FERNANDO DÍAZ DE QUIJANO 23 agosto, 2021
El progresivo abandono de esta región montañosa, que abarca territorios de cinco comunidades autónomas, ha hecho que tenga la menor densidad de población de la Unión Europea. Su principal defensor, el catedrático Francisco Burillo, detalla las consecuencias sociales, ecológicas y culturales de este proceso
En España tenemos el mayor desierto demográfico de la Unión Europea por despoblación y poca gente lo sabe. Ocupa una extensión de 65.000 kilómetros cuadrados (más de una décima parte del territorio del país) repartidos entre cinco comunidades autónomas y está atravesado por el Sistema Ibérico. Se la conoce como ‘la Laponia española’, no porque tenga un clima gélido, sino porque su extremadamente baja densidad de población —menos de 7 habitantes por km2— solo es comparable a la de esa región nórdica.
Dentro de este territorio hay 1.632 municipios de las provincias de Teruel y Zaragoza en Aragón; Cuenca y Guadalajara en Castilla-La Mancha; Burgos, Segovia y Soria en Castilla y León; Castellón y Valencia en la Comunidad Valenciana, y La Rioja. Solo cuatro de ellos tienen más de 10.000 habitantes: Teruel, Soria, Cuenca y Calatayud.
Además del sobrenombre de ‘Laponia española’, la zona se conoce también con la denominación más formal de Serranía Celtibérica, ya que “Montañas Celtibéricas” era la nomenclatura geográfica tradicional antes de que en 1920 se crease el término “Sistema Ibérico”.
El profesor Francisco Burillo, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza y académico correspondiente de la Real Academia de la Historia, lleva muchos años alertando a las diferentes administraciones sobre los efectos de lo que considera una “catástrofe demográfica”. Su vinculación con este problema comenzó cuando el Ayuntamiento de Calatayud y el Centro de Estudios Celtibéricos le pidieron asesoramiento para elaborar una ruta turística por los vestigios de la cultura celtibérica en la zona. Al percatarse de la magnitud de la despoblación, impulsó la creación de la Asociación Instituto de Investigación y Desarrollo Rural Serranía Celtibérica.
La auténtica Laponia, en la vasta región más septentrional de Escandinavia, siempre ha sido un desierto demográfico por su climatología extrema. En el caso de la Serranía Celtibérica lo que se ha producido es una “sangría” de población provocada por la emigración masiva a las ciudades a partir de los años 40. “Con un clima favorable para la agricultura y la ganadería, la Serranía Celtibérica ha llegado a su situación actual por un proceso continuo de despoblación debido al abandono institucional, primero por emigración y actualmente por defunciones, lo que la ha llevado a ser la región más despoblada de toda Europa, hecho incomprensible en un país desarrollado como es España”, opina Burillo (...)
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