Escoltada por la policía se echó al bolsillo la llave de la casa a la que no va a volver. Guardó la llave como lo hicieron las judías sefardíes, las moriscas o las gitanas a las que expulsamos de este reino de España que siempre se ha querido puro y blanco a cualquier precio; como la guardan las familias saharauis en el desierto y las mujeres palestinas que llevan sesenta años expulsadas de sus casas y que hoy son bombardeadas y privadas de alimento y agua. ¿Qué mundo es este?

Decía un poema de Bertolt Brecht en 1938: ¿Qué tiempos son estos en los que hablar de árboles parece un crimen, porque implica silenciar tanta injusticia? Hoy, como entonces, vivimos un genocidio en directo, en Palestina, y otros genocidios más, silenciados, en otros lugares, como en la República Democrática del Congo, donde se extermina para comerciar con los minerales que hacen funcionar nuestros coches eléctricos y nuestros teléfonos móviles. Y, sin embargo, responde en otro poema Adrienne Rich: Es necesario hablar de árboles porque sabemos quiénes quieren hacerlos desaparecer. En los espacios verdes y en las calles de la Comunidad de Madrid se están talando cientos de árboles de manera gratuita e indiscriminada, con una indiferencia cruel por el pasado y por el futuro. Es necesario hablar de árboles. Hablar de árboles es hablar de que la sequía acecha y nuestro aire se contamina; es hablar de pobreza energética, de que las familias de la Cañada Real siguen sin luz desde hace ya cuatro años, de que la brecha entre lo rural y lo urbano se hace cada vez más insoportable, de que la especulación incontrolada con los bienes de primera necesidad nos precariza a todas y todes. Hablar de árboles es hablar de extractivismo, de que el Norte global consume la mayoría de los recursos disponibles; es denunciar el exterminio de los pueblos originarios y el deterioro de las condiciones vitales de la mayoría del planeta; es hablar de que la población migrante, desplazada y refugiada aumenta de manera exponencial. No olvidamos a las mujeres de la nación mapuche, en Argentina y Chile, asesinadas por defender su territorio. No olvidamos a las personas hacinadas en Barajas, en condiciones inhumanas, a la espera de que acepten su solicitud de asilo. El pasado año, 6.618 personas, 18 personas al día, han muerto tratando de llegar a España por mar, entre ellas 363 mujeres y 384 criaturas. Las feministas decimos SE ACABÓ: nuestro bienestar precario no puede sostenerse sobre la explotación y la miseria de nuestras vecinas, de otros pueblos y de otras vidas. Se acabaron los privilegios.

Hablamos de árboles porque cuando talan árboles revelan su absoluto desprecio por la vida, mientras nosotras sobrevivimos en un sistema que nos agota, enferma y asesina; un sistema que no duda en encerrar en residencias, psiquiátricos, CIES o cárceles a las personas que molestan, que estorban, que sobran, a las que no producen ni rentan. Recordamos que en la Comunidad de Madrid 7.291 personas fueron condenadas a una muerte indigna en las residencias de la tercera edad, que María Jesús murió sola mientras trabajaba limpiando un colegio de Móstoles a 40 grados a la sombra, que Samba Martine murió encerrada en un CIE sin recibir atención médica, que en España se suicidan 11 personas al día.

Vamos a recuperar una sanidad pública, universal, accesible y de calidad, que nos cuide de forma integral en lugar de psiquiatrizarnos; que reconozca las enfermedades profesionales de los cuerpos rotos de las trabajadoras del hogar; una sanidad donde podamos ejercer nuestro derecho a la interrupción del embarazo sin acoso ni cuestionamientos, sin trabas ni prejuicios, con o sin papeles, en nuestro hospital público de referencia. Vamos a hacer barrios y pueblos inclusivos, con apoyos y oportunidades para que tengamos una vida digna y que merezca la alegría de ser vivida. Hablar de árboles es reivindicar el derecho universal a la belleza, a una existencia plena y disfrutona, a la salud, la felicidad y el deseo. El derecho a maternar sin temor, a crecer sin temor, a envejecer sin temor; a respetarnos, cuidarnos y querernos. Reivindicamos el derecho de las mujeres chinas a trabajar sin temor, en sus comercios, sus bazares, sus restaurantes; a estudiar sin temor, a ir al médico sin temor. Las feministas decimos SE ACABÓ. Se acabó esa libertad cínica que solo beneficia al dinero y a los cuerpos privilegiados. Se acabaron los privilegios. Nuestra libertad no mata.

(...) Se acabó la impunidad. Se acabó el pacto de silencio eclesiástico. Se acabó la violencia contra las mujeres, las infancias y las personas disidentes. Recordamos a las mujeres y criaturas asesinadas por la violencia machista. Recordamos a las 21 jornaleras secuestradas en Sevilla; a Sarah y a Ángela Marcelo, jornaleras fallecidas en accidentes de autobús en Almonte y en Lorca; a Belén López Díaz, kelly fallecida en su puesto de trabajo en Tenerife; a las mujeres ucranianas, afganas, iraníes; a las madres protectoras, a todas las mujeres que se enfrentan a la violencia sexual, la denuncien o no; a las niñas del colegio de San Ildefonso, a Jenni Hermoso y a quienes sufren acoso y violencia en el entorno laboral, educativo y familiar; en las redes, en las casas y en las calles. Se acabó el patriarcado, SE ACABÓ, se va a caer.

(...) Las feministas gritamos: SE ACABÓ.

NUESTRO MUNDO ES OTRO.

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PERROFLAUTAS DEL MUNDO:   Uno de los participantes en la principal feria española de seguridad vende banderas y calzoncillos nazis

LA TIRA | ¡Pobre Ministro! Manel Fontdevila




marzo 08, 2024

CTXT. Jóvenes feministas luchan por el cambio en Guinea Conakry

 Sara Aminiyan Llopis / Anna Enrech Calbet Conakry / Barcelona , 6/03/2024

El 95% de las mujeres ha sufrido mutilación genital en el país africano, pese a que la ley lo prohíbe

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La activista feminista guineana Kadiatou Konaté. / Sara Aminiyan Llopis

Entre el zumbido de las carreteras asfaltadas, las que están cubiertas de barro y las que tienen todo tipo de baches, Conakry se abre como la capital y ciudad más grande de Guinea, ubicada en el oeste de la costa norteafricana y bañada por el océano Atlántico. Es la ciudad natal de Kadiatou Konaté, referente juvenil en el país, reconocida por su activismo feminista.

“Todo empezó cuando, un día, una compañera de clase del instituto me llamó y me dijo que la querían casar forzosamente. Este fue el detonante y el inicio de la lucha: intentamos parar el matrimonio por todas las vías, y al final, gracias al apoyo de los servicios sociales y la mediatización del caso, conseguimos frenarlo”, recuerda Kadiatou. “También empezó como un desafío hacia mi padre, que decía que las generaciones más jóvenes no hacíamos nada”. Desde aquella declaración de intenciones, su perseverancia en la lucha a favor de los derechos de las mujeres y las niñas y en contra de las violencias de género la han consolidado como líder política: arraigada en su país, en su ciudad y, sobre todo, en su comunidad.

A partir de este caso, Kadiatou se convirtió en un faro de referencia y ayuda para muchas chicas que se encontraban (y se encuentran) en la misma situación. “Para mí es una pasión y un deber que voy desarrollando y aprendo cada día. Es un: contigo y para ti”, explica sentada en uno de los sillones del comedor de su casa, embarazada de pocas semanas de su primer hijo. Vive con su marido en un piso alejado del centro de la capital, rodeado, como la mayor parte del país, de edificios a medio construir.

Konaté tiene 22 años y se ha graduado hace poco en Comunicación Audiovisual. Actualmente, es la presidenta de la asociación Club de Jóvenes Líderes de Guinea, una organización nacida en 2016 que crece cada día. La asociación acoge a más de 500 personas voluntarias que trabajan en todo el país, repartidas entre las ocho regiones administrativas en las cuales se divide Guinea, para sensibilizar en torno a los feminismos y la protección de los derechos humanos. “Todas las voluntarias son embajadoras de la lucha contra el matrimonio forzado, la mutilación genital femenina y la violencia sexual. Son prácticas que teóricamente están castigadas por la ley, pero que todavía están muy arraigadas en la cultura y en las comunidades”.

Una de las violencias más extendidas que se ejercen sobre los cuerpos de las mujeres guineanas (y sobre todo de las jóvenes) es la mutilación genital femenina (MGF). El 95% de las mujeres del país la han sufrido, lo que sitúa a Guinea como el segundo país del mundo donde se ejerce más esta violencia, después de Somalia. El matrimonio forzado e infantil también es una práctica cotidiana. Según un estudio de la Fundación Wassu-UAB, en 2021 el 47% de las mujeres en Guinea se casaron antes de los 18 años. Una de las conclusiones que apunta el estudio es que, mientras haya una comunidad que legitime y ejerza la MGF, es muy probable que también fuerce a sus hijos e hijas al matrimonio infantil. Además, también señala que “en las sociedades donde las desigualdades de género limitan el acceso de las mujeres a la independencia económica, el matrimonio forzado acostumbra a ser una buena opción de supervivencia para asegurar cierta seguridad financiera”.

A pesar de que el Código Penal del país castiga la violencia machista, la falta de esfuerzos políticos en materia de atención, de construcción de centros de acogida y de apoyo a las víctimas hace que las violencias se perpetúen. “El abuso sexual es una realidad en todos los niveles, también en las esferas políticas más altas. La gente no habla de ello y se acaba normalizando”, denuncia Kadiatou.

Fuera de las ciudades, esta realidad se potencia todavía más. El 62% de la población guineana vive en zonas rurales donde el nivel de alfabetización es muy bajo, especialmente entre las mujeres. Según los datos recogidos por la organización Sara, una ONG local que trabaja con las comunidades para hacer frente a la feminización de la pobreza, el 80% de las mujeres rurales guineanas no están alfabetizadas.

Boubacar Sylla, presidente de otra ONG local, Club de los Amigos del Mundo, explica que “la carencia de recursos básicos y de servicios como la sanidad y la educación provoca que la vulnerabilidad a la cual están expuestas las mujeres y niñas sea más grande”. Durante un encuentro en su sede en Conakry, compartida con Acción Sin Fronteras (que trabajan para la prevención y acompañamiento del VIH y el empoderamiento feminista) y OSAC (que trabajan contra el paludismo), apuntan que “las mujeres casi no tienen acceso a espacios de poder”. Explican que, además de la mutilación genital femenina y los matrimonios forzados, en los espacios privados los índices de violencias de género, tanto psicológica, física como feminicidios, se disparan. “Todas estas violencias se quedan de puertas para dentro, pesan más la presión y el estigma social. Tampoco hay ningún tipo de atención psicológica. Tenemos constancia de casos de mujeres que se han suicidado porque no podían soportar más violencias” (...)

Los espacios seguros para mujeres, la resistencia frente a una ultraderecha que amenaza con eliminarlos

 ROCÍO CRUZ

En la década de los sesenta, los movimientos feministas ocuparon diversos ámbitos antes de lanzarse a espacios virtuales o dedicados a la educación académica. 

Las primeras personas llegan a la manifestación por el Día Internacional de la Mujer, a 8 de marzo de 2023, en Madrid (España).  Fernando Sánchez / EUROPA PRESS

La Real Academia de la lengua española define espacio seguro como un "lugar o sitio libre de todo peligro". Ana, una joven de 23 años, frecuenta espacios seguros para mujeres desde hace seis años. "Para mí, en un lugar seguro, las violencias que me atraviesan, como persona disidente sexual y de género, desaparecen", explica a Público. Estos espacios se han convertido en la resistencia frente una ultraderecha que amenaza con eliminarlos. 

Los espacios seguros tienen su origen en la década de los sesenta en Estados Unidos. En estos espacios físicos se reunían personas de la comunidad LGTBI+. Más tarde, cercanos a la década de los setenta, los movimientos feministas ocuparon estos lugares antes de lanzarse a espacios virtuales o dedicados a la educación académica. 

Macarena Martini, CEO de La enredadera, un espacio de crecimiento personal y profesional, señala a Público que en estos lugares para mujeres no hay que dar por sentadas ni creencias ni mensajes del patriarcado que invalidan a la mujer o que implican un sesgo. "Es una forma de compartir desde la consciencia que queda mucho por hacer, incluso para nosotras mismas", asegura.

Feminismo interseccional

Una de las características principales de este tipo de espacios es la diversidad, propia del feminismo interseccional: un enfoque en el que el género, la etnia, la clase y la orientación sexual, están interrelacionadas. 

La CEO de La enredadera explica que cada mujer tiene una biografía propia y, esto, "puede ser muy enriquecedor para todas". "Cada mujer presenta diferentes opiniones. Tiene que predominar el respeto, la curiosidad, escuchar con empatía y tener una mirada abierta", expone.

Además, Martini asegura que en sus reuniones también tienen en cuenta la diversidad y la continua evolución del lenguaje. "Hay muchas maneras de entender el lenguaje inclusivo. Lo importante es que la persona sienta que puede expresar lo que quiere expresar con las palabras con las que se siente más cómoda". 

La ultraderecha elimina los espacios seguros para mujeres

La ultraderecha no esconde sus ganas de eliminar los espacios seguros para mujeres en España. Tanto es así, que Vox, en Valladolid, ha publicado un tuit a través de su cuenta de X (antes Twitter) donde lo deja claro: "Con la aplicación de la Ley Trans se destruye también el deporte femenino y se eliminan espacios seguros para mujeres por considerarse excluyentes".

(...) Censura de mujeres víctimas de violencia machista

El pasado 1 de marzo, la red social Instagram cerró la cuenta de Cristina Fallarásactivista que se hacía eco de los testimonios de miles de mujeres que han sufrido violencia sexual. La creadora del hashtag "#SeAcabó" utilizó esta herramienta para compartir la voz de mujeres con experiencias de agresiones sexuales. Sus seguidoras consideraron este acto como una censura y un ataque a un espacio seguro para todas las mujeres víctimas (...)

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marzo 07, 2024

Consulta el mapa de las concentraciones convocadas para este 8M

 5/3/24

Estos son todos los actos que se celebrarán en España con motivo del Día de la Mujer

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Cientos de personas durante una manifestación convocada por el Movimiento Feminista de Madrid por el 8M, Día Internacional de la Mujer, a 8 de marzo de 2023, en Madrid (España).  Diego Ramadés / EUROPA PRESS

IK PRESS / PÚBLICO   (El mapa en el enlace)

Un 8 de marzo más las calles se llenarán de actos, concentraciones y manifestaciones feministas con motivo de la celebración del Día de la Mujer. Este año, el grado de movilización se mantiene, pero se desarrollarán menos actividades paralelas a las marchas principales.

Según el recuento realizado por IK Press, es probable que el número total de convocatorias se reduzca respecto a los picos de 2019 y 2020. Aún así, que este 8M caiga en viernes favorecerá la convocatoria y favorecerá la celebración de actos y jornadas feministas a lo largo de todo el fin de semana.

En este mapa se recogen las convocatorias que cuentan con las siguientes características: manifestaciones nocturnas, talleres y otros actos para la tarde del jueves 7 de marzo; manifestaciones y concentraciones para el viernes 8 de marzo; actos reivindicativos y quedadas para ir conjuntamente a movilizaciones y actos, manifestaciones y jornadas feministas convocadas para el sábado 9 de marzo y el domingo 10.

Este mapa sufrirá actualizaciones constantes hasta el próximo 10 de marzo. Por ahora, y según el recuento realizado por IK Press, se han representado 887 convocatorias.

El gran número de actos y encuentros demuestra que, un año más, el feminismo llega al 8M dividido. Así, en las principales ciudades se desarrollaran manifestaciones separadas. Es el caso de lugares como València, Cádiz, León, Santiago de Compostela y Valladolid, entre otros.

El desacuerdo dentro del movimiento también ha hecho mella en el tejido asociativo, que se ha resentido llegando a desaparecer en algunas zonas, como Melilla o Zafra. Sin embargo, sí que se ha notado una consolidación del movimiento en algunas zonas rurales. Es el caso de la Mancomunidad del Valle del Jerte, gracias a los fondos del Pacto de Estado contra la violencia de género se han organizado charlas que han creado a su alrededor un tejido asociativo fuerte.

El mapa, además, permite observar elementos comunes en las diferentes concentraciones, manifestaciones y actos en torno al caso de Carlos Vermut, el de Dani Alves, el #SeAcabó, el empoderamiento por las victorias de la selección femenina o el genocidio contra Palestina.

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PERROFLAUTAS DEL MUNDO:   Pueblos Vivos Cuenca. Guarda este día (17 marzo) en tu agenda. Aquí sabrás el porqué...

G20, Davos o la prensa financiera: el debate del impuesto a los ricos gana fuerza a nivel internacional, de Diego Larrouy 

Empresas, fondos y terratenientes acaparan más de un millón de fincas agrarias en una década y exprimen al pequeño agricultor, de EDUARDO BAYONA

 ZARAGOZA    20/02/2024  EDUARDO BAYONA

El trasiego de propiedades, impulsado por la ausencia de relevo generacional, dispara los precios y altera la configuración de un sector agrario cuyo volumen de negocio se ha disparado un 30% en diez años.


La industrialización de las tareas agrarias ha cambiado la configuración del sector.  PxHere (CCO), a 9 de marzo de 2019.



El precio de la tierra se ha disparado: una finca de regadío de 80.000 metros cuadrados en los alrededores de Zaragoza sale a casi 52.000 euros por hectárea, las doce de otra en Garrapinillos se venden a casi 22.000, las 250 de un olivar en Écija cotizan a 36.000, un nivel similar al de otra de 375 en Sevilla, donde la tasación va de los 10.000 a los 40.000 en un nivel similar al que se da en Valladolid.

La tierra sigue siendo, aunque quizás no tanto como hace medo siglo, el principal de los cuatro factores productivos en una agricultura en la que capital y tecnología ganan presencia a costa del trabajo y dentro de un proceso de transformación del negocio que cada vez requiere mayores inversiones: si la explotación media abarca 40 hectáreas, adquirirla cuesta entre 400.000 euros y dos millones, equipamiento y gastos al margen.

Y eso está teniendo consecuencias excluyentes para el agricultor profesional, el de la explotación familiar, una figura que tiende a desaparecer a base de acaparamiento de fincas y de industrialización de la actividad y que estos días expresa en forma de tractoradas su malestar ante el devenir de un escenario en el que su capacidad de influencia mengua por momentos arrasada por la globalización de los mercados alimentarios.

Dos datos resultan despiadadamente indiciarios de ese proceso de achique de la agricultura familiar en beneficio de la industrial. Uno es la pérdida de más de 100.000 agricultores profesionales en quince años que recoge la EPA, que certifica una merma de casi un tercio, a 7.000 por año, solo en ese periodo. Eran 1,35 millones, seis veces más, cuando España entró en la UE, entonces llamada Mercado Común, en enero de 1986.

El otro es el vertiginoso proceso de acaparamiento de tierras y de desaparición de pequeñas explotaciones que revelan los datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) y del Ministerio de Agricultura sobre transmisiones de fincas y sobre la demografía del sector.

En diez años han cambiado de manos 1,37 millones de fincas rústicas en España, y lo han hecho mayoritariamente en una dirección: del patrimonio de familias a la propiedad de terratenientes, hoy bajo la denominación del family office, de empresas de la agroindustria y de fondos de inversión.

Un 6% de terratenientes y empresas posee el 57% de la tierra cultivable

¿Eso es mucho o poco? Apenas hay datos oficiales que permitan llegar a una conclusión de ese tipo, aunque los pocos disponibles apuntan a que esas transacciones están provocando cambios estructurales en el sector agrario español.

En los once años transcurridos entre los censos agrarios de 2009 y 2020, y ya con esos procesos de acaparamiento de tierras activados, la superficie agraria útil crecía en 161.000 hectáreas (0,7%) mientras desaparecían algo más de 53.000 explotaciones.

Sin embargo, el número de terratenientes y empresas propietarios de fincas de más de cien hectáreas aumentaba en casi 4.600 (+9%) y sus posesiones incorporaban algo más de un 3% de la superficie agraria útil al añadir 739.686 hectáreas a los 13,08 millones que ya tenían: 55.783 explotaciones, el 6,09% del total, acaparan casi tres quintas partes (57,8%) de la tierra cultivable en España.

Del grueso de las desaparecidas, 45.000 sumaban menos de veinte hectáreas de tierra y otras 8.000 estaban entre esa extensión y las cien y, en ambos casos, eran propiedad de personas físicas.

El número de propietarios particulares solo aumentó entre los de más de cien, que eran 7.000 más al final del periodo, lo que ilustra esos procesos de concentración: la desaparición de un 7,5% de los minifundistas (menos de 50 hectáreas) y de un 5,7% de los mediofundistas (50 a 100) corrió en paralelo a un aumento de casi en 20% en el número de latifundistas (más de cien).

La presencia de empresas o personas jurídicas creció en ese periodo en todos los tramos de superficie, con un incremento de 6.500 entre las explotaciones de hasta treinta hectáreas y leves retrocesos de un centenar en las de treinta a cien (-0,8%) y otro de menos de 500 (-4,5%) en las de mayor extensión que parecen haberse revertido tras la pandemia (...)

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PERROFLAUTAS DEL MUNDO:   20 años sin Ricardo Ortega, el reportero de guerra que perdió el trabajo y la vida por contar la verdad, de Carlos Hernández