El de Ester Quintana es el caso de mutilación
por bala de goma que más recorrido judicial ha tenido hasta el momento.
La labor del juez instructor y la acusación particular de Quintana para
salvar
los obstáculos que les puso la conselleria de Interior
durante la investigación permitió finalmente que dos mossos se sentaran
en el banquillo de los acusados por primera vez en un caso de balas de
goma. El tribunal ha terminado absolviéndoles al no poder determinar qué
agente y qué arma policial le quitó un ojo a Quintana. En otros casos
de balas de goma y de denuncias de agresiones policiales, no ha habido
ni juicio porque no se ha podido apuntar a ningún agente como
responsable.
Catalunya: siete víctimas desde el despliegue de los Mossos
Un total de siete personas han perdido un ojo por culpa
de las balas de goma en Catalunya desde el despliegue de los Mossos.
d'Esquadra en 2005. Nicola Tanno es una de las víctimas y ahora forma
parte de la asociación Stop Bales de Goma. Su lesión ocurrió en 2010.
Tanno explica en conversación con este diario que el desenlace del caso
Quintana ha resultado "frustrante". "El de Ester es un caso simbólico
para todas las víctimas que no habíamos podido llevar a los Mossos a
juicio", señala.
En este sentido, el activista recoge el guante lanzado por la sentencia
y pide que "por coherencia", el Parlament prohíba los proyectiles
policiales de foam –el tribunal ha sentenciado que no puede determinar
si el arma que hirió a Quintana fue un foam o una bala de goma. Tanno
también recuerda que gracias a la presión social en apoyo a Quintana,
el Parlament prohibió las balas de goma.
Las pelotas de goma en la tragedia del Tarajal
Cerca de 400 personas intentaron entrar en suelo ceutí desde Marruecos
en la madrugada del 6 de febrero de 2014, en las inmediaciones de
la playa del Tarajal.
Al menos 9 inmigrantes resultaron muertos por ahogamiento, aunque desde
el principio se sospechó que podría haber más cuerpos sin aparecer.
Posteriormente la cifra ascendió hasta 15 fallecidos. La Guardia Civil
afirmó en un primer momento que no había tenido ninguna participación en
los hechos, pero el goteo de testimonios publicados por eldiario.es
hicieron
cambiar la versión al ministro del Interior, que acabó reconociendo que se había empleado material antidisturbios.
Según reveló este diario y fue posteriormente admitido por Interior,
agentes de la Guardia Civil usaron pelotas de goma, entre otro tipo de
material, y dispararon contra los inmigrantes una vez estos estaban en
el agua, tanto desde tierra como desde un barco. Un informe
independiente acreditó la existencia de heridas por bala de goma tanto
en algunos cadáveres como en heridos de la noche del 6 de febrero en el
Tarajal.
Caso Cabacas de la Ertzaintza
El
caso por la muerte de Iñigo Cabacas de un pelotazo disparado por agentes de la Ertzaintza continúa sin juicio 4 años después y
a un mes de que acabe el plazo para finalizar la instrucción,
en la que han sido imputados seis ertzainas. Los hechos se remontan a
febrero de 2012, cuando la policía vasca realizó una intervención contra
un grupo de hinchas del Athletic que se encontraba en las inmediaciones
de una herriko taberna tras un partido de su equipo. Aquella noche
la Ertzaintza disparó hasta una decena de balas de goma a unos 25 metros
del grupo que se encontraba en el callejón de María Díaz de Haro. El
joven fue alcanzado por una de ellas en la cabeza y cayó al suelo. Murió
en el hospital de Basurto unos días después.
El entonces
consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, hoy
uno de los nombres que suenan como ministro en un eventual gobierno del
PSOE, abrió una investigación interna en el cuerpo que cerró cuando se
inició la instrucción judicial. Desde aquel momento, la investigación
judicial ha avanzado con lentitud y entre denuncias de obstrucción.
Desde la plataforma Iñigo Gogoan, que lucha por el esclarecimiento del
caso,
temen que la investigación pueda cerrarse sin juicio.
El de Cabacas no es el único episodio negro de la policía vasca con
balas de goma en los últimos años. El joven vitoriano Xuban Nafarrate
pasó 19 días ingresado con un derrame cerebral en marzo de 2012, después
de una intervención policial en el marco de la huelga general de aquel
año en la capital alavesa. El joven siempre aseguró que había sido
derribado por un pelotazo de los disparados por los escopeteros durante
la intervención, y aportó una prueba pericial que así lo acreditaba. Sin
embargo el juez no lo consideró probado y dio la razón a Interior del
Gobierno Vasco, que aseguraba que el joven se había caído por un
tropiezo. La denuncia de Nafarrate fue archivada.
Balas de goma desde la Transición
Las víctimas de las balas de goma, incluso mortales, se han sucedido
tanto en Catalunya como en el resto de España desde la Transición. Un
informe de Stop Bales de Goma reseñó que la primera víctima desde la Transición
fue Just Casero, que perdió un ojo en una manifestación en Barcelona en 1976.
Otras dos personas murieron en la comunidad después del impacto de una
bala de goma en 1976 y 1977, mientras que tres resultaron heridas en
distintas partes del cuerpo en 1978. Las dos siguientes mutilaciones de
ojo por bala de goma en Catalunya ocurrieron en 1990 y en 2001.
Según el estudio, en el conjunto del Estado, entre 1990 y 2009 un total
de 22 personas fueron cegadas de un ojo por culpa de una bala de goma. A
estas víctimas hay que sumar los casos posteriores de Tanno, Quintana y
otros dos ciudadanos en Barcelona durante la huelga general de marzo de
2012, así
como dos en las marchas de la Dignidad en Madrid en 2014, que eleva la cifra de mutilados a 28.
La mayoría de víctimas resultó herida cuando la policía intervino en
manifestaciones laborales, sindicales o vecinales o celebraciones
futbolísticas. Las únicas cuatro condenas judiciales que reseñó
en un informe sobre balas de goma el Síndic de Greuges
(el Defensor del Pueblo Catalán) no afectan a ningún agente, sino que
obligan a las administraciones competentes en cada comunidad
–Generalitat de Catalunya, Estado y Gobierno Vasco– a indemnizar a las
víctimas. En los últimos años la Generalitat ha optado por indemnizar
sin esperar al juicio, tal y como ha pasado con Ester Quintana.
Prohibición de las balas de goma por CCAA
El uso de los proyectiles de goma que mutilaron a Quintana ha sido
cuestionado en innumerables ocasiones. En junio de 2011 la Comisión
Europea advirtió a las policías de los estados español y portugués que
debían dejar de usar los proyectiles de goma para finales de 2012. No
era la primera vez que la Comisión recomendaba abandonar el uso de este
material pero sí la vez que lo hacía de forma directa para estas
policías y ponía fecha del fin.
Por su parte, el Parlamento Vasco
pidió la sustitución total de las pelotas de goma en abril de 2015,
aunque tras el "caso Cabacas" la Cámara ya había restringido el uso
anteriormente, hasta el punto que según la propia Ertzaintza desde la
primavera de 2012 no se produjo ningún disparo de balas de goma. El
mismo camino ha emprendido la Policía Foral de Navarra desde el cambio
de gobierno, que prohibió el uso de este material nada más tomar
posesión.
Por parte de la Policía Nacional, en
cambio, las balas de goma se continúan usando en la actualidad. A raíz
de un informe del Defensor del Pueblo de febrero de 2014, Interior se
comprometió a hacer uso solo en "casos extremos y debidamente
justificados", pero rechazó regularlo por ley de forma respectiva, tal y
como pedía el Defensor. El Ministerio de Interior volvió a rechazar
poner trabas al empleo de proyectiles de goma en marzo de 2015,
desoyendo, de nuevo, un informe de la Defensora del Pueblo que
recomendaba un protocolo concreto sobre este material letal.
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OTRO ASUNTO. Hoy en Perroflautas del Mundo: "Soy cirujana en la sanidad pública y he firmado cinco contratos en siete meses"