El pasado 20 de agosto —después de 10 años— cerca del 60% de los ciudadanos ecuatorianos votaron el cese de las operaciones extractivistas de la empresa estatal Petroecuador en el Parque Nacional Yasuní, en el noroeste de Ecuador. El triunfo del pueblo indígena ante una petrolera ha inspirado a los activistas contra los pozos ilegales en Doñana. 

El Parque Nacional Yasuní, en plena Amazonia, acoge desde 1989 una de las mayores reservas de biodiversidad por metro cuadrado del planeta, según la UNESCO. El 99.73% de la reserva está representada por vegetación natural original. La victoria de la ciudadanía ecuatoriana se ha convertido en un hito ambiental, ya que por primera vez —a través de una consulta popular— se ha detenido la explotación de petróleo en la selva de Ecuador.

Jorge Andrés Espinosa, arquitecto y activista por los derechos humanos y de la naturaleza y cofundador de la plataforma Yasunidos, declara a Público que las 756.000 firmas a nivel nacional para hacer un referéndum salvaron a Yasuní.

55.000 barriles de petróleo al día

El bloque 43 es uno de los 90 bloques de explotación de petróleo del país. Este yacimiento ocupa 200.000 hectáreas del parque y produce 55.000 barriles de crudo —mezclas complejas de varios hidrocarburos de diverso peso y estructura molecular— al día, lo que equivale al 11% de la producción nacional. La petrolera se ha defendido exponiendo que su actividad "aporta aproximadamente 1.200 millones de dólares al presupuesto general del Estado. Así, desde 2017 se han generado para Ecuador unos ingresos de 5.925 millones de dólares".

La miembro de la asociación, Montse Barba, explica a nuestro medio que la campaña Sí al Yasuní, realizada por la plataforma Yasunidos, se encontró con grandes dificultades a la hora de pedir responsabilidad a la industria. "La campaña fue muy sucia, con muchos bulos. Las petroleras daban mucho dinero e intentaban decirle a la gente que, si se dejaba de extraer el petróleo, el país iba a quebrar. Les dijeron que su vida iba a cambiar y siguen siendo pobres", cuenta 

Espinosa argumenta que Petroecuador en un ecosistema húmedo y frágil, con una sola gota de petróleo, afecta a más de 50 litros de agua irrecuperable. "Solamente desde 2016 hasta ahora, en el bloque 43 ha habido más de 20 derramas de petróleo y un incendio registrado por el Gobierno", comenta. El arquitecto agrega que la actividad petrolera también es nociva para los tejidos sociales —trata de gente, alcoholismo, prostitución— porque, según el cofundador, crea dependencia. 

(...) El Parque Nacional de Doñana —considerada Patrimonio de la Humanidad desde 1994— sufre un gran deterioro medioambiental causado por la agricultura intensiva, la sequía y el turismo. Según el último informe de la Estación Biológica de Doñana, hasta el 59% de las lagunas temporales de mayor tamaño no se inundan desde 2013, lo que ha generado la desaparición de fauna y flora (...)

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